Como la gran mayoría de los argentinos, Graciela Alfano está cumpliendo la cuarentena obligatoria en su departamento, sin la compañía de ningún familiar. Luego de tantos días de encierro, la actriz contó en una videollamada con Intrusos que en estos días tuvo un quiebre emocional al recordar su dura infancia y cómo pasaba días enteros sin comer debido al olvido de su mamá.
Según su relato, estos tristes recuerdos regresaron a su memoria cuando intentaba realizar un pedido de comida por delivery, pero por la gran demanda no pudieron darle el servicio. "Me empezó a dar como un panic attack y sentí una cosa muy rara”, explicó en diálogo con el conductor Jorge Rial y su equipo de panelistas.
“Psicológicamente sabía que en algún momento iba a conseguir comida, pero en estos momentos después de tanto tiempo de estar aislados hace que en uno broten cosas porque miedos y grietas tenemos todos adentro”, agregó y dio detalles sobre su dolorosa niñez.
“Yo conté ya que en mi infancia, de los 4 a los 7 años, fui abusada. Pero hay algo que no conté y es que es que de chiquita fui una nena abandonada porque mi padre viajaba y yo lo veía una vez al año. Mi madre estaba conmigo, pero era una persona especial, se olvidaba de mí y había días enteros que yo no comía. Ella a veces pasaba la noche en otro lado. Yo recuerdo días enteros que me mantenía con una lata de leche condensada", señaló muy conmovida.
“A los 5 años desarrollé una técnica de agarrar los huevos crudos, porque no podía cocinarlos claro, y les hacía un agujerito de un lado y del otro, y los chupaba por ahí. Crecí esos años en base a leche condensada y a huevos de esa manera. Eso es lo que a mí me pasó y por más que tengo mucha terapia encima estas cosas quedan dentro mío”, afirmó la ex vedette.
Lo peor de todo es que Graciela relató que pasó por el quirófano en varias oportunidades cuando no era necesario. “Mi madre solía llamar la atención de mi papá operándome. A los 4 años me operaron de apendicitis y sacaron un apéndice sano. A los 6 me sacaron las amígdalas en una operación con anestesia local, yo estaba despierta y vi como las sacaban por mi boca. Tragué mucha sangre y recuerdo que vomité cuando volví a la cama y estaba sola, las enfermeras me asistían”.
“A los 7 años, se me inflamó la rodilla y mi mamá quería que me corten la pierna izquierda pero me salvó una tía que dijo: ‘Por favor, veamos otro médico’. Si no fuera por eso, yo en este momento estaría sin una pierna”, manifestó con los ojos llenos de lágrimas.
Alfano aseguró que ella se podría haber vengado de su mamá, sin embargo optó por ocuparse de ella hasta el día de su fallecimiento. Luego, Marcela Tauro le preguntó si había podido perdonar a su mamá después de todo ese sufrimiento: “Mi madre está muerta y yo hice en el último momento lo que tenía que hacer, me porté como yo quería. No sé si entendí o perdoné, lo que sí sé es que esas grietas están por más que yo haya hablado con terapeutas”. Por último, recomendó la importancia de hablar de episodios dolorosos para sacarse mochilas emocionales y andar más liviano por la vida.
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