En enero de este año, Isabel Macedo, junto a su marido, Juan Manuel Urtubey y su pequeña hija Isabelita, se fueron a vivir a España. El ex Gobernador de Salta recibió una invitación para dar clases en la Universidad Layola Andalucía y, atraído por la propuesta, no lo pensó dos veces. Armaron las valijas y partieron con la emoción de encontrarse con otro estilo de vida. Desde entonces, radicados en Sevilla, las postales disfrutando y recorriendo cada rincón de la ciudad española se hicieron moneda corriente.
En las últimas horas, la existencia de la actriz y de su familia en Andalucía cambió. Con la llegada del coronavirus que tiene en vilo al mundo y en aislamiento absoluto ellos, como otras tantas personas, llegó el momento de reflexionar. De parar la pelota, levantar la cabeza, y analizar. Sincera y hablando con el corazón en la mano, Isabel reconoció que ella fue una de las tantas personas que en principio subestimó la cuestión.
Lejos de esconder su pensamiento, sabiendo ahora que las medidas preventivas parecen ser las correctas, esbozó su parecer: “Ojalá pudiera encontrar las palabras exactas para trasmitir lo que siento…cuando empezamos a escuchar que hablaban de coronavirus no digo que lo subestimé, pero sí creo que en, algún punto, no podía darme cuenta de lo grave que era. Solo hasta que el número de personas infectadas empezó a crecer con mucha velocidad”, posteó la actriz en su cuenta de Instagram, red social en la que tiene dos millones de seguidores.
Instalados en uno de los países más afectados por el virus, familia Macedo-Urtubey lleva siete días de aislamiento. A Juan Manuel le suspendieron las clases y no salen del lugar en el que viven para nada. En otro fragmento, como si fuera una corresponsal desde el epicentro español, contó cómo se fueron dando los acontecimientos allá en España hasta finalizar con el aislamiento total. “Acá empezaron cerrando los jardines, colegios y universidades. Después cerraron bares, restaurantes, boliches, no hay misa, cerraron todos los centros comerciales”.
Con el país aislado y sin permiso para circular por la vía pública, prácticamente no se ve gente en la calle. Todo es desolación y tiene que ver con un fin común: el de erradicar la pandemia. “No hay un alma en la calle, salvo la gente que va al supermercado y a la farmacia. Se respeta mucho la distancia con la otra persona. A la farmacia entra una sola persona y todos los demás hacen fila afuera (manteniendo un metro de distancia entre cada uno de la fila)”.
Para finalizar su relato de cómo fue cambiando de pensamiento a medida que pasaban los días, dejó una mensaje de su sentimiento sobre lo que hizo el gobierno español: “Parecían medidas exageradas, hoy creo que se quedaron cortos…”, escribió y se adhirió a los hasthags: #YoMeQuedoEnCasa y #QuedateEnCasa.
La recomendación de la actriz no es en vano. Llega en un momento oportuno, justo cuando en Argentina también se tomó la determinación de llevar adelanten una cuarentena obligatoria. Como en su caso, acá también hay quienes piensan que las medidas son exageradas y que lo pasó en China y en gran parte de Europa acá no va a llegar. Tal vez pensado que su reflexión también la hizo otro, es que se animó a hablar, aun con el temor de que se la critique, simplemente, por ser sincera y responsable con este tema que preocupa.
Ante su palabra, los miles de seguidores que tiene en su cuenta de Instagram apoyaron su relato. Muchos la entendieron, otros se sintieron identificados, sobre todo, con la parte en la que habla de que en una primera instancia subestimó el tema.
SEGUÍ LEYENDO