Dalia Gutmann y la cuarentena en familia: de los “momentos de rivalidad" pero también de "cariño” con Wainraich, a los vasos con nombres propios

La comediante comparte cómo vive el aislamiento en familia y cuenta: “Tenía la fantasía de que todo esto fuera un invento de Estados Unidos y China, pero los hechos me están demostrando otra cosa”

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Dalia Gutmann en su última visita a Teleshow (Crédito: Santiago Saferstein)
Dalia Gutmann en su última visita a Teleshow (Crédito: Santiago Saferstein)

“Estoy en la mejor de las situaciones: tengo la verdulería pegada a mi casa, el (supermercado) chino enfrente, y me encanta estar con mi familia. Me parece un planazo”, dice Dalia Gutmann, mientras posterga la limpieza del baño para sentarse a hablar con Teleshow en medio de la cuarentena. “Viste que hay cosas que decís: 'Bueno, mañana lo hago, mañana lo hago’, y van pasando los días...”.

La comediante divide sus horas de aislamiento social entre su familia -Sebastián Wainraich, su pareja desde hace 18 años, y sus hijos Kiara y Federico-, y la escritura de su próximo show. Tras despedir en 2019 la novena temporada de su éxito teatral Cosa de minas, Dalia esperaba estrenar su nuevo unipersonal a comienzos de mayo. Pero ahora, en tiempos de coronavirus, tendrá que esperar.

Tenía la fantasía de que todo esto fuera un invento de Estados Unidos y China, pero los hechos me están demostrando otra cosa”, confiesa la humorista que, a tono con la época, planea empezar a probar su material inédito en vivos de Instagram.

—¿Cómo están llevando la cuarentena? ¿Están saliendo a trabajar o trabajan desde casa?

Sebas (por Wainraich) hace el programa de radio desde acá, y yo estoy escribiendo el nuevo show. Trato todos los días de escribir un rato, tres o cuatro horas. Pero estamos las 24 horas del día acá.

—¿Y cómo organizan las tareas de la casa en esta situación?

—La verdad que bastante bien. Tengo este problema que tenemos el 60 % de las mujeres del mundo que es que al chabón le tenés que dar la indicación. Si no, no se da cuenta solo de que hay que limpiar un baño. Sebas es muy bueno acatando la orden y es colaborativo, pero si no le decís “hacé tal cosa” no va a salir de la cama.

Dalia Gutmann junto a Sebastián Wainraich
Dalia Gutmann junto a Sebastián Wainraich

—¿Los chicos colaboran?

Fede tiene siete, todavía está en una edad que mucho no le puedo exigir, y Kiara está entrando en la adolescencia, es una etapa complicada. Pero, por ejemplo, tenemos cuatro vasos nada más, y les pusimos nombre. Entonces, cada uno se hace cargo de su vaso. Un día me di cuenta de que había lavado 743 vasos y dije: “Esto no puede seguir así”.

—Y vos, ¿cuán maniática sos?

—Yo soy obsesiva de boludeces. Por ejemplo, una colcha hay que guardarla adentro de una bolsa porque si no se llena de polvo. Entonces, cuando veo que no se hace, me pongo un poco mal y trato de hacer la vista gorda. Pero soy cero obsesiva de la limpieza. Mi mamá de muy chica me dio un re consejo: como la casa es una trampa mortal y nunca es que ya hiciste todo, hay que estar muy atento a que no te chupe toda la energía. Entonces, nunca fui muy obsesiva de un hogar impecable. Hay cositas que sí. Te barro todos los días el piso, pero siempre hay algo para hacer. Hay que tener mucho cuidado con eso.

—Estar en familia las 24 horas todos los días puede ser agobiante por momentos. ¿Lográs hacerte un espacio para pasar tiempo sola?

—Cuando empezó esto, desde la mañana hasta las tres de la tarde los chicos eran responsabilidad de Sebas, y desde las tres en adelante, mía. Estaba bueno porque estaba distribuido. Ahora ya está, como que todo se dio vuelta. Pero sí, por ejemplo, recién me tiré un minuto y le dije a Kiara: “Necesito estar sola”, y me lo entendió. Sí, ratitos.

—¿Y solos en pareja? ¿Están pudiendo tener esos encuentros?

—Y... Hay como bastantes momentos de rivalidad, que yo le pido que haga algo y él no quiere y qué sé yo... Cada tres o cuatro días nos agarra así como cariño y nos abrazamos. Pero no es la moneda corriente.

—Le escribiste por Twitter: “Si pasamos la cuarentena, nos casamos”,

—A veces a uno le agarra un ataque de entusiasmo que es efímero, porque después pasa y se va. Como una declaración de amor. Pero no creo que suceda, Tati. Yo sé que a vos te encantan los casamientos, pero…

—No, a mí me encanta que vos ya le propusiste casamiento y él no reaccionó. Me parece horrible de su parte.

—Sí, pero está bien, está bien... Yo creo que si él me dice: “Bueno, dale”, es la típica que no sé si quiero...

—¿Cuál fue el peor momento dentro de la cuarentena?

—Por ahora la vengo re zafando porque además, como laburo, estoy entretenida. Pero ayer, en un momento, se me quemó el almuerzo y sentí como: “¡Basta de esta mentira! ¡Yo no sé cocinar!” (risas). Me da miedo. ¿Viste esa palabra “bajar”?, es lo peor... El momento en el que caiga en la realidad de lo que está pasando, me voy a angustiar fuerte.

—¿No estás asustada todavía?

—La vengo negando, tapando con cosas, hago videitos para Instagram. Todavía no hubo un momento así catastrófico.

—¿Cómo te llevas con las noticias y lo que se publica todo el tiempo?

—No soy de prender mucho el noticiero. Todos los días trato de seguir un poco la situación en el mundo, sobre todo en Argentina, y la verdad viene bastante controlado, por lo que se sabe. La realidad realidad, no sé cuál será. Intento informarme, pero no miro esos programas tipo panelismo donde todos opinan y cualquiera dice cualquier cosa. Me da miedo también el tupper: intento llevar una vida en la cual la oscuridad del mundo no me atrape, pero sin entrar en un tupper donde no estoy en contacto con lo cotidiano de las noticias. Pero muy poquito. Y hay periodistas que directamente los evito porque son muy apocalípticos.

—¿Cómo te llevás con las tareas escolares durante la cuarentena?

—Soy una pésima madre de tareas escolares. Esto no se lo digo a mis hijos, pero a mí me aburrió siempre mucho tener que hacer la tarea y siempre fui muy mala acompañando. Pero estuve reflexionando acerca de esto que nos está pasando y leí un texto que todo al que se lo muestro me lo critica, pero a mí me resulta re interesante, sobre qué nos viene a enseñar el coronavirus. Y habla un poco de esto de estar más en tu casa, con tus hijos, y también de la responsabilidad de educarlos a nivel escolar en este momento. Entonces me empecé a tomar más en serio el tema de sentarme con ellos a estudiar y estoy tratando de mejorar. Ayer estuve cuatro horas leyendo con Kiara, algo que no había hecho nunca. Fui la peor madre del mundo hasta esta situación. Tal vez es una oportunidad para…

—Para conectar distinto.

—Sí.

—Y con la fiebre de hacer deporte en casa, ¿te enganchaste?

—Uff, la detesto. Yoga es lo único que trato de hacer por una cuestión de no dejar de tener elongación en el cuerpo. Pero todo eso de la onda fit me pone renerviosa. Entiendo que hay gente a la que le encanta y le hace bien y le da felicidad, pero a mí todo lo que es sobreexigido, me angustia. Una cosa es exigirse y otra cosa es sobreexigirse. A mí la onda fit y la onda restrictiva de cuidarse tanto no me van.

—¿Estabas haciendo terapia antes de la cuarentena?

—Sí, con Graciela, desde el 2013 hago terapia.

—¿Y seguís por Skype o cortaste?

—¿Sabés que no? Y no quiero hacer por Skype, me parece raro.

Dalia Gutmann está trabajando en un nuevo espectáculo luego de 9 temporadas de éxito con "Cosa de minas"
Dalia Gutmann está trabajando en un nuevo espectáculo luego de 9 temporadas de éxito con "Cosa de minas"

—¿Cómo viene la obra nueva?

—Es un unipersonal que sería como una segunda parte de Cosa de minas. Estoy escribiendo bastante material, estructurando el show y hablando con músicos para ir armándolo.

—El contexto no es el más indicado para planificar, pero, ¿cuándo va a estar listo para estrenar?

—La fecha de estreno inicial era el 6 de mayo, en el Teatro Maipo. Ahora no sabemos cuándo será. Mientras, subimos Cosa de minas a YouTube y puede verse en forma gratuita.

—Salís de la cuarentena con la obra escrita.

—Espero, sí. Ya estoy recontra avanzada. Estoy en la etapa de relectura porque ya está escrito y me tengo que poner a practicar y a ensayar. En general, estas cosas se hacen con público porque la forma de probar si el material es gracioso o no es haciéndolo adelante de la gente. Así que, tal vez, en algún momento de la cuarentena, me voy a poner a hacer vivos a ver qué me dice la gente de los materiales que estoy escribiendo.

—Estás usando las redes sociales para subir videitos tuyos y con Sebastián.

—Sí, es que es algo que hay que hacer. Los comediantes estamos haciendo un montón de cosas. Así como el periodista tiene la vocación de informar, el comediante siente esa misión de divertir a la gente en este momento.

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