Su vida está marcada por la superación constante. Esas ganas de salir a vivir dando saltos que le permitan ir avanzado se transformó en su principal herramienta. Con la frente en alto, sin mirar para los costados y detenerse en el que dirán, Lizy Tagliani se fue poniendo metas a superar. Primero estudió peluquería y en su oficio es una de las mejores. “Como travesti, al principio de los 90, era la calle o un oficio”, recordó en algún momento, orgullosa del camino que inició.
Al primer famoso que le cortó el pelo fue al recordado conductor Roberto Galán. Más tarde se cruzó con Connie Ansaldi y ella le presentó a otras celebridades del espectáculo, como Viviana Canosa, Nicole Neumann y Marcelo Polino, entre otros. Los hacía reír tanto que le insistieron para que se dedicara a la comedia. Así fue como en 2013 Santiago del Moro la llevó a Infama, ciclo al que iba como invitada cada tanto a ponerle su cuota de humor al programa.
Pasaron casi siete años de su primera vez en pantalla y Tagliani sigue vigente y atravesando su mejor momento profesional. Al medio se metió por la ventana, tímidamente, pero siempre sabiendo que lo suyo no iban a ser cinco minutos de fama y nada más, como suele suceder con los anónimos que se topan con algo de notoriedad repentina. El estudio siempre fue su aliado, su as bajo la manga para sobresalir y dejar su nombre bien en alto.
Lo que vino es de púbico conocimiento: Bailando por un sueño, humorista en el programa de Susana Giménez, fue parte de Sin Codificar, actualmente está en El club del Moro (Radio Pop), lleva adelante El Precio Justo, por Telefe y tantos otros envíos que conocieron su talento. Porque si bien el humor le brota por los poros, se preparó y estudió. El teatro y la pantalla grande también se toparon son su impronta.
En pleno auge, Lizy sigue buscando esa zanahoria que la estimule a buscar nuevos horizontes. ¿Su cuenta pendiente? Estudiar Abogacía. Por supuesto, la fama, las horas que le dedica al trabajo no la detuvieron. Y así, buscó ese cuaderno en el que de adolescente anotó sus metas a cumplir, y le puso un tilde a este propósito. ¿Qué más le queda por hacer?
Tal vez con los nervios lógicos de volver a empezar, se anotó con la Universidad de Lomas de Zamora para cursar la carrera de Derecho. En las últimas horas, aprovechado el aislamiento social obligatorio, mostró cómo utiliza el tiempo para tomar los libros y los apuntes. “Hoy estuve todo el día estudiando. Voy por el 10 para el primer parcial. Ja ja ja. Me cuesta un poco estudiar en modo virtual, pero estoy poniéndole mucha garra”, contó, orgullosa.
En la imagen que publicó en las redes sociales se puede la puede ver compenetrada, con la vista fija en la pantalla y un cuaderno en el que va tomando apuntes y fijando conceptos. En su caso, aprovecha cada minuto de la cuarentena a más no poder. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, siempre acompañada del mate, para hacer mucho más ameno el periodo de estudio.
Anteriormente, el día que anunció que iba a iniciar esta nueva etapa, contó que el abogado Fernando Burlando tuvo mucho que ver en este inicio. Lo llamó para contarle del paso que iba a dar y le pidió una serie de consejos. El más importante, como para que el arranque de esto no fuera una frustración, es que le enseñara cómo estudiar, qué tener en cuenta y qué no. En principio, gracias a la ayuda de Burlando para que aprenda a clasificar la información y el material, le sirvió para dar bien el examen de ingreso.
SEGUÍ LEYENDO