Con la intención de renovar energías y luego volver mucho más relajada, Candela Vetrano no lo pensó dos veces: armó las valijas y partió rumbo a Portugal. Si bien no es uno de los países más afectados por el coronavirus, la actriz decidió tomar recaudos. No solo eso, también se tuvo que volver antes, ya que tenía previsto cruzar a España y seguir recorriendo otros puntos del Viejo Continente.
Teleshow se comunicó con Cande para interiorizarse sobre su situación, ya en Buenos Aires y en plena cuarentena. “Estuve 20 días en Portugal y mi idea era seguir por Barcelona y Madrid –comienza su relato-. La verdad es que en Portugal estaba todo bien, no había sensación de pánico, nada de eso… De hecho fuimos a la marcha el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) y todo estuvo bien. Después de eso nos íbamos a ir a Cataluña, pero para ese entonces ya se había podrido un poco todo. Empezamos a hablar con amigos que estaban en Barcelona, para saber si estaba todo bien, si había lugares abiertos, si se podía andar por la ciudad”.
Según Vetrano, desde el primer minuto ella y su amiga, la actriz Florencia Dyszel, con quien compartió elenco en Argentina, tierra de amor y venganza, buscaron no alertarse ni preocuparse más de la cuenta. “La sensación todo el tiempo era la de no querer alarmarse por demás, pero a la vez ser conciente… Desde que nos interiorizamos, empezamos a ponernos alcohol en gel, a usar barbijos en los lugares públicos, pero a su vez tratando de continuar con nuestro viaje por esto que te decía, de no generar una preocupación extrema. Pero cuando finalmente llegamos a Barcelona, a los tres días... fue todo un caos”.
Una vez en España, empezó la odisea de Cande y Flor cuando quisieron regresar a Argentina. “Empezaron con que se iba a cerrar Cataluña, que no se iba a poder ni entrar ni salir y ante eso, había que volver cuanto antes -relata Vetrano-. Entonces sacamos un vuelo que no estaba en nuestros planes, un vuelo de urgencia, para volver a Buenos Aires y el único que salía era Frankfurt-Buenos Aires. Cuestión que fuimos al aeropuerto de Barcelona para ir a Alemania, pero se empezó a atrasar el vuelo, todo el tiempo eran mensajes de que estaban por cerrar el aeropuerto, y en ese momento nos empezó a agarrar una desesperación que ni te cuento… Tres horas de atraso y no poder salir, y más en esa situación, te agarra una sensación de pánico".
"La cuestión es que como se atrasó nuestro vuelo -continúa- no pudimos llegar a horario para el de Frankfurt. Nos quedamos varadas un día y medio, hasta el domingo a las 22, cuando finalmente salió nuestro vuelo. La compañía nos bancó el hotel, no hubo problemas, pero estábamos todo el tiempo con la sensación de que se cancelaba todo y no podríamos volver, porque tampoco nos habían asignado asiento. Finalmente salimos. Llegar a Buenos Aires, a mi casa, fue una tranquilidad absoluta...”.
La actriz revela que surgió una hermandad que surgió casi de manera espontánea. “Sé que hay muchos argentinos varados en Europa. En el vuelo que tomé yo eramos unos 30, todos con una responsabilidad absoluta de cuidarnos, de contarnos la situación, de apoyaron. Fue muy interesante lo que surgió a raíz de esta situación tremendista”.
Con la llegada a la Argentina, a su casa, lo que siguió para Cande Vetrano fue ponerse en cuarentena. “Mi novio (el actor Andrés Gil) se quedó por trabajo, por eso no fui con él. Así que él fue el encargado de llenarme la heladera, de acomodarme todo y se fue a vivir a la casa de sus padres hasta que pase este periodo de cuarentena. El primer día nos vimos a través del balcón. Fue muy romántico todo”.
Porque al fin, es eso. Solo el amor nos salva de todo.
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