Pamela Sosa se recibió de licenciada en Psicología hace un mes, y festejó con sus amigos y seres queridos cuando todavía no era obligatorio el distanciamiento social. Ahora se encuentra en su departamento aislada, cumpliendo la cuarentena. Como muchos argentinos, está preocupada por su situación económica ya que no genera ingresos al tener cerrado su local de indumentaria femenina.
“Entiendo que lo primero es la salud, pero nos afecta demasiado a los autónomos. Accederé a los créditos que van a otorgar y saldré de alguna manera”, asegura la misionera a Teleshow en una charla telefónica. A pesar de este contexto difícil, Pamela está contenta por haber terminado la carrera universitaria después de mucho esfuerzo y está ansiosa por comenzar una maestría dentro de unos meses.
“A los 18 años me fui de mi casa en Apóstoles y me instalé en Posadas para iniciar mi carrera. Mis padres me ayudaban y yo hacía promociones para poder vivir mejor. En cuarto año de la carrera, me tocó venir a Buenos Aires para una promoción. Me ofrecieron quedarme a vivir acá, trabajando para una agencia de modelos. Acepté porque tenía ganas de ingresar al mundo artístico, había estudiado actuación y era la mejor oportunidad”, relató Pamela.
De esta manera, se le abrieron las puertas de la televisión y el teatro.Trabajó con Alejandro Fantino, fue vedette de Carmen Barbieri, estuvo en el Bailando e incluso vivió en Chile y Miami con distintos proyectos profesionales. La facultad quedó en un segundo plano por los viajes y los compromisos laborales. A pesar de que le iba muy bien, decidió empezar una nueva etapa lejos de la fama.
“Hace dos años decidí priorizar la facultad. Después del Bailando decidí retirarme de los medios y terminar mi carrera. Me dediqué a estudiar y a mi local de ropa -asegura Sosa-. Me recibí en la Universidad de la Marina Mercante. Elegí estudiar ahí porque me reconocían 19 de las 35 materias que ya tenía aprobadas. Como me gusta la técnica cognitivo conductual, me anoté para seguir la especialidad de Neurociencias en la Fundación Favaloro, en agosto”.
“Mi sueño de chica fue ser psicóloga, tenía esa meta pendiente. Me costó mucho, hice varias materias juntas más las pasantías en el Hospital Borda y otras clínicas privadas. Fue bastante fuerte, aunque tengo dos hermanos con esquizofrenia, de alguna manera por ahí viene mi orientación psicológica. Entiendo bastante de la psicosis, convivo con ellos, es un tratamiento de por vida. Mis amigas que iban al Borda se asustaban, pero la verdad es que no hay que tener miedo: son personas que tienen un sufrimiento, y aquellos que te pueden agredir, están aislados”.
Además Pamela cuenta que le gustaría realizar una especialización en ansiedad y estrés, ya que la Argentina es “un país inestable y la economía repercute mucho en la gente por la incertidumbre de no saber hacia dónde vas a ir”. Estima que muchas personas tendrán ansiedad después de esta pandemia. El año pasado, ella misma tuvo un cuadro de ansiedad y realizó un tratamiento extenso: “Fue el estrés del trabajo y cuando se me murió mi perrita después de 12 años. Tuve algo similar a los ataques de pánico: no podía respirar, sentía dolor de estómago, compresión en el pecho”.
Lotocki, los problemas de salud, la Justicia
En 2006, cuando todavía no era famosa, por recomendación de una amiga conoció al médico Aníbal Lotocki. Fue hasta su consultorio acompañada por su papá que también es doctor y pasó por el quirófano para hacerse una cirugía estética. Ella quería ponerse prótesis mamarias, pero el cirujano también le hizo una liposucción y le colocó en los glúteos una mezcla de su propia grasa con metacrilato, una sustancia de relleno que usada en altas dosis provoca problemas de salud. Luego de la operación, comenzaron un noviazgo durante varios años y trabajaron juntos, ya que ella se encargaba de las relaciones públicas de la clínica de estética.
Lotocki fue aumentando su fama y era conocido en los medios por operar a varias famosas. En 2014 su reputación se puso en duda cuando Silvina Luna lo denunció por mala praxis. La ex Gran Hermano relató que tenía hipercalcemia (exceso de calcio en sangre) como consecuencia de haberse puesto esa sustancia de relleno en el cuerpo. Al principio, Pamela defendía al médico en los medios, incluso después de su separación. Pero con el paso del tiempo, también tuvo problemas: le salieron en las piernas y los glúteos unos granulomas (unas protuberancias en la piel que se forman cuando el cuerpo intenta aislar sustancias extrañas que no ha podido eliminar) y le diagnosticaron diabetes. Tras unos estudios médicos, le dijeron que eran consecuencia de haberse colocado ese producto tóxico.
Pamela Sosa, Gabriela Trenchi, Silvina Luna y Stefania Xipolitakis se unieron contra el cirujano y lo demandaron en la Justicia. El juicio por una supuesta mala praxis debía comenzar el 1 de abril, pero por la feria judicial se pospuso para más adelante. “Creo que al juicio lo tenemos ganado. Lo más probable es que le suspendan el título por una cantidad de años, pero no tengo la certeza. Hay que ver si es excarcelable o no. Es importante el juicio para que no siga afectando a otras personas, porque recibo mails de gente que se sigue atendiendo, no entiendo si no vieron las denuncias masivas por la tele. Es importante que se tome conciencia, yo no lo hice por estar mejor frente al espejo, me expuse a que me pongan cualquier cosa y hoy estoy sufriendo las consecuencias de una mala decisión”.
Por su mala experiencia con Lotocki, la psicóloga recomienda asesorarse muy bien antes de someterse a cualquier operación o tratamiento, ya que es importante tomarse el tiempo para investigar la reputación del profesional, hablar con otros pacientes para saber cómo fue su experiencia y también hay que consultar con varios médicos antes de tomar una decisión a la hora de entrar a un quirófano.
¿Cómo está su salud en este momento? “En estos días estoy mucho tiempo sentada y como tengo varios granulomas en el glúteo, me provoca dolor. Son como unas pelotas que te provocan presión porque están pegadas al músculo. A la diabetes la tengo controlada hace 10 años. Soy responsable con mi enfermedad, lo más importante es comer sano, hacer ejercicio físico y la medicación justa, porque soy insulina dependiente. Me controlo con mi médico y ahora estoy bien, aunque al principio me deprimí mucho”, responde.
Luego de haber cumplido su sueño de recibirse de psicóloga, Pamela tiene ganas de volver a estar en pareja y poder formar su propia familia. “La carrera me da la posibilidad de estar más tranquila y podría tener una relación. Los golpes siempre sirven para algo, para caerte y levantarte, en mi caso pude levantarme. Todos recibimos golpes, lo importante es tener la capacidad de resiliencia y de encontrarle lo positivo, salir adelante. No tener rencor me hizo más fuerte y ser la persona que soy ahora”.
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