“No me angustia, pero no hago nada que implique riesgos”, dice Pepe Cibrián en exclusiva a Teleshow, respecto al coronavirus. Instalado en su casa con Luis (a quien considera su hijo adoptivo), su tía Carmen, que sufre enfisema y EPOC, y las dos personas que la cuidan, aprovecha la cuarentena para trabajar y apelar a la creatividad desde su Instagram con los videos y los vivos de Jacinta, el personaje que presentó en su última obra Por el nombre del padre. “Es un personaje muy tierno y muy bruto. Tiene algo, salvando las distancias, de Catita”, recuerda sobre la mítica creación de Nini Marshall. “Ella a través de esa brutalidad decía cosas, distintas de las que dice Jacinta, que es una bestia de atar”, compara el talentoso director, y cuenta que está escribiendo la obra de su nueva creación.
—¿Cómo estás viendo el manejo político de esta situación?
—Primero, yo lo voté a este hombre (por Alberto Fernández). No soy kirchnerista, no soy peronista, no soy nada ya… Voté a todos los que estuvieron en algún momento de presidentes y luego no quería que ninguno de ellos que fuera presidente. Lo voté a Menem, la voté a Cristina, lo voté a Macri. Que Macri pregunte hoy o le diga al Presidente: “Ocúpese de la economía”, dejame de joder. Ocúpense de lo que se está ocupando Fernández, que es de la vida de la gente. ¡Qué coño importa hoy la economía!, si se está hundiendo el Titanic. Si estamos en una situación mundial donde lo que tenemos que hacer es salir vivos para justamente retomar la economía mundial. Si no hay gente, ¿qué economía vamos a tener?, al margen de la humanidad. Me parece que este hombre está demostrando una actitud muy coherente con una gran autoridad, nada de histeria, nada de pánico. Y hemos logrado mágicamente, y ojalá después del día de que salgamos a la calle siga, una unidad política. Ha estado dado todo el apoyo, todo el cuadro político del país. Eso es muy mágico.
—No hubo quiebres.
—Es lo que tiene que ser. Pero también tiene que ser sin el virus. Que nos una nada más que el horror de alguna manera es una crítica muy fuerte a una sociedad, que no se une cuando no hay horror. El horror es cotidiano. La economía es cotidiana. El hambre es cotidiana. Más allá del virus, que es lapidario. ¿Cuánta gente muere de desnutrición? Y en ese momento, ¿no nos unimos los argentinos para poder sacar adelante a los niños wichis? No son wichis, son argentinos, ¿qué me están diciendo?
—¿Qué opinás de los argentinos que viajaron al exterior ya sabiendo de la pandemia?
—Me parece una frivolidad espantosa. Una subestimación de la realidad. Una inconsciencia. Hay una parte de los argentinos, no todos, a los que no les importa nada. Como los que piden ir a pasar la cuarentena a la costa. No lo puedo creer, me parece horroroso. Que en la Panamericana el otro día estuviese colapsado el peaje porque querían ir a pasear. ¡Pero estamos de joda!
—Generó mucho conflicto en las redes esta versión de una partida presupuestaria para artistas que promocionaran el “Quedate en casa”.
—Si es así, me parece un horror. Yo como artista lo hago gratis. Me acaban de hablar de la AMIA para leer poemas y no se me ocurre cobrar. Es para aportar. Es como si yo cobrase por Jacinta. No, es mi aporte, lo poco que puedo hacer. Yo te juro, me iría ya como voluntario a hacer algo, pero no puedo. Tengo 72 años, dos cánceres. Si no, sabés que ya estaría ahí. Como muchos argentinos están yendo. Eso es lo que a mí me enorgullece del pueblo, como los aplausos el otro día. ¿Cómo va a ser momento para cobrar? Dejame de joder. No es momento para cobrar. Maravilloso lo que hicieron los mendocinos, que los judiciales y el gobierno bajaron sueldos. Es una acción que ya deberían hacer absolutamente todos. No quiero ser derrotista, tenemos un pueblo maravilloso, un gobierno de este hombre que es maravilloso, una mujer como Cristina, que yo no soy kirchnerista, pero que se ha mantenido en silencio. Indudablemente no ha afectado a la autoridad del Presidente. Maravillosa me parece. Me congratulo con ella. Dejar su ego como gran madre de la República...
—Hay quienes dicen que esto es una guerra.
—Y lo es. Esto que vive el mundo, esta pandemia, lo ha vivido siglos de siglos, porque las guerras mundiales han sido pandemias. En la guerra uno puede decir que Fulano lo hizo, que el otro lo hizo también. Pero la realidad de todo esto es que es una guerra contra marcianos. No sabemos de dónde viene, me da igual si lo pusieron los rusos, si lo pusieron los chinos, si lo pusieron los libaneses, qué sé yo, está. Supera cualquier película que hagan el día de mañana. Un día nos vamos a cagar de la risa. Recuerdo algo un poco análogo a esto, cuando fue la Guerra de Malvinas todas las mañanas me despertaba con el diario y lo único que deseaba era leer la palabra “Paz”. Tardamos un tiempo. Me pregunto qué haremos el día que nos digan paz. ¿Iremos corriendo a darnos abrazo? También me recuerda el año 83 cuando Alfonsín ganó las elecciones y la democracia se instaló en la Argentina. Me acuerdo avenida Santa Fe, Callao, Rivadavia, donde estuvieres. Era una unión argentina. Maravilloso. Tenemos que pasar por todo para poder festejarnos.
—¿Vos creés que cuando vuelva la salud va a ser algo parecido a la vuelta de la democracia?
—En ese momento sí va a ser. El problema es qué pasa luego. A los grandes intereses les importa un carajo todo esto, si no, no lo estarían destruyendo. Los canales de Venecia están transparentes porque no están jodiendo con nada. ¿O te creés que van a seguir transparentes? Por el hombre común seguirían, pero por las grandes empresas corporativas no creo que vayan a hacer nada de eso. Nuevamente estaremos sumisos frente esos poderes impresionantes, como las películas de Terminator.
—¿Planteás que el mundo y la naturaleza nos están pasando factura?
—Pero sí, mi amor. Brutal nos la está pasando. Tomá como símbolo las aguas del canal de Venecia, y las fotos del satélite de Italia, y hace tres meses era negro del smog, negro de la polución, y hoy día está trasparente, en tres, cuatro, cinco semanas; imaginate si el hombre dejara de hacerlo cinco años. Volvemos al Paraíso del Edén. Los pájaros salen, los pececitos vuelven a irse, se acercan. Hay delfines.
—Te enojaste con Gerardo Morales, gobernador de Jujuy.
—Me parece un horror que diga que la CABA y la provincia de Buenos Aires van a explotar, van a ser un desastre. ¿Cómo se puede ser tan jodido? ¿Por qué hay que dar ese pánico? No lo sabe él ni nadie. Se pueden hacer proyecciones, pero también había proyecciones de Scioli, y perdió Scioli. En plan de proyecciones, ¿qué sabe lo que va a pasar mañana? Es de una crueldad...
—¿Cómo es tu rutina en esta cuarentena? Sé que hacés bicicleta todos los días.
—Sí, todos los días. Una hora y media, dos. Me desahogo tanto. Me levanto a las siete de la mañana. Ahora lo que me ha dicho mi hijo Luis es que a las siete de la mañana, cosa que nunca he hecho en mi vida, me ponga a ver series, porque a la noche me quedo dormido. Debe ser maravilloso ese placer, nunca me permití. ¿Sabés qué no me permití tampoco?
—¿Qué?
—Comer papas fritas con huevos fritos. Te lo juro. Mis padres siempre me jodían, me controlaban mucho que yo no engordara, 5 años, 6, 10. Ibamos a la playa, ellos se comían los bifes con papas fritas y huevo frito, y a mí no me dejaban. Tanto no me dejaron que yo en mi psiquis no tengo el permiso interno de comer papas fritas con huevos fritos.
—Cuando pase todo esto, ¿nos vamos a comer papas fritas con huevo frito?
—Te lo pido por el amor de Dios.
Agenda: todos los días a las 17.30 Pepe Cibrián realiza un vivo desde su cuenta de Instagram (@pcibriancampoy) con su personaje Jacinta.
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