El noviembre del año pasado, Cecilia Caramelito Carrizo había conmovido al país entero al contar la dramática situación que estaba atravesando su hermano, el músico Martín Carrizo, quien estaba luchando contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y necesitaba juntar seis millones de pesos para poder hacer un tratamiento en Miami.
Finalmente, gracias a la solidaridad de amigos, colegas y seguidores, Cecilia pudo reunir el dinero necesario y Martín comenzó su tratamiento el 5 de diciembre. Ella, por supuesto, lo acompañó durante toda la primera etapa y, en febrero, regresó por unos días al país para volver a trasladarse a los Estados Unidos junto a su marido, Damián Giorgiutti, el 14 de marzo.
Para entonces, ya se sabía que el coronavirus era una pandemia y se esperaba que se tomaran medidas al respecto. Pero la animadora no tuvo más remedio que dejar a sus dos hijos, Lorenzo de 14 años y Benito de 10, al cuidado de su madre, Mirta, para ir a asistir a su hermano. Y, ahora, quedó varada y sin la posibilidad de reencontrarse con sus chicos.
“Estoy esperando poder volver”, contó Cecilia mediante un Skype en Hay que ver, por El Nueve. Y detalló: “Por suerte pudimos viajar justo a acompañarlo a Martín, pero después se empezó a complicar la vuelta. Yo iba a volver el 16 de abril, porque me iba a quedar un mes junto a mi hermano, pero mi marido se tenía que volver el 29 de marzo y le fueron postergando el regreso”.
Cecilia, no obstante, aclaró: “Por supuesto que estoy absolutamente a favor de todas las medidas que se han tomado. Es más: viéndolas a la distancia y desde este país, estoy realmente agradecida de lo que hicieron en la Argentina. Porque me doy cuenta de la importancia que tiene la cuarentena, el hecho de quedarse en casa aislados es fundamental”.
Sin embargo, la animadora explicó su situación particular: “Cuando yo vine a Miami, los dejé a mis hijos en un marco de normalidad, al cuidado de mi mamá, para que ellos vayan al colegio y hagan su vida habitual. Lo que sucede es que, después, ese marco de normalidad cambió. Y es ahí donde yo me encontré con mi marido a esta distancia y con mis hijos al cuidado de mi mamá, cuando tendría que ser yo la que debería estar cuidándola a ella. Porque mi mamá es una mujer que está espectacular, por suerte, pero tiene 72 años. Y ella es la única responsable de mis dos hijos, lo que a mí me desespera bastante”.
Cecilia se emocionó al contar que su madre, que por su edad entra dentro del grupo de personas de riesgo, es la que debe salir de la casa para adquirir alimentos. “Mi mamá es un amor, es una santa, ama a sus nietos y ellos la aman a ella. Ella es la que hace las compras, mis hijos no salieron en ningún momento en este tiempo. Son absolutamente conscientes los tres de la importancia que tiene esto de acatar los cuidados como corresponde y lo hacen al pie de la letra. Todas las noches me cuentan que aplauden por la ventana, están súper compenetrados y saben perfectamente como son las cosas. Además, entienden cual es la razón por la que nosotros estamos acá. Pero la verdad es que estoy preocupada por mi madre, aunque esté bien de salud y no tenga cuestiones preexistentes. Y quisiera estar ahí, ocupándome de ella y de mis hijos”.
La animadora aseguró que estaba rogando para que todo “se acomode”. “Esto que nos pasa en el mundo muestra que las cosas no son como uno las planea. Trato de tomármelo así. Por supuesto que hice todo lo que tenia que hacer, y hace rato que fui al consulado a llenar el formulario correspondiente ”, explicó ansiosa por una respuesta .
En relación a su hermano, Cecilia contó que “está transitando esta segunda etapa del tratamiento muy bien”, pero que se va a tener que quedar en Miami varios meses, porque la recuperación requiere de un tiempo largo. “Lo acompañamos todos los días a la clínica para el tratamiento, que es ambulatorio, y también hace rehabilitación tres veces por semana. Así que está contento, porque esto era lo que más quería hacer”, explicó.
Y, sobre el final, la animadora confesó que lloraba “todos los días”. "Pero lloro porque a mi hermano le toca batallar esta situación tan difícil. El llorar es porque mi cuerpo expresa lo que siento, que es un dolor enorme. Pero más allá de eso puntual, que está hace presente hace cuatro años, agradezco que lo tengo a mi marido que es una persona única que me acompaña de una manera increíble, concluyó.
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