Antes de que Alberto Fernández decretara la cuarentena total, a Luciana Salazar ya le había llegado “el dato” de que así sería. De esa manera, se organizó para ir al supermercado y hacer una compra grande -de modo tal de no tener que hacerlo los días siguientes- y se instaló en su casa de Nordelta junto a su hija Matilda, de dos años, y sus padres.
“Decidimos pasarla juntos porque mis papás estaban preocupados porque yo estaba sola con la nena. Agradezco a Dios que los tengo a ellos, que me contienen. Nos cuidamos entre todos y nos ayudamos", explica la modelo en una entrevista exclusiva con Teleshow.
“Cuántas personas deben estar solas... Dentro de todo lo mal que lo pueden estar pasando otros, yo soy muy bendecida de haber podido venir para acá", continúa quien decidió trasladarse a la casa que por lo general usa de fin de semana ya que de lunes a viernes vive en su departamento de Capital Federal.
Sus padres son mayores de 60 años, y pertenecen el grupo de riesgo. Es por eso que Luciana es la persona asignada para ir a hacer las compras, mientras que ellos se quedan cuidando a la pequeña Matilda.
¿Cuáles son los recaudos que toma a la hora de salir? “Parezco una ninja”, bromea y detalla que se pone guantes, barbijo -"algunos dicen que no hay que usarlo, pero otros que sí, y yo estoy de acuerdo"-, anteojos, gorra y un abrigo con capucha. “Estoy bastante fanática , así que le pongo alcohol en gel a los guantes y también al barral del carrito del supermercado”.
Según su relato, al salir del local de compras, le pasa alcohol a cada uno de los artículos y luego los guarda en el baúl. Al llegar a su casa, se para sobre un trapo con lavandina, vuelve a limpiar cada producto, pone a lavar la ropa con la que salió y recién ahí, ya higienizada, saluda a sus padres y a su hija.
"La cuarentena no es divertida para nadie, pero la estamos llevando muy bien”, dice y destaca el hecho de que su madre haya sido directora de un jardín de infantes. “Se sabe todas las canciones, los juegos didácticos”. Según comparte en las redes sociales, la pequeña disfruta jugando con disfraces, y los juegos del jardín de la casa. “Tiene muchas comodidades, una casita, un saltarín, una hamaca. Agradezco la situación en la que estoy. Me pone mal pensar en los que pasan por otra situación”.
Luciana sostiene que su hija es muy chica y “no se da cuenta de todo lo que está pasando”. “Lo que me apena es que le faltaban dos días para terminar la adaptación del jardín”, agrega sobre la pequeña que había comenzado salita de 2 en un colegio bilingüe.
Al respeto, aún no recibió noticias de la institución y el Gobierno Nacional tampoco dictaminó la fecha en que los niños regresen al colegio. “Incluso yo fui la que avisó en el chat de mamis que esto venía para largo”.
Mientras tanto, la modelo indica que “Matilda está feliz disfrutando de sus abuelos”, y ella aprovecha para hacer cosas que en otras circunstancias no podría. “El día se me va volando, mucho más que en otros momentos. Tal vez porque me despierto un poquito más tarde. Estoy durmiendo mejor de lo que dormía antes”, sostiene y detalla que sus padres se despiertan temprano y la ayudan con su hija.
Durante el aislamiento, está leyendo 21 lecciones para el siglo XXI, libro escrito por el historiador israelí Yuval Noah Harari. Y en lugar de series, se entretiene con películas que ve junto a sus padres por la noche, una vez que Matilda está dormida.
También tiene armada una sala con máquinas para entrenar -un elíptico, una bicicleta de spinning y pesas- y mantiene una rutina de ejercicios. “Estoy un poquito vaga, pero hago aeróbico y mucho con las pesas".
¿Qué es lo que más extraña? “La libertad de poder salir, trabajar y estar con mis amigos”. Además, debió suspender dos viajes que tenía pautados y que no pudo hacer por la propagación del coronavirus. “Los últimos días de marzo me iba a ir a Miami con Matilda, y en Semana Santa había armado un lindo viaje a Turquía”.
A los Estados Unidos iba a viajar sola con su hija, pero al otro destino se sumaría otra persona. “No importa quién”, dice y aclara que no le gusta hablar de su vida privada. Sin embargo, ratifica lo que aseguró los últimos días en su cuenta de Instagram: cuando termine la cuarentena se reencontrará con esa “persona especial” a quien extraña. “Después de esto tenés ganas de abrazar a toda la gente que querés”.
Por otro lado, Luciana sostiene que le parecen “bien” las medidas que impuso el Gobierno Nacional y cómo Alberto Fernández está tratando la pandemia. “Me parece que Argentina lo agarró a tiempo, con respecto a otros países. Pero también es importante la economía, y más en un país tan dañado. Nos dejaron un Gobierno endeudado, fundido. Es muy difícil salir de esto y más en esta situación que nadie veía venir”, analiza quien adquirió un importante rol en la política en los últimos meses.
“Es importante la salud y hay que darle prioridad, pero la economía no se puede cerrar. Hay que ver cuáles serían las consecuencias de una cuarentena tan larga. Hay que darle importancia a eso”, enfatiza quien firmó contrato para sumarse a Polémica en el bar luego de Semana Santa.
Además, se manifiesta de acuerdo en que los políticos reduzcan su sueldo. “Me parece que todos tenemos que dar algo. Ellos también tendrían que hacer algo. Tiene que haber un esfuerzo de todos, tenemos que ser solidarios. No solo en Argentina, sino en el mundo. Con todo esto que está pasando, hay gente que no está cobrando, no tiene trabajo. Por lo menos en este momento estaría bueno que los políticos se reduzcan el sueldo”, concluye Luciana Salazar.
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