Los indicios arrancaron a principios del mes de marzo, cuando al terminar la temporada marplatense de Departamento de soltero Laurita Fernández viajó a Nueva York sola. Desde que había comenzado su noviazgo con Nicolás Cabré, hace ya casi dos años, la bailarina había tenido que enfrentar rumores de ruptura en varias oportunidades. Y, una vez más, salió a negar estas versiones. ¿Por qué había viajado sin su novio, entonces? Simplemente, porque su intención era ir a ver obras de teatro a Broadway y el actor tenía que quedarse con Rufina, la hija que tuvo con Eugenia La China Suárez, para acompañarla en el comienzo del año escolar.
Lo cierto es que a su regreso al país, en medio de la pandemia del coronavirus, Laurita no pudo reencontrarse con Cabré, ya que debió realizar una cuarentena preventiva por viaje que luego se prolongó con el aislamiento social obligatorio dictado en todo el país. Pero ella, a través de una historia de Instagram en la que mostró la captura de una videollamada con el actor, se encargó una vez más de negar que la pareja estuviera en crisis.
No obstante, una vez cumplidos sus 14 días de encierro y alegando un problema de plomería en su departamento, la bailarina pidió los permisos correspondientes para trasladarse a la casa que el actor posee en Pilar. Y debió enfrentar las denuncias de los vecinos que la acusaron de haber roto la cuarentena. Porque, aunque ella había seguido el protocolo correspondiente, para todos estaba más que claro que lo que la motivaba a hacer el traslado no era la falta de agua sino el deseo de abrazar a Cabré.
La sorpresa llegó dos semanas más tarde cuando, después de apurar los arreglos en su domicilio, Laurita decidió volver a su departamento de Capital Federal. Que la convivencia obligada no había sido nada simple, lo había reconocido ella misma en diálogo con sus seguidores, dónde entre otras cosas había asegurado que se venía una ola de divorcios post encierro. Y la realidad es que los posteos posteriores a su regreso al hogar no hicieron más que alimentar los rumores de ruptura.
Pues bien, este martes, Ángel de Brito fue el encargado de confirmar mediante un tuit la separación ¿definitiva? de Laurita y Cabré. Por la mañana, el conductor había dicho en LAM, por El Trece, que hasta ese momento la bailarina le aseguraba que la pareja seguía en pie. Pero Maite Peñoñori contó que el actor había sacado la foto de ambos del perfil de su WhatsApp. Y Yanina Latorre dio detalles del motivo que habría desencadenado el desenlace.
Según contó la panelista, Laurita habría descubierto un mail que Cabré la habría mandado a su ex, Josefina Silveyra, en el que le aseguraba que no se había comportado bien con ella. Y que, aunque en el mismo no le hacía ningún tipo de propuesta, esto habría generado una fuerte discusión en la ahora ex pareja. Y todo indica que la filtración de este detalle, habría sido lo que motivó la confirmación de la ruptura horas más tarde.
Laurita y Cabré se había conocido en abril de 2018, cuando la bailarina se había incorporado a Sugar para reemplazar a Griselda Siciliani. Sin embargo, según ellos mismos confesaron, el noviazgo comenzó meses más tarde, cuando él ya había decidido dejarle su lugar en la obra a Vico D’Alessandro, para dedicarse de lleno a las grabaciones de Mi hermano es un clon.
Para entonces, ella venía de varias idas y vueltas con Fede Bal. Y él tenía una relación informal con la bailarina Yasmín Corti. De manera que pocos apostaban a que la pareja pudiera llegar a buen puerto. Máxime, teniendo en cuenta que meses más tarde Laurita estaría como jurado del Bailando por un sueño, en ShowMatch, dónde se sabía que la intimidad del noviazgo iba a quedar expuesta.
Sin embargo, el amor fue más fuerte. Y no sólo lograron sortear los los encontronazos en la pista de Laurita con Soledad Fandiño, ex de Cabré, y con Flor Vigna, por entonces compañera de tira del actor y con quien la bailarina habría mantenido una escena de celos, sino que en mayo de 2019 decidieron volver a trabajar juntos.
Todo parecía marchar sobre rieles. Y, en varias entrevistas, Laurita y Cabré no sólo confesaron que ya estaban probando la convivencia, sino que contaron que habían comenzado a remodelar una casa para tener un lugar que fuera de los dos, con la idea de agrandar la familia. Algo que, aparentemente, ya no será posible.
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