El pedido del presidente Alberto Fernández, y que toman y reparten los trabajadores de la salud, es que se respete el aislamiento social obligatorio. El mensaje es claro y no admite discusión, ni mucho menos análisis. Las personas que no tienen que cumplir con alguno de los trabajos considerados de primera necesidad, no pueden salir de sus casas ni estar en contacto con otros.
Los medios de comunicación le están dedicando todas sus horas de aire al tema, y los programas de espectáculo no son ajenos a esto. El desafío suele ser mostrar cómo viven los famosos este periodo lejos de sus rutinas. A raíz de esto, el jueves por la tarde se vivió un momento complejo en Intrusos, que puso incómodo hasta al propio Jorge Rial. El conductor del ciclo está saliendo al aire desde su casa por ser parte de la población de riesgo y, al parecer, no estaba al tanto. Sin ir más lejos, la cara del periodista mientras se hacía la entrevista hablaba por sí sola.
Todo comenzó cuando pusieron un móvil con Pablo Layús entrevistando a Mónica Farro, quien lo recibió en el hall del edificio en el que vive. Por supuesto, los comentarios y recriminaciones a través de redes sociales no tardaron en llegar. Hasta Liliana Parodi, gerenta de Programación de América, contó que iba a tener una charla con la producción del programa por lo sucedido.
Con todo lo que se armó alrededor, Teleshow se comunicó con la vedette, que dio su versión de los hechos. De antemano se mostró enojada y algo fastidiada por ser el centro de las críticas. “La verdad es que me parece que la gente se equivoca demasiado. Son críticas y así las tomo, no le doy otra medida al asunto. ¿Qué cuarentena no respeté? Si yo no salí de mi edificio. No hay que salir a la calle al pedo, no hay que deambular por ahí como si nada pasara, eso no hay que hacer… Te repito: yo no salí de mi edificio ni tampoco salgo en otras circunstancias al pedo. Llevo como 10 días encerrada, sin hacer nada, no salgo. Ya dije que yo estoy en cuarentena pero no estoy presa dentro de mi casa, entre cuatro paredes. Puedo salir al hall del edificio las veces que tenga ganas”.
Luego continuó con su descargo y aprovechó para defender a Layús, que también fue uno de los blancos predilectos de las críticas. “Vi que se dijo que el notero venía de hacer notas en la calle y demás, que estuvo en contacto con otras personas, pero cuando yo salgo al supermercado me cruzo con gente que ni sé dónde anduvo. Acá se dio el mismo caso; Pablo vino, no nos saludamos, mantuvimos la distancia que corresponde, se tomaron esas medidas, como cuando vas al supermercado. Terminó la nota, se fueron y listo; se respetaron las reglas que se piden. Me da más miedo tocar dinero, que anda de mano en mano, las cosas que otros tocan, que hablar con una persona a un metro de distancia. No entiendo las criticas desmedidas”.
Mónica le quito responsabilidad y dramatismo a la cuestión. “En el edificio no me dijeron nada, porque no hice nada… Yo subo a la terraza del edificio a colgar ropa y voy al hall si tengo ganas. Es lo mismo que un repartidor de pizzas, que yo he recibido varias veces esta semana”, relató, sin ocultar su fastidio y su enojo ante una situación que, de cualquier manera, es improbable que vuelva a repetirse en la televisión. Y que no resulta recomendable.
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