Con más de 679 ciudades visitadas en 101 países y 16 temporadas ininterrumpidas al aire, Resto del Mundo es el programa de viajes más longevo de la televisión argentina. Sacando la cuenta de los vuelos que ha realizado desde su primera emisión, se calcula que le ha dado más de 30 vueltas al mundo. Un ciclo que se transformó en un clásico y que cambió la forma de viajar a través de la pantalla chica. Este año no pretende ser menos que los anteriores, aunque inevitablemente deba adaptarse a una realidad que fue modificada en todos sus aspectos a raíz de la pandemia del coronavirus.
Este sábado a la medianoche por El Trece comienza la temporada número 17 de Resto el Mundo, que por segundo año consecutivo cuenta con la conducción de Emilia Attias y, como siempre, está producido por los hermanos Hernán y Pablo Valenzuela. La vara está alta, como en todas las ediciones anteriores, aún con todos los recaudos que debieron tomarse por el coronavirus. La calidad del material y esa sensación de estar viajando en primera persona, aunque sea a través de la TV, no se negocian.
“Tuvimos que adaptarnos bastante a esta nueva realidad. Nosotros tenemos una manera de trabajar en la que generamos una gran cantidad de contenido durante los viajes y hay mucho que no se ve al aire. De hecho el año pasado filmamos varios programas que todavía no salieron, así que tenemos mucho material inédito, como se dice, de parrilla. ¡Por suerte! En caso contrario estaríamos muy complicados. Hay ciudades y países a los que fuimos y que todavía no mostramos. Y, también, confiamos en que a lo largo de este semestre se va a acomodar un poco la situación”, asegura Attias en diálogo con Teleshow, por un lado lamentándose porque debieron cancelar algunos viajes que ya tenían confirmados, aunque esperanzada por el estreno de una nueva temporada.
Novedades, varias. En un aspecto más general, a raíz del brote que afecta a más de 120 países, habrá más viajes alrededor de la Argentina. “Es una decisión que me pone muy feliz -asegura la conductora- porque me parece que este es un país, y lo digo siempre, de los más lindos a nivel de belleza natural. Podemos intercalar destinos de la Argentina con otros internacionales sin ningún problema porque no desentona. Y es algo que me gusta porque mucha gente no sabe los lugares que hay en ciertas provincias en cuanto a infraestructura, servicios y gastronomía”.
“Me tocó una producción muy cuidadosa porque estaba preocupada cuando explotó este tema. La verdad es que es un poco absurdo moverse por el planeta en este momento: todos los países están tomando sus recaudos. Por suerte tenemos programas muy buenos que ya grabamos y cuando se solucione todo tendremos que reconsiderar cómo vamos a seguir. La producción fue muy considerada y no me siento para nada expuesta”, explicó.
Pero ese no es el único cambio: en lugar de mostrar un único destino por programa, como se hace habitualmente, en esta temporada también se podrá viajar por diferentes ciudades del mundo en una misma emisión: “Vamos a hacer rankings, por ejemplo, de los 10 o 20 mejores castillos, o reservas naturales, o lagos del mundo. Son programas temáticos. También habrá otro tipo de episodio que se llama ‘versus’, en donde se van a encontrar con ciudades popularmente comparadas. Por ejemplo, el primero que van a poder ver es ‘Londres versus Nueva York’. Es muy interesante la propuesta porque vamos a abordar todas las preguntas que se hace una persona a la hora de elegir una ciudad para viajar. Sin dudas son dos ciudades hermanas, pero nos ponemos filosos y tocamos varios items que nos parecen que describen estas ciudades: la gastronomía, la arquitectura, los museos, la calidez de la gente y los precios. Le sacamos el jugo a las dos ciudades”.
“Resto del mundo se destaca por tener una alta calidad de producción, no solamente desde una edición moderna, sino porque tenemos el compromiso de abordar la belleza natural de los diferentes lugares sin exagerar lo que realmente son. Somos muy estrictos cuando producimos el programa respecto al equilibrio: tiene que haber siempre imágenes de la naturaleza o de la ciudad, pero también tiene que estar cubierto con la experiencia de un argentino viviendo ahí o de un local. Mostramos lo que tiene para ofrecer en cuanto a la cultura, la gastronomía y demás aristas esenciales, que lo convierten en un programa muy completo y fiel. Mi aporte siempre fue intentar llevar algo un poco más cercano a la gente, le pongo el cuerpo a la experiencia, como que me enseñen a cocinar, a cosechar o a tejer”, cuenta.
El año pasado, en su primera experiencia como conductora del programa, Attias había hecho casi todos sus viajes acompañada por su hija, Gina, que ahora tiene tres años, y algunos también junto a su marido, Naim el Turco Sibara. Previamente ella ya había realizado varios viajes por diferentes países; pero combinar el trabajo con placer de conocer nuevos lugares, y con una mayor regularidad, fue un aprendizaje constante.
—Me volví una experta en muchas cosas. Te puedo dar muchos consejos si alguna vez viajás con niños. Los tuve que aprender sobre la marcha. Por ejemplo, cómo entretener a un chico arriba del avión. ¡Tengo una valija de entretenimientos! Actividades, dibujo, lectura, juegos… Y la tablet, siempre como último recurso. También aprendí en cuestiones de higiene para los chicos, cómo elegir los mejores horarios, todo muy orientado a la maternidad y cómo ser práctica con mi hija. Aprendí a armar las valijas más rápido y mejor, todo segmentado en bolsitos, que están siempre listos para ir a la valija y listo. Mi manera de viajar siempre fue muy curiosa: me preparaba cultural e históricamente sobre los lugares. Entonces tuve que aplicar mi manera de ser a una manera más profesional de viajar. Esa cosa de nerd curiosa y las ganas de vincularme con la cultura de cada lugar se juntaron con esa posibilidad que no tenés como turista de meterte en la casa de la gente y entrevistar a los locales. Eso me da mucha satisfacción y me llevo muchas más cosas de los lugares que visito.
—¿Y en esta segunda temporada también vas a estar acompañada por tu hija?
—Algunos viajes los voy a hacer con ella, pero dependiendo de la cantidad que sean… La idea es que arranque jardín este año, y con la producción ya me organicé para viajar menos: voy a tener 20 días entre viaje y viaje, que duran entre siete y diez días cada uno. En el balance voy a estar bien, obvio que es algo dinámico y quiero que me acompañe a veces, pero ella se va a quedar acá con el padre, la abuela y toda la familia…
—¿Se extraña mucho a la familia durante los viajes? ¿Cómo hacés para que no cueste la distancia?
—Sí, soy muy familiera y extraño mucho. Estamos acostumbrados a acompañarnos en nuestras actividades y la verdad que me cuesta un montón, especialmente dejar a mi hija. Siempre me organizo bien para tratar de estar el menor tiempo posible fuera del país o que me acompañe. Pero cuando no sucede le explico con anticipación que me voy, le muestro en el mapa dónde está ella y dónde voy a estar yo. Le cuento que me tomo un avión, un barco o un tren, le muestro muchas fotos y ella se ríe y me repite todo lo que le digo. Hacemos muchas videollamadas para que entienda qué es lo que estoy haciendo y le llevo un recuerdito del lugar en el que estuve. Es una genia y entiende todo muy bien.
—Aún estando en Buenos Aires, ¿qué recaudos tomás por el coronavirus?
—Sigo mucho el caso, informándome sobre cómo evoluciona y tomo todos los recaudos, como lavarme las manos, poner alcohol en gel en todos los rincones, desinfectante por los sillones y las mesas de juegos de mi hija. Cada persona que entra a casa se lava las manos. Y trato de no sacarla de mi casa (a Gina). Yo salgo porque tengo que salir por trabajo, pero intento hacerlo lo menos posible.
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