¿Se trata sólo de un paso de comedia? ¿O acaso estas supuestas bromas esconden violencia machista? Desde el sábado pasado estas preguntas giran en torno a la pareja de Luisana Lopilato y Michael Bublé. Todo comenzó cuando, en uno de los vivos de Instagram que ambos están haciendo para interactuar con sus seguidores durante la cuarentena, el cantante le dio un codazo y zamarreó a la actriz por haber hablado encima suyo. Parecía suponerse que era en tono de humor. Sin embargo, los fans de la argentina no se lo dejaron pasar y estallaron en las redes sociales.
A partir de entonces comenzaron a aparecer videos de otros momentos en los que el cantante canadiense habría tenido actitudes prepotentes para con Luisana. Y aunque ella misma se encargó de negar terminantemente que Bublé fuera un maltratador o un machista, para muchos las imágenes hablan por sí mismas. Pero además, la realidad indica que en muchas oportunidades las víctimas de violencia se ven obligadas a defender a sus propios opresores.
Ante esta situación, Teleshow consultó a tres especialistas en lenguaje no verbal. Sergio Rulicki, doctor en Ciencias de la Comunicación Social y licenciado en Ciencias Antropológicas; Hugo Lescano, director del Laboratorio de Investigación en Comunicación no Verbal y consultor de la OEA (Washington) en Comunicación No Verbal; y Silvia Ramírez Gelbes, doctora en Lingüística, se encargaron de analizar los polémicos videos.
La conclusión que hace Lescano sobre la secuencia es terminante: “Si esto fuera un peritaje judicial y tuviéramos que presentar una intervención de nuestro laboratorio de investigación en comunicación no verbal, claramente indicaríamos una luz de alerta sobre una situación de dominación que está padeciendo Luisana Lopilato. Siempre le creemos al cuerpo cuando tenemos que elegir entre el lenguaje corporal y las palabras, porque nuestro cuerpo no sabe mentir”.
Pero es interesante desarrollar el análisis. Sobre el video que desató la polémica, el especialista resalta que al tratarse de un vivo y no una grabación, es un formato ideal para el estudio. “Se ve el codazo que le da Bublé a Luisana y cómo luego la trae rápidamente. Y esto se da en el marco de una improvisación, es decir que no fue una actuación”, detalla Lescano.
No obstante, aclara: “Cada vez que hacemos el análisis de la comunicación no verbal tenemos que ver el perfil comunicacional en su conjunto, para luego estudiar los contrastes que se puedan detectar en situaciones específicas. Esto nos permite saber si la persona está gesticulando como lo hace siempre o lo hace de manera particular por algún motivo en esa ocasión. Y en el caso de Bublé, tenemos una persona cuyo perfil comunicacional es extremadamente dominante".
En tanto, Ramírez Gelbes explica: “¿Él tiene un comportamiento brusco? Sí. ¿Ella no reacciona ante ese comportamiento brusco? No. ¿Se puede inferir de eso que ella está acostumbrada? No. Hacer un análisis como lingüista me parecería imprudente. Hay un montón de explicaciones que se podrían dar, pero no creo que se pueda sacar una conclusión de ese gesto. Un análisis no puede basarse en un dato descontextualizado”.
Rulicki, por su parte, argumenta: “Cuando se analiza la comunicación no verbal de una persona o una pareja puede ser un error basarnos en un solo ejemplo. Que la acción que ejerce Bublé sobre su esposa al comienzo del famoso video es brusca, nadie podría negarlo, es evidente. Pero, ¿puede haberse comportado de esa manera creyendo que podía resultar gracioso, y no se dio cuenta y le salió mal? ¿O ese tipo de relacionamiento corporal es común de parte de él hacia ella? No lo sabemos, y Luisana inmediatamente defendió a su marido".
"De todas maneras -agrega- hay una forma de intentar entender más profundamente a los personajes de la historia en cuestión. Dejando de lado a Lopilato, cuyo deplorable rol en la sitcom Casados con hijos representa la peor imagen que una mujer podría dar de sí misma y del género femenino en términos de banalidad, falta de inteligencia, procacidad, etcétera, concentrémonos en tratar de entender la personalidad de Bublé a través de su comunicación no verbal”.
Minutos después del controvertido comienzo del vivo del escándalo, hubo otro episodio en el que Luisana intenta acomodarle el pelo a Bublé y él se corre bruscamente. Esto fue leído por los seguidores de la actriz como un gesto de desprecio del cantante hacia a ella.
"Recordemos que al decir de Darwin, en los mamíferos, básicamente tigres, perros, osos, monos, inclusive ballenas y delfines y, lógicamente, también los seres humanos, los machos dominan en la especie de una manera que es bastante visible. Nuestra especie es la única que puede problematizar los estándares de igualdad entre machos y hembras. ¿Qué queremos decir con esto? Que no podríamos justificar que el macho puede dominar en la especie de la manera que lo hace Michael en su interacción con Luisana. Porque nosotros tenemos la capacidad de analizar qué parte de nuestro lenguaje corporal está ejerciendo una extrema dominación, en este caso, sobre la pareja”, asegura Lescano.
Rulicki, por su parte, intenta centrarse en la conducta del canadiense para analizarla: “La manera más simple de hacerlo es recurrir a los cientos de imágenes que de él existen en la web y que son accesibles a través de cualquier buscador de Internet. ¿Qué encontramos? En primer lugar llama la atención el alto nivel de incomodidad y rigidez que muestra en las más variadas circunstancias, ya que prácticamente en ninguna de sus imágenes públicas, estando solo o acompañado por su esposa, Bublé sonríe de manera amplia y genuina. Sus sonrisas son forzadas: intenta parecer contento estirando las comisuras y separando ampliamente los labios, pero la parte superior de su rostro no participa. Esto es típico de las personas introvertidas, que al contrario de la tendencia más genuina de su personalidad, se dedican a actividades propias de personalidades fuertemente extrovertidas. También es típico de personas que sufren por diferentes causas, entre ellas el trastorno narcisista, y que no se permiten mostrar abatimiento, tristeza o angustia, sino que se sienten obligados a representar el papel de personas constantemente felices, y por eso fingen amplias sonrisas como parte de la fachada encubridora de su sufrimiento”.
“Te voy a matar”, le dice Bublé a Luisana en otra filmación que salió a la luz, cuando acababan de terminar un vivo y él pensó que la trasmisión se había terminado. Ella, ante esto, solo atina a tratar de disimular esta acción verbal. Pero a sus seguidores el mal momento no les pasó inadvertido. “En los videos que vemos circulando en la web se ratifica que en el lenguaje corporal de Bublé se percibe cierto grado de hostilidad. Pero deberíamos tener otros videos para saber si esta hostilidad se ejerce únicamente en su pareja, si se ejerce solo con uno de los géneros o se ejerce con todo su entorno, sin importar el género o el grado de familiaridad”, asegura Lescano.
En uno de los primeros vivos de esta cuarentena, Bublé se enoja con Luisana porque llega unos minutos tarde, ya que estaba cocinando cupcackes para la familia, y lo obliga a comenzar solo. Pero ella parece acostumbrada a estos destratos. “En lo que respecta a su relación con su esposa, aceptando que lo que se observa en el primer video no se trata de un "verdadero zamarreo', sino de una especie de ‘juego’ inconsciente pero consentido, en el que, como es común entre los adolescentes, cumple la función de descargar las ansias sexuales a través de pequeños empujones y otras acciones corporales levemente agresivas, eso no anula el hecho de que la exploración de las imágenes disponibles en la web en las que aparecen juntos, son muchas las ocasiones en las que Bublé no solo no sonríe de manera genuina, sino que muestra tristeza, preocupación, disgusto y rechazo, al producir expresiones faciales levemente despectivas, algunas de ellas en apariencia dirigidas hacia la propia Lopilato”, analiza Rulicki.
Otro momento incómodo para Luisana se da en el cumpleaños de uno de sus hijos, cuando Bublé no le permite encender las velas de la torta. Para muchos, este fue uno más de sus gestos de dominación hacia ella. Sin embargo, en su análisis, Rulicki hace referencia a esto en la manera en la que el cantante abraza a la actriz.
“Representa una forma de manifestar posesión de él hacia ella, es decir, objetivación y despersonalización. Se trata del ‘abrazo candado’, en la que el brazo de Bublé cruza por delante del torso o el cuello de Lopilato, realizando una especie de ‘llave’. Se trata de un abrazo que inmoviliza o restringe la capacidad de movimiento del otro y, por lo tanto, lo domina. Este tipo de abrazo aparece habitualmente en situaciones en las que un extraño, o incluso un conocido, mira de manera sexual a la pareja de un hombre, que al percibir esa mirada de interés reacciona inconscientemente realizando el ‘abrazo candado’ para dejarle en claro al mirón que esa mujer ‘es suya’, es decir, que está comprometida”, explica el especialista.
Aunque en su momento se había tomado como “una perlita” divertida, la participación de Bublé y Luisana en el programa de Susana Giménez, cuando él, en una supuesta humorada, la tomó con fuerza de la mandíbula, hoy toma otra dimensión. "Hay diversas instancias en las que hemos visto la manera en la que el lenguaje corporal de Michael se expande, ya sea por sus extremidades superiores, como en el último vivo con un codazo, o alejándose, quitando la mano de la otra persona, en este caso de Luisana. Como también tomando con su mano el cuello de ella, como sucede en el video en el que están con Susana, donde él hace una suerte de actuación, colocando a Lopilato en una situación complicada. Se ve la presión que ejerce con los dedos sobre la cara de ella, apretándola con una intensidad notoria”, dice Lescano.
En tanto, la conclusión de Rulicki en base a las imágenes de la pareja es la siguiente: “Bublé aparece en las imágenes públicas como alguien que se siente habitualmente incómodo, que sonríe por obligación, que produce expresiones de rechazo hacia su esposa y que la abraza proclamando al mundo que esa mujer le pertenece”.
Frente al repudio que comenzó a recibir Bublé a partir de la difusión de todos estos videos, Luisana decidió aprovechar un nuevo vivo de Instagram para hacer un descargo en su defensa. Pero la realidad es que muchos dudaron de la honestidad de sus palabras.
“Más inquietante que el lenguaje corporal de Bublé, es el lenguaje no verbal de Luisana cuando realiza esta intervención tratando de calmar las aguas”, asegura Lescano. Y desarrolla: “Ella comienza explicando la situación y diciendo que leyó los mensaje se los seguidores. Dice: ‘Quiero decirles’. Y cuando dice eso y comienza lo que ella supuestamente quiere decir, cierra la mano en forma de puño. El puño cerrado, cuando estamos iniciando un discurso, cuando estamos haciendo una afirmación o cuando estamos dando un mensaje, en el nomenclador de la comunicación no verbal de la comunicad científica está señalado como un gesto de ira”.
El especialista explica: "Puño cerrado indica ira. En el mejor de los casos, implica una tensión negativa. Muy cercana al enojo, si no hablamos de enojo propiamente dicho. En este contexto, no hay mucha diferencia. Si tuviéramos un subtítulo del lenguaje corporal para traducirlo, sería: ‘Les voy a decir algo que me enoja muchísimo’. Y aunque ella en su rostro intenta mostrar otra cosa, su cuerpo no la deja mentir. Y se expresa con el puño cerrado”.
Lescano remarca también el momento en el que Luisana dice que hay que estar atentos a estas cuestiones “que yo no sufro”. “Ella dice que ‘no’ sufre, con sus palabras, y dice que ‘no’ con la cabeza. Excepto el último segundo, que deja de decir que ‘no’ y, en silencio, dice que ‘sí’ con la cabeza. Negar con la cabeza cuando estamos afirmando o afirmar con la cabeza cuando en la palabra estamos negando, nos da un claro concepto de contradicción. Es muy sutil el movimiento, pero si se ve el video varias veces se puede apreciar claramente”, asegura.
De la misma manera, el especialista señala que en otro momento Luisana dice que la puso “muy contenta” el nivel de concientización que hay entre sus seguidores sobre este tema. "Cuando dice la palabra ‘contenta’ dice que ‘no’ con la cabeza. O sea que, en realidad, no se puso contenta por esta situación. De la misma manera que en el punto anterior, podemos decir que su cuerpo dice que ’sí' y ella está sufriendo esa situación, por lo menos desde su percepción” .
En esa misma secuencia, Lescano marca que Luisana junta sus manos en “el emblema del ruego". ”Los emblemas que solemos hacer con las extremidades superiores son gestos o códigos comunicacionales que no necesitan interpretación, porque existe convención social sobre su significado. Cuando juntamos las manos, algo que hacemos en gran parte del mundo, es para pedirle a alguien por favor algo. Utilizamos de manera inconsciente ese emblema, entrelazando nuestras manos, cuando nos sentimos vulnerables, cuando necesitamos salir de la situación en la que estamos".
Otro punto que destaca, ya casi sobre el final del video, es cuando ella dice que esos mensajes le demuestran “el amor que me tienen y que nos tienen”. “Cuando habla en plural y dice ‘nos tienen’, que es el momento en el que lo incluye a Bublé, golpea fuertemente con su mano sobre el mueble que tiene delante. Y el golpe se siente claramente. El golpe, que es un impulso involuntario que solemos realizar cuando queremos demostrar énfasis, es lo suficientemente notorio y demuestra su enojo. El mismo que tenía al comienzo con su puño cerrado, ahora expresado de manera más clara y contundente, cuando tiene que incluir a su pareja en lo que está diciendo. Y refleja el grado de irascibilidad que tiene Luisana sobre la participación de Bublé en esta historia”, asegura Lescano.
Finalmente, Lopilato dice: “Este no es mi caso”. “Dice que ‘no’, pero de manera clara, precisa, dice que ‘sí’ con la cabeza. En resumen, si hubiese que subtitular el video como si fuera una película en otro idioma, Luisana diría: ‘Estoy molesta con Bublé, tengo ira con esta situación, la estoy pasando mal y estoy sufriendo aunque verbalmente me veo obligada a decir lo contrario", concluye Lescano.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas.
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