El coronavirus llegó en un momento complejo para la colonia artística de nuestro país. Muchos se encontraban vacacionando en los diferentes puntos del mundo y otros, los que estaban haciendo temporada teatral, se preparaban para partir. La propagación del virus por todo el globo terráqueo hizo que los planeas hayan tenido que cambiar de un momento para el otro. Si bien no es recomendable generar pánico ni alarmar en demasía, no está de más tomar recaudos para cuidarse uno mismo y llevar tranquilidad a terceros.
Una de las que estaba descansando, disfrutando del verano lejos de Argentina, era Ailén Bechara. Ante el contexto el avance mundial del COVID-19, sus planes cambiaron de un día para el otro.
En principio, Ailén, su pareja, el empresario y representante de futbolistas Agustín Jiménez, y su pequeño hijo, Francisco, habían volado desde Buenos Aires a Miami, y luego continuaron rumbo a Aruba. “Estuvimos solo nueve días afuera por todo esto que está pasando, porque teníamos pensado quedarnos más”, le contó en exclusiva a Teleshow.
Continuando con la odisea, relató cómo tomaron la decisión de regresar. “Al principio no pasaba nada, pero llegó un momento en el que me agarró la desesperación: me quería volver como sea porque las noticias decían que iban a suspender los vuelos, que no iban a dejar entrar ni salir a nadie, tenía miedo de no poder volver. Con Agustín decidimos cambiar los pasajes y por suerte había; no nos costó hacer el cambio para volver antes”.
Con la tranquilidad de que tenían asegurado el regreso, lo que vino fue tomar recaudos. “Compramos alcohol en gel, barbijos… El día de regreso esperamos en el aeropuerto lejos de la gente, con la idea de no estar todos juntos. Una vez arriba del avión desinfecté todo, más allá de que nos habían dicho que ya lo habían hecho ellos. Le pasé alcohol a los asientos y todo lo que tenía a mano Fran para tocar. Por supuesto, también nos lavábamos las manos seguido”.
Ya en Argentina, lo más complejo pasa por atravesar la cuarentena preventiva. Si bien ella y su pareja pueden encontrar alternativas para no aburrirse, lo complicado es tener entretenido a su nene, de tan solo un año y medio. “Sinceramente es difícil porque al nene no lo podés tener adentro. Llega un momento en el que no para de llorar, quiere salir, no se entretiene con nada, quiere ir al parque… En nuestro caso, con Agustín se nos dio por la comida; más allá de mirar alguna serie, la verdad es que cuando estás aburrido no parás de comer… Voy a tener que arrancar a hacer gimnasia acá en casa, sola”.
Bechara y su pareja optaron por no irse al departamento en el que suelen alojarse. El encierro en un lugar sin patio podía ser mucho más complejo. “Estoy pasando la cuarentena en una casa en un country. Cuando se declaró la pandemia y se decidieron las medidas que son de público conocimiento, decidimos venir a esta casa. Unos amigos se encargaron de hacernos las compras y conseguirnos las provisiones necesarias para por lo menos estar 15 días sin movernos de acá. Así que llegamos y nos encontramos con la heladera llena, con mucha fruta, cosas de limpieza y, sobre todo, leche y pañales para el nene. Si nos falta algo nos las traen hasta la puerta y nos ponemos guantes para entrarlas, no estamos en contacto con nadie”.
Reflexiva, la modelo hace un alto para pensar en todo lo que está pasando. “Estoy asustada. Es muy feo lo que está pasando, y hay que tomar consciencia y ser responsable. Nosotros tomamos los recaudos necesarios, y todos tienen que hacer lo mismo. El susto más grande es por mi bebé, por eso a la hora de tomar precauciones no se negocia nada. Cumplimos con las recomendaciones al pie de la letra”.
SEGUÍ LEYENDO