Natalia Oreiro reapareció en televisión, después de mucho tiempo de no brindar entrevistas en los medios periodísticos nacionales. El motivo fue por la emisión de Muñeca Brava, en un itinerario especial que brinda desde el lunes pasado Telefe, con motivo de sus 30 años.
La actriz otorgó una extensa nota desde su casa en el primer programa de Juntos Podemos Lograrlo, con Santiago del Moro, donde hizo un repaso de su carrera, habló de su relación de 19 años con Ricardo Mollo y contó cómo vive la maternidad durante la cuarentena.
“¿Te veías casada y con hijos?", le preguntó del Moro. “No, ni a ganchos, de hecho siempre respeté mucho a las mujeres que tienen ese sueño, pero no era algo que yo sintiera. Siempre fui una enamorada del amor, muy romántica e idealizaba las relaciones”, señaló, y agregó que “cuando me preguntaban cuándo iba a tener hijos, yo decía ‘cuánta presión'. Hoy es más natural que las mujeres decidan sus tiempos, por suerte el mundo está cambiando mucho en ese sentido".
Natalia señaló que la cuarentena le permitió acercarse mucho más a su hijo, Atahualpa, a quien le cuenta la verdad de lo que sucede con la pandemia del coronavirus, pero sin brindarle una excesiva información para evitar que se angustie. “Es un chico que le encanta viajar, con lo cual me acompaña mucho, pero cuando yo viajo es por trabajo entonces no siempre tengo el tiempo y las ganas para dedicarle. Cuando trabajás mucho llegás re cansado y es una excusa, pero también es una realidad”, sostuvo la cantante en relación a las giras que realiza por diversas partes del mundo.
Oreiro señaló que, por ese motivo, la cuarentena le permitió vivir otros tiempos junto a su pequeño: “Está buena esta situación de mirarnos, conocernos, divertirnos, escucharnos... yo tengo la suerte de que mi hijo dice todo lo que le pasa, por ahora es un niño que puede decir claramente sus emociones: si está feliz, si le duele algo, por qué le duele, si le molesta, y es muy respetuoso. Está bueno porque el vínculo es muy sano. Ayer lo escuchaba hablar con uno de sus amigos, y pienso que para ellos lo social debe ser muy duro, porque no creo que haya muchos chicos que se mueran por hacer tarea, pero lo que más le pasa es no verse con sus amigos”, relató la actriz de su hijo de ocho años.
En cuanto a su rol de madre, Natalia se definió como “sobreprotectora” y dijo que es algo que está “aprendiendo” a no serlo: “Es un trabajo de todos los días, no es de ahora. Siento que ser madre es tener el corazón fuera del cuerpo. Esté donde esté, estoy pensando si comió, si se bañó, si se limpió los dientes, si se acostó a dormir, si hace frío... soy de las que los sobreabriga, y siempre me dice ‘mamá, tengo calor'”, sostuvo entre risas.
“Nosotros tomamos la decisión de quedarnos en casa una semana antes de que se hiciera obligatoria la cuarentena. Cuando todo esto pase, porque va a pasar... hay que pensar en eso, va a pasar, porque a veces uno se angustia... tuve hace dos semanas de días de llanto que pensaba ‘¿por qué estoy llorando?’ Bueno, por todo lo que está pasando”, sostuvo.
Y habló sobre cómo manejará su sobreprotección con su hijo cuando termine el aislamiento social y todo vuelva a la normalidad: “No quiero pensar toda la vida en eso, porque me genera tanta ansiedad que voy a ir con el tarro de alcohol en gel y se lo voy a tirar así todo el tiempo”. Por otro lado, mencionó que para ella era importante cuidarse en cuerpo y mente para salir fuertes de esta situación: “Siento que es importante estar fuerte con la alimentación, tu aparato inmune lo trabajas con lo que comés y con lo que pensás, entonces creo que hay que trabajar todo esto. Lo que entra a nuestro cuerpo, lo que piensa, qué mensajes dejamos entrar, qué mensaje no, la alegría y quizás suena un poco naif pero siento que en este momento es un momento para repensar ciertos patrones que las personas tenemos que no nos cuidamos como deberíamos, nos preocupamos por cosas innecesarias”, sostuvo. Y agregó: “En este momento nos damos cuenta de que necesitamos muy poco para vivir. Queremos estar con nuestra familia, salir a caminar y a veces uno se preocupa por cosas absolutamente innecesarias, entonces me parece que eso es lo bueno que podemos ir aprendiendo”, finalizó.
SEGUÍ LEYENDO