Bienvenidos a bordo, el programa que conduce Guido Kaczka por El Trece, es uno de los tantos ciclos que se las tiene que arreglar para seguir al aire en medio de la pandemia por el coronavirus y la cuarentena obligatoria. Desde la semana pasada el conductor dejó de recibir participantes en el piso y, en su lugar, realiza los juegos de preguntas y respuestas a través de comunicaciones vía Skype, incluso con famosos.
En la emisión del lunes pasado Mónica Ayos y Diego Olivera fueron los encargados de abrir el programa. Desde su casa en México, donde están cumpliendo la cuarentena, la pareja de artistas desplegó todo su carisma y pasó un momento muy distendido mientras jugaban con Guido, con quien mantienen una relación de amistad.
Mónica y Diego avanzaban contestando correctamente pregunta tras pregunta, hasta que se toparon con una que parecía que no iban a poder contestar: “¿Qué reconocido filósofo escribió la famosa obra ‘Crítica de la razón pura’?” Las caras de confusión de los actores no se podía disimular, era evidente que no conocían la respuesta. Con el objetivo de brindarles unos minutos para pensar, el conductor les propuso que agarren el celular con el que se estaban comunicando para mostrar su hogar.
Mientras Mónica sonreía, su pareja aceptó la propuesta de Guido y realizó un breve recorrido por el living. Unos instantes después volvió al encuentro con la actriz. Y el conductor no quiso perder más tiempo: era el momento de contestar la pregunta. Ante la sorpresa de todos, ella respondió: “¡Immanuel Kant!” Efectivamente, el filósofo prusiano escribió la obra en 1781.
“Es increíble la capacidad… El conocimiento intelectual que tiene esta mujer. Me sorprende día a día”, dijo Diego mirando a cámara, ante un Guido que se quedó con los ojos bien abiertos.
“¿Pero conocías la respuesta o tiraste…? Viste que a veces uno sabe un par de filósofos y tira y engancha…”, dijo el conductor.
“Ella lee muchísimo muchísimo. Sócrates…”, comentó el actor, ya sin poder contener las risas. Pero Guido seguía sin darse cuenta de lo que había sucedido: “Tiraste Kant. Muy bien…”
“Tirá la próxima pregunta y te volvemos a mostrar la casa”, le dijo Diego. Y, ahora sí, el conductor entendió todo lo que había sucedido.
A las carcajadas y agarrándose la cabeza, se sentó en el piso del estudio y exclamó: “¡Ah, la leyó! ¡Qué hija de p…! Yo no sabía nada, no lo puedo creer. ¡Qué dobolu! Pero qué pelmazo… Claro, él se reía”
Mónica no podía creer la traición de su marido, quien la había delatado. “¡Vos sos un vigilante!”, le dijo. Lejos de sentirse afectado por esas palabras, él no podía parar de reírse: “Quiero salir, el encierro me está haciendo mal”.
Guido aseguró que él no se había imaginado que habían hecho trampa y que él nunca los quiso ayudar, solo le interesaba conocer su casa. “Y ahí es cuando yo me quedé pensando…”, comentó Mónica, con mucha ironía.
La escena terminó con un beso de Mónica y Diego, y el juego siguió su curso con normalidad.
En las últimas semanas Bienvenidos a bordo emitió algunos programas que ya tenía grabados previamente, pero a partir del 2 de abril adoptó una nueva modalidad para evitar el contagio de coronavirus: los ciclos se realizan con el mínimo personal necesario, se extremaron las medidas de prevención y todos los participantes participan a través de videollamadas desde el lugar en el que realizan la cuarentena.
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