Por Skype y desde sus casas: los conductores de televisión que tienen que cumplir con la cuarentena total

Por pertenecer a edades o grupos de riesgo, varios periodistas y columnistas se adhirieron al protocolo del asialmiento preventivo y obligatorio

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La televisión en "modo coronavirus” ha cambiado programaciones, grillas, hábitos de trabajo, protocolos, coberturas y temáticas. Hasta suspensión de programas, como Separadas, la única ficción diaria local, que canceló momentáneamente sus grabaciones. Los ciclos de entretenimientos con público salen grabados, pero deberán modificarse si el aislamiento preventivo y obligatorio se extiende -como ha trascendido- quince días más.

Los conductores que entran en el denominado “grupo de riesgo” por edad o por antecedentes médicos, también se han retirad. Aparecen vía Skype desde su casa o han salido de la pantalla por el momento. Es el caso de Beto Casella, quien dejó la conducción de Bendita en manos de su reemplazo natural, Edith Hermida. Él tiene colocados varios stent en su corazón y fue el propio canal donde trabaja -El nueve- quien le sugirió la cuarentena voluntaria apenas se declaró la pandemia mundial.

En América, Luis Ventura también descansa un tiempo de la pantalla y se mantiene en un bajísimo perfil, cuidando su salud. Su programa Secretos verdaderos fue reemplazado el sábado pasado por un especial del canal sobre el tema coronavirus. Solo Mauro Viale sigue apareciendo, pese a su edad, en la señal A24.

Rial desde su casa: "me tengo que cuidar"

Jorge Rial pasó a aislamiento obligatorio, asesorado por su equipo médico: “Soy cardíaco e hipertenso”, explicó en la pantalla de su propio programa, Intrusos, que festeja 20 años al aire; y en el que aparece desde su casa a través de Internet.

Susana Roccasalvo aparece en su programa Implacables, los fines de semana por El nueve, vía Skype. Para la conductora se presentaron problemas extra, luego de que ella misma contara que es hipertensa y tiene problemas respiratorios. “Fui a aplicarme la vacuna para la gripe, como me recomendó mi neumonólogo, que compré el jueves pasado en otro lugar, pero se negaron a colocármela en la farmacia a la que fui, porque no la había comprado en el mismo lugar”. La periodista tuvo que moverse de un lado al otro, pese a las restricciones de circulación, para poder colocarse la vacuna, y no lo consiguió. Ella misma contó su experiencia en sus redes.

Nelson Castro apareció en Telenoche desde su casa, pero esta semana sorprendió que se sume al piso del noticiero central de El Trece. La dinámica de los canales en torno a los protocolos de cuidado en torno a la pandemia se modifican día a día. Todas las personas que ingresan a cualquier medio de comunicación -como en el resto de las actividades esenciales autorizadas a que su personal acuda a trabajar- cumplen a rajatabla la medida de tomar la fiebre en el acceso a los edificios, y si la persona tiene más de 37 grados, regresa a su casa hasta obtener un certificado médico pasadas las 48 horas del control, si la situación no persiste.

Si de efectos colaterales se trata, la pandemia del coronavirus “devolvió” -por decirlo de un modo coloquial- el alto encendido de rating a la televisión abierta. Según números de la medidora Kantar Ibope Media, el rating hogares subió entre el 17 y el 22 de marzo, de 32,31 a 42,23 por ciento, un 30 por ciento de aumento en relación a la cantidad de televisores encendidos viendo programas de la pantalla chica.

La cantidad de tiempo frente al televisor subió dos horas promedio por día, otro treinta por ciento más en relación los números habituales. Si se ven los sondeos de opinión de consultoras que muestran que el público elige a los medios de comunicación (en un 65,18 por ciento según la encuestadora Clivajes consultores) para informarse sobre la pandemia, se explica que entonces pasen más tiempo viendo televisión abierta, porque además la gente está en sus casas en medio de la cuarentena.

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