Georgina Barbarossa cuenta que se tiñó hace unos días y que ahora está en condiciones de compartir con Teleshow un video desde su casa, en donde pasa la cuarentena obligatoria junto a su madre Susana, Benicia -la mujer que la cuida- su sobrina Lucía -que llegó de Córdoba hace tres años para estudiar actuación en Buenos Aires-, su sobrino postizo Daniel Cáceres, y su perro López.
La actriz se mudó en diciembre de 2018, pero a la semana siguiente se fue a hacer temporada hasta marzo, luego comenzó una gira nacional que la mantuvo ocupada durante el año, en verano de 2019 también hizo teatro en Villa Carlos Paz, y es por eso que recién ahora logró ordenar y acomodar su casa.
“¡Estoy feliz!”, dice en su living mientras asoman desde el balcón flores y plantas. Desde allí también se ve el emblemático edificio de Obras Sanitarias. “Parece que estoy en París”, bromea sobre la estructura del edificio.
La actriz es madre de los mellizos Juan y Tomás -fruto de su relación con Miguel El Vasco Lecuna- pero ellos pasan el aislamiento en sus respectivos hogares. “Del lado de ellos todavía no soy abuela, pero del lado del Vasco sí tengo nietos, Lucas y Mora, que cumplieron en medio de la cuarentena así que lo festejamos por videollamada", indica Georgina y valora el uso de la tecnología para este tipo de situaciones.
Georgina enviudó el 2 de noviembre 2001 cuando su marido fue asesinado durante un asalto. Desde entonces, lo tiene presente en todo momento y es por eso que en su nueva casa también decidió rendirle un homenaje en un rincón de su living. “A él le gustaba la música y era DJ”, explica mientras muestra una mesa con una bandeja antigua y una foto del empresario. Además, todavía conserva discos de pasta.
Sobre una de las paredes aparece colgado un espejo que tiene una particular historia: “Me lo llevé del teatro Tabariz cuando empecé a trabajar, allá por 1980. Estaba en un rincón del camarín 4 y nadie lo quería, lo iban a tirar. Así que me lo llevé, sin pedirle permiso a Carlos Rottemberg”, recuerda y revela que el productor teatral se enterará a través de esta publicación.
En un pasillo de su casa está ubicada la enorme biblioteca en la que tiene una gran cantidad de libros. “Los separo según el autor argentino”, explica quien tiene sobre el mueble los distintos premios Martín Fierro que ganó a lo largo de su carrera como actriz. A su lado, sobresale una escultura “del David que mató a Goliat”.
Georgina se sensibiliza a la hora de referirse al coronavirus y asegura que prefiere llamarlo COVID-19. “Creo que es muy importante para la humanidad darnos cuenta y tomar conciencia. Chicos, no podemos seguir haciendo la vida que estábamos llevando. Para todos es complicado. Hay otros que la están pasando peor, lo sé. Hay gente que se muere... Lo que no puedo entender es que la gente salga, que vaya a pasear”.
También invita a que mediten y reflexiona: “Hay que pensar que la vida pasa por otro lado. Que nos podemos morir de un momento a otro. Eso lo sabemos. Así que aprovechá cada instante. No salgas. Están diciendo que no salgas, ¿por qué salís? ¡No lo puedo creer!”.
Y agrega que ella estuvo 15 días en su casa y que recién ahora tiene la necesidad de ir a hacer una compra. “¡Ponete el pañuelo y dejate de hinchar!”.
Durante los días que pasa en su casa, además de ordenar -"mis manos son un desastre porque me la paso limpiando"-, la actriz también medita y toma clases de yoga con ejercicios que le envía el profesor que tuvo durante la última temporada en Villa Carlos Paz, cuando encabezó Un estreno o un velorio, de Flavio Mendoza.
Antes de que decretaran la cuarentena obligatoria, la exitosa obra teatral estrenaría en Buenos Aires. La actriz, además, había recibido la propuesta de ser parte del Bailando 2020, pero debió rechazarla porque ya se había comprometido para regresar con el espectáculo infantil Doña Disparate y Bambuco, de María Elena Walsh. “Pero ahora todo quedó en stand by”, lamenta quien debió poner en pausa sus proyectos laborales.
Lo que sí logró seguir son las clases de teatro (pueden anotarse a través de @geobarbarossa o al 11-3659-6057), que retomó a través de encuentros virtuales junto a sus alumnos y su socio, Diego Rinaldi.
“Acá estamos. Intentando que la vida sea más maravillosa aún. Siempre pienso que a pesar de todo la vida es maravillosa. Piensen, mediten, lean, rían, hagan gimnasia, dibujen, pinten, escriban, graben cosas lindas. Que Dios los colme de bendiciones y que este virus nos encuentre a todos muy unidos y muy cambiados. Un beso enorme a toda la gente que ha perdido a sus familiares de esta forma espantosa”, concluye Georgina Barbarossa.
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