Luego de una ardua temporada teatral en Carlos Paz, para Macarena Rinaldi y Federico Hoppe llegó el tiempo del descanso. La pareja disfrutó de un verano exitoso en sus diferentes roles; ella arriba de las tablas, como una de las protagonistas de Atrapados en el museo, y él como uno de los productores de la comedia más vista de la Villa. Por supuesto, apenas terminaron la última función, emprendieron sus vacaciones. El lugar elegido fue México.
“Fuimos nueve días a Costa Mujeres, en la Riviera Maya. Sinceramente mientras estuvimos allá no se percibía lo que si pasa ahora. Sin ir más lejos, nos quedamos todos los días que teníamos establecidos, no nos pasó como ocurrió en otros casos que se tuvieron que volver antes”, comienza Macarena, en su charla con Teleshow. “Allá fuimos enterándonos de todo por intermedio de amigos, familiares, y lo que seguíamos por las redes. Mientras estuvimos nosotros México no era zona de riesgo, pero tengo entendido que ahora empezaron ellos también a tomar medidas de prevención”.
De regreso al país, lo que continuó fue aislarse. “Apenas llegamos a Ezeiza nos hicieron los controles correspondientes, como tomarnos la fiebre y demás. Estamos bien, pero por supuesto que vamos a cumplir con el pedido de aislamiento”.
El gran inconveniente por el que pasan los que regresan de afuera es no contar con el abastecimiento necesario. Encontrar a alguien que les facilite esa tarea es primordial. “Nosotros lo que hicimos fue pedirle ayuda al hermano de Fede… -cuenta Maca-. Él se encargó de abastecer la heladera y comprarnos todo lo que nos faltaba para poder contar con todo durante las dos semanas que debemos cumplir con el aislamiento. De todas maneras tenemos muy buena onda con los vecinos: si nos falta algo lo pedimos, nos lo traen, nos dejan las cosas en la puerta y después lo entramos, para no estar en contacto con ellos tampoco”.
Ya atravesando los primeros días de encierro, el aburrimiento empieza a jugar un rol importante. Qué hacer para que pasen las horas y no caer en la rutina, parece ser el gran desafío. “En nuestro caso aprovechamos para ponernos a ordenar, limpiar; cocinamos mucho. Por cuestiones laborales, porque casi nunca tenemos tiempo, prácticamente nunca cocinamos, siempre buscamos una alternativa. Bueno, ahora nos esmeramos mucho para preparar cosas ricas. Por supuesto que hay tiempo para otras cosas: charlamos mucho, vemos series, películas, leemos. A los dos nos gusta mucho la literatura y ahora que tenemos tiempo, aprovechamos. Con eso se nos pasa el día bastante rápido”.
Otra de las pasiones que comparten Hoppe y Rinaldi es el entrenamiento. Más allá de que no pueden salir, le encontraron la vuelta al asunto para seguir con la actividad y no perder el ritmo. “Entrenamos vía FaceTime. Es una forma divertida de seguir una rutina. Con todo esto que te cuento evitamos la fiaca y el aburrimiento”, explica la bailarina.
En medio de la abundancia de información sobre el tema que mantiene en vilo al mundo, Rinaldi sostiene que trata de mantenerse con los pies en la tierra. “Miramos las noticias, pero no estoy asustada. Más bien diría que confiada en que vamos a salir pronto de esta situación, porque se supone que la gente está tomando consciencia y estamos haciendo lo correcto para que no se propague el virus. Si no vuelve todo a la normalidad, en ese caso no sé que decir. Sería muy triste. Elijo pensar de manera positiva ante esto que nos perjudica y que nos desborda a todos. Hay que tener calma y hacer cada uno lo que le corresponde. Cada uno tiene que poner su granito de arena, y hacer lo que se debe".
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