La cuarentena obligatoria por el coronavirus pone a prueba a todo el mundo, aunque a algunos los afecta más que a otros. Y este miércoles, María Julia Oliván explicó cómo vive su caso debido a que su hijo Antonio (4) tiene trastorno del espectro autista (TEA).
Los más chicos son quienes sufren este rotundo cambio en sus hábitos, muchas veces sin comprender qué está pasando. En diálogo con Los ángeles de la mañana, la periodista contó cómo gracias a un didáctico video consiguió explicarle a su hijo el desarrollo de esta enfermedad.
“Estamos buscando todos los recursos para estar tranquilos. Los nenes con autismo como Antonio requieren más que nadie de una rutina. Entonces, lo primero que hice fue armar actividades que él me las desarmó en un día”, aseguró Oliván.
“Hoy quería ir a la playa. Le expliqué por un cuento que se llama El monstruo de los colores (que habla de las emociones) para que pueda entender un poco lo que está pasando. Cada emoción es un color. Hay momentos en los que él se pone a gritar y le digo ‘¿estás rojo-enojado o amarillo-confundido?’. ‘¿Por qué no estás verde-calmo?’”, continuó la periodista,
“Los chicos con autismo tienen la sensorialidad a flor de piel, ellos son de experimentar mucho la naturaleza. A veces no reconocen el límite de sus cuerpos por eso los vemos golpeándose contra una pared, entonces es muy importante esto. El encierro puede hacer que algunos se autolesionen, se golpeen o sufran mucho”, dijo la mamá de Antonio que está esperando una resolución que establezca un permiso diario de muy poco tiempo para que los chicos que padecen esta condición puedan al menos salir a dar una vuelta.
"Está toda la Reveal, cuya red de asociaciones de padres de chicos con autismo, que nuclea a un montón de ONGs que están en contacto con el Gobierno para lograr esto, una reglamentación con la que todos estemos tranquilos que es lo que corresponde", expresó.
“El autismo no es una enfermedad, es una condición neurológica. Mi hijo, por ejemplo, lee desde los dos años pero le decís: ‘hola, Antonio’ y te mira. Por ahí te contesta recién a los 20 segundos. Tiene dificultad para la comunicación”, comentó. “Hoy se chupa todo el tiempo la remera y eso significa que está nervioso. Entonces tengo que estar buscando todo el tiempo un elemento de descarga, una pelotita o algo”, agregó.
“Cuando están enojados, eso me lo decía mi acompañante parental, los niños más grandes o los adolescentes expresan la depresión a través del enojo extremo. Cuando vos los ves muy enojados es que en realidad pueden estar deprimidos. Entonces, cuando yo no le quiero dar el ipad o ponerle la tele me dice ‘triste no llorar’", concluyó María Julia Oliván.
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