Mientras cumple con la cuarentena obligatoria en su departamento en Palermo, Mirtha Legrand acudió a su cuenta en Instagram para recordar a su hijo, Daniel Tinayre, a 21 años de su muerte. La diva publicó dos fotos en las que se la ve a ella junto a él y su hija, Marcela, y escribió un breve pero emotivo texto.
“Al cumplirse un nuevo aniversario de tu partida, te recuerdo junto con toda la familia y tus amigos de toda la vida, con el mismo amor y cariño que nos diste en vida. Nunca te voy a olvidar, Dany querido”, escribió Mirtha junto a las fotos. En cuestión de minutos la publicación superó los 10 mil “me gusta” y recibió innumerables mensajes de apoyo de parte de sus seguidores.
Todos los 20 de abril la diva se toma unos instantes para recordar a su primogénito. El año pasado, por ejemplo, cuando se cumplieron dos décadas de la muerte de Daniel, Mirtha se emocionó en la apertura de su programa y le dedicó unas tiernas palabras: “Mi hijo Daniel Tinayre, donde quiera que estés, estás en el cielo. Mi emocionado recuerdo y mi amor de siempre…”
Y siguió: “El ser más bueno que he conocido en mi vida. Qué rico era, precioso, muy buenmozo, y tenía una sonrisa tan linda, contagiosa, nos hacía reír. Era la persona más buena que conocí en mi vida, la más bondadosa. Falleció en mi casa. Yo le leía libros cuando estaba en la cama, me ponía una bata, me iba al lado de él y le leía, y él me miraba… Recuerdo el momento que murió, me decía que quería ver el sol, la calle, los árboles. Estaba frente a un ventanal enorme, dio vuelta la cabeza y se durmió”.
Daniel Tinayre, que hoy tendría 71 años, nació el 20 de agosto de 1948, rodeado de actores y sets de filmación. Su madre, por aquel entonces, era una estrella del cine pero no de la televisión. Eran años de arduo trabajo para la diva: entre 1940 y 1956 hubo un solo año en el que no estrenó una película (1953). Fueron 29 largometrajes en 16 años. No era de extrañarse, entonces, que su llegada se anunciara en el trabajo: durante la filmación de El Retrato, antes de desmayarse.
Murió en 1999 tras meses de luchar contra un cáncer de páncreas. Poco era lo que se sabía de su vida privada. Trabajaba en un veterinaria en la calle Thames, en el barrio de Palermo. Era un de sonrisa contagiosa. Un tipo pintón con una vida reservada.
Le gustaba la literatura. Fantaseaba con escribir guiones. No quería sin embargo aparecer en la prensa ni seguir los pasos de su madre. “Él tiene pasión por su padre. Por mí también, pero por su padre mucho más. Mis hijos han tenido más libertad para hablar temas íntimos con su padre que conmigo. Yo soy una puritana, qué le voy a hacer. En una época se llevaban muy mal y yo sufrí mucho por eso. Pero creo que los hijos, al ver que sus padres envejecen, se van acercando”, contó Mirtha a la revista Gente en 1972.
La muerte de Daniel Tinayre padre, en 1994, los acercó. El joven Daniel fue una de las personas que más apoyó a su madre, acompañándola en cada acto, trámite o estación de duelo. “Lo acepté, pero nunca lo hablé con él. Tampoco lo hablé con mi marido. Mi hijo fue una persona muy discreta, encantadora, un chico adorable”, contó en una entrevista a Caras sobre la vida privada de su hijo.
Fue el mismo Daniel quien le contó a su madre de su enfermedad, un día antes del cumpleaños de la diva, que suspendió los festejos. “Desde que Daniel se enfermó, la señora solamente atiende el teléfono para hablar con su hermana Silvia, con su hija Marcela o con el productor Carlos Rottemberg”, contó en su momento Elba, una de sus empleadas históricas.
Luego de internarse un tiempo en la Clínica del Sol, Mirtha lo recibió en su casa, le cedió su habitación y la acondicionó para que estuviera cómodo. Ahí estaba el ventanal y la cama, donde Mirtha pasaba horas acompañándolo, haciéndole masajes para aliviar su dolor o simplemente conversando.
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