En días en los que se baraja la posibilidad de que los niños puedan salir a la calle por un rato, para paliar los efectos nocivos del aislamiento obligatorio en sus estados de ánimo, los padres hacen lo imposible porque estas semanas encerrados en casa transcurran de la mejor manera. Para eso -y más allá de brindar amor, contención y paciencia, por supuesto-, no hay una fórmula única. Mucho se depende también de los recursos. Pero Natalie Weber encontró una forma que, según contó en las redes, entusiasmó a Mía, de ocho años.
Hablamos de un bebote, pero no uno más, común y corriente. Se trata de uno especial, hecho a encargo. A medida, podría decirse. A imagen y semejanza, si se permite la figura. Porque el muñeco que Natalie le obsequió a su hija tiene exactamente los mismos rasgos de Mía cuando era una hermosa beba. Y por las fotos que la modelo mostró en las redes, para de paso agradecer a la empresa que elaboró el juguete, el parecido es asombroso.
“Para Mía fue un momento único encontrarse con su réplica -contó Weber, quien también es mamá de Rocco-. Me hace preguntas de cuando ella era así de chiquita, y vemos las fotos juntas ¡y más se emociona! Sin dudas no pudo haber recibido mejor sorpresa que esta”. Y reconoció a la mujer que la elaboró -basándose en instantáneas y videos de la nena cuando tenía unos pocos meses de vida-, y que es responsable de un resultado muy logrado que demandó “un desafío enorme”. “Así, logramos tener una réplica de Mia en bebé”, dijo la mujer del jugador Mauro Zárate.
Un antecedente similar al regalo de Natalie a Mia podría encontrarse en Eugenia la China Suárez, quien en octubre le obsequió a Rufina Cabré -fruto de su relación con el ¿ex? novio de Laurita Fernández- un muñeco con rasgos y detalles idénticos a un bebé recién nacido. Si bien es cierto que esa pepona no estaba inspirada en ningún integrante de la familia de la actriz, su realismo asombraba tanto como en este caso. Y además, también había sido hecho por encargo: esos juguetes de plástico emulan a un bebé de hasta 12 meses. Créalo o no.
Aquella vez con la China, muchos de sus fanáticos creyeron encontrar parecidos en sus rasgos, aunque esto no fue más que una impresión subjetiva. Con Natalie, en cambio, el asunto es bien serio. Y más allá que la beba de Mía (¿qué nombre le habrán puesto?) cumpla con creces su propósito de entretener a la nena en esta cuarentena, también servirá como una distracción para su madre. “(Los hijos) crecen tan rápido que muchas veces me paso horas mirando sus fotos de cuando eran chicos”, reveló la panelista. Y ahora, además, podrá observar a la beba para recordar cómo era Mía.
Los Zárate -la modelo, el jugador xeneize y sus dos hijos- cumplen a rajatabla con el aislamiento en una casa del Gran Buenos Aires. Y allí, a la vez que el futbolista cumple en el gimnasio de su casa con los ejercicios que le envía el preparador físico de Boca, cuentan con muchas posibilidades para entretenerse, desde el jardín y la pileta (si el clima acompaña) a un karting, cuando quieren jugar y distraerse con los niños. Entre ellos, Mauro y Natalie tienen otro pasatiempo, inesperado para muchos: álgidas partidas en el célebre juego de naipes Buraco.
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