Mirtha Legrand está enfrentando el duelo por la muerte de su hermana gemela con un profundo pesar, en medio de la cuarentena obligatoria que le impidió ir a despedir a su querida Goldy. Acompañada en todo momento por su hija, Marcela Tinayre, la diva hasta el momento ha evitado hablar con la prensa, pero eligió las redes sociales como la vía para manifestarse por primera vez al respecto de manera pública.
La diva subió una foto en blanco y negro en donde se las ve a ella y Goldy en los inicios de su carrera. Junto a la imagen, un breve pero conmovedor texto, reflejo del desconsuelo con el que convive por estos días la conductora en su departamento de avenida Del Libertador al 2800.
“Hermana querida, te fuiste sorpresivamente. No olvidaré tu ternura, cariño y sabiduría. Desde el cielo seguirás con tu amor incondicional hacia todos nosotros. Hermana, cómo te voy a extrañar, hoy no tengo consuelo”, escribió la Chiqui.
Unos minutos antes también había manifestado su dolor Nacho Viale, nieto sobrino de Goldy. El productor posteó la misma foto, le dedicó uno de sus poemas preferidos y la despidió con un “chau, tía Goldy”.
Los restos de Goldy encontraron su morada eterna este sábado al mediodía en el cementerio Memorial, de Pilar. Mirtha Legrand no pudo estar presente, al igual que casi toda la familia -incluyendo a Marcela Tinayre, y Juana y Nacho Viale-, y sus amigos, como Susana Giménez. De esta manera, la ex actriz solo fue despedida por un puñado de testigos: su yerno, Alfredo Solari, su hijo Santiago, y dos empleados de la cochería, empleando barbijos, antiparras protectoras y guantes.
En un momento, su yerno tomó un teléfono celular. Y junto al cajón realizó una videollamada. Se desconoce quién se encontraba del otro lado. Tal vez las hijas de Goldy, Gloria y Mónica. Puede ser Mirtha. O quizás, la familia entera, participando de esa despedida virtual, una de las pocas alternativas que nos brinda esta época regida por el desamparo.
María Aurelia Paula Martínez Suárez, tal el verdadero nombre de Goldy, tenía 93 años. Este viernes 1 de mayo se acostó a dormir la siesta en su casa de Martínez, como cualquier otro día. Y ya no despertó. Gemela de Mirtha, era hermana menor de José Martínez Suárez, el prestigioso cineasta que falleció el 17 de agosto pasado debido a una neumonía.
Goldy y Chiquita nacieron el 23 de febrero de 1927, en Villa Cañás, Santa Fe. En época donde no existían las ecografías, su madre -la docente Rosa Suárez- supo que tendría gemelas el mismo día del parto. La bebas eran idénticas, claro, aunque con un detalle: una pesaba varios gramos más que la otra. A los siete años la familia se instaló en Rosario. Pero tras la muerte de don José Martínez, el padre de los tres hermanos, en 1937 se mudaron a Buenos Aires.
Allá por su adolescencia, Silvia y Mirtha comenzaron juntas en el espectáculo. Fue después de que el representante Ricardo Cerebello decidiera que las hermanas actrices debían prescindir de aquel Martínez tan habitual en estas latitudes por un Legrand más distintivo. Sin embargo, en 1944 Goldy se alejó del mundo artístico tras conocer a quien sería su marido: el militar Eduardo Lopina, con quien -lo dicho- tuvo dos hijas.
Con su tempranero retiro los flashes quedaron dirigidos entonces sobre la figura de su hermana. Quienes las recuerdan de aquellos años dorados del cine hablan de una extraordinaria belleza compartida por ambas, de un mayor talento en Goldy, de un carácter tenaz y decidido en Chiquita. Pero pocos comprenderán la dimensión de que ambas se sabían una sola. Y desconocerán así que, desde ayer, Mirtha ya no cuenta con una parte esencial de sí misma.
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