La cita era en un bar de la Costanera. Cris Morena había convocado a Damián De Santo para ofrecerle un nuevo proyecto. Lleno de ansiedad, el actor llegó media hora antes y esperó a la productora que vendría con una sorpresa: un protagónico junto a Romina Yan.
“Me dijo que Romina había hablado de mí con Fernán Mirás, y ahí me di cuenta que tenía que darle una comisión a él”, bromea De Santo en diálogo con Teleshow. Los actores terminaron protagonizando Amor Mío, la exitosa comedia romántica que Telefe esta noche emitirá el primer capítulo con motivo de los 30 años del canal.
“Me dio el libro y me lo llevé a mi casa. Estaba exultante, no lo podía creer. Yo venía de hacer muchas cosas para adultos después de las diez de la noche, como Verdad Consecuencia o Vulnerables, que no condecían para una comedia para chicos. Pero el actor debe y está preparado para hacer de todo. Así que le dí para adelante”, explica sobre la ficción que grabó de marzo a diciembre de 2005.
A 15 años de la comedia, Damián recuerda a Romina -que murió en septiembre de 2010, a los 36 años- como “una gran compañera”. “Ella tenía una especie de paz interior por haber logrado laburar con sus papás otra vez. Yo creo que la agarré en la mejor etapa personal, familiar y profesional”, sostiene sobre la actriz con quien logró generar un vínculo de amistad.
“Ya desde maquillaje nos reíamos pensando en lo que íbamos a agregarle a las escenas, siempre respetando el guión. Nos gustaba meterle una cuota de comicidad. Romina era muy creativa, nos quisimos mucho, fuimos muy buenos compañeros dentro y fuera del set”, agrega el actor e indica que hasta el día de hoy mantiene una relación con Darío Giordano, quien fuera el marido de la actriz y padre de sus hijos Franco, Valentín y Azul.
Y aquí, Damián hace una salvedad en la cual expresa el gran vínculo de amistad y profesionalismo que tenían. Ocurre que Azul, la hija de Yan y Giordano, y Camilo, hijo del actor y su mujer, se llevan solo una semana de diferencia. Si bien se trató de una casualidad, De Santo cuenta que, de alguna manera, planearon que nacieran el mismo año.
“Dijimos: ‘Vamos a tener hijos ahora, así nos dedicamos al programa el año que viene’. Más Romina que yo, y yo le seguí el tren”, cuenta. “Los dos queríamos que sean nenas. Ella practicó técnicas infalibles y le salió. Así era ella, lograba lo que quería. Y de mi lado vino Camilo”, destaca el actor con su característico humor. “¡Mirá la relación que teníamos que tuvimos hijos casi en la misma semana!".
Ya con sus bebés, la pareja volvió a protagonizar otra comedia romántica: Bella y Bestia (2008), también por la pantalla de Telefe. “Nos dieron un personaje absolutamente opuesto al que veníamos haciendo. Ella decía que no lo tenía, que no lo había encontrado, pero era tan meticulosa que después de unas escenas ya lo tenía al dedillo”, sostiene detallando la característica de Yan a la hora de trabajar.
“La pasábamos muy bien. Yo le hacía cosas que ella me hacía a mí con el otro personaje. La volvía loca. Muchas veces le agregaba cosas al guión y no le avisaba. Ella se acostumbraba, se adaptaba a mí y a liberarse del texto y poder transitar la escena. No digo que soy un fenómeno pero le pasé mi táctica. Y ella me trasladó a mí la técnica del detalle de algunas cosas que yo por ahí dejaba pasar, por lo menos en la comedia”, recuerda el actor.
“Disfrutaba de hacer escenas con ella porque me miraba con cara de sorprendida, yo le hacía unos silencios. Me imagino que pensaría ‘¿con qué saldrá este desgraciado?'. Nos quisimos mucho. Su partida fue una gran tristeza para mí. No solo porque fue hermoso laburar con ella, conocí una persona muy sensible y muy hermosa. También pensábamos en algún proyecto a futuro. Pero el futuro es hoy, evidentemente. Ni más ni menos", analiza Damián De Santo con un dejo de melancolía recordando a Romina Yan.
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