De antemano, se tiende a pensar que los artistas de mayor trascendencia, los de mayor posición económica, si se quiere, pasan una cuarentena diferente a la de los ciudadanos comunes y corrientes. Incomparable a la de cualquier vecino. Y si bien pueden existir estos casos, que de hecho los hay, no todos atraviesan con tanta liviandad este periodo de aislamiento social. Con una casa con varios metros cuadrados más grande que la del común de gran parte de la sociedad, el encierro, el no poder salir, en definitiva, afecta a todas las personas más allá de la clase a la que pertenezca.
De un tiempo a esta parte Ricky Martin interactúa seguido con sus fanáticos. Allí parece encontrar una vía de escape para que lo que está sucediendo no lo afecte más de la cuenta. Y si bien está con sus hijos, Lucía, Renn, Matteo y Valentino, con su pareja, Yosef, y hasta con Nereida, su madre, también necesita ese espacio para distraerse, salir de la rutina que parece agobiarlo.
A raíz de esto, el cantante boricua manifestó en un vivo de Instagram los pormenores. Contó que lo está afectando más de la cuenta y que en muchas oportunidades se siente sofocado por la situación, ante este enemigo invisible. “He estado sintiendo muchísimo todo esto…hoy es mi día número 28, 29 en la cuarentena, y estamos mucho más tranquilos, porque las primeras semanas, especialmente la primera, fue…mucha información, la capa de superhéroe, tenemos que hacer cosas. Mucha información del planeta, de la vida de Dios. Bueno, estoy en mi casa, poniendo todo en orden, pero sobre todo sintiendo mucho. En un momento me dije que me tenía que tranquilizar un poco, enfocar en mi casa, en mis emociones, en todo lo que tenemos que sentir, porque estamos en ese proceso”.
A continuación, pidió apoyarse en la gente que es más fuerte para no caer en un vacío. “He tenido mis altas y bajas. Yo siento mucho miedo; coraje, mucha frustración…pero hay mucha gente optimista, positiva, y tenemos que buscar ese canal, no queda otra”.
En otro momento del vivo detalló como hace a la hora de salir a la calle para abastecerse. “En mi casa aprovecho; estoy llorando, estoy riendo, con momentos de mucha calma. Ahora, yo no dejo que nadie salga de mi casa teniendo a personas que amo, no quiero que nadie más que yo tenga que exponerse. Confío en mis cuidados y en que desinfecto todo muy bien. Prefiero ser yo quien tome esa responsabilidad. Es fuerte pensar que volverás a casa con algo y que contagiarás a la gente que amas, pero tengo que hacerlo”.
Respecto de los recaudos y medidas sanitarias que lleva adelante, admitió que es muy precavido, a tal punto, que cuando sale, no lo conoce nadie de todo lo que se pone. “Yo me pongo una máscara hasta acá (señalándose los ojos), las gafas, y me voy como astronauta hasta la farmacia, si es que tengo que buscar medicina, o comida, soy papá, hay que comprar leche, y salgo con mi botellita de spray con alcohol, me pongo guantes, no toco nada, trato de tener mucho cuidado con la gente… La otra vez un tipo estaba muy, muy cerca de mí y se lo dije: ‘Señor, usted no entiende que estamos lidiando con distanciamiento social, ¿se puede separar un poco más?’. No me reconocen con todo lo que llevo puesto, y si me reconocen tampoco me importa”.
Luego, contó cómo se siente al pensar en todo lo que tiene que hacer, toda la estrategia que tiene que poner en funcionamiento, para poder dar un paso afuera de su casa. “De todas maneras es muy agotador todo esto, pensar como sigo…obviamente está mi mamá acá, mis hijos, mi esposo, y lo que menos quiero es contagiarlos, pero es mucho el estrés, mucho estrés”.
Más tarde puso el foco en su fundación y en la ayuda que logro llevarle a los médicos de Puerto Rico, país de donde es oriundo. “Estoy celebrando, porque gracias a ustedes, hemos podido ayudar un poquito a nuestros médicos, que están ahí, arriesgando sus vidas día a día. Hemos hecho todo lo posible para tratar un poco de protección a nuestra gente. Empezamos con Puerto Rico, pero la idea es impactar con esta iniciativa a todas las regiones”.
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