Apareció en los medios en el 2011. En aquella oportunidad, se presentó como Johanna Pombo –cuando su verdadero apellido es Villafañe- y lo hizo junto a Pamela Pombo –su apellido real-. Supuestamente, eran hermanas. El parecido físico hizo que nadie dudara de sus palabras. Un año más tarde se supo la verdad, y fue Johanna quien lo dio a conocer: “No eramos parientes, eramos amigas de toda la vida, estábamos todo el día juntas de cuando vivíamos en Mendoza. Se nos ocurrió decir que eramos hermanas y en televisión era divertido el juego que hacíamos”.
Las chicas tuvieron un romance compartido con Cristian Fabbiani -cuando El Ogro estaba en el apogeo de su carrera futbolística-, y la repercusión que tuvo la noticia en aquel entonces les abrió a las -falsas- hermanas las puertas de la fama. Lo que siguió luego del encuentro con el delantero que militaba por aquel entonces en All Boys fue un reconocimiento que las llevó a debutar en teatro y mostrar sus cualidades arriba de las tablas. Un año más tarde, Johanna tuvo un fugaz romance con el tenista Juan Martín del Potro.
Pasaron nueve años de la primera vez, y durante todo este tiempo corrió mucha agua bajo el puente. El presente indica que Villafañe colgó las plumas de vedette, al menos por ahora. En parte porque se dedicó a otros emprendimientos. Y sobre todo, porque en su vientre está gestando a su primer hijo: “Estoy de cinco meses, pero todavía no pudimos ver si es nena o nene, no se deja, tengo fecha de parto para el 14 de agosto -le cuenta a Teleshow-. Si te puedo adelantar que si es nena me gustaría que se llame Mía Luz, y si es nene estoy entre León y Gian".
“Estoy embarazada de mi pareja con el que, entre idas y vueltas, hace cuatro años que estamos juntos -agrega-. Nos amamos. Es un gran hombre y lo amo. Él es empresario, tiene 42 años, pero prefiero no nombrarlo porque no es del medio, no le gusta la exposición y ver su nombre publicado en las noticias. La realidad marca que no lo estábamos buscando, aunque yo venía con muchas ganas de ser mamá. Es algo que me venía planteando para un futuro cercano, pero no para ya. De todas maneras estoy muy feliz con la noticia: no veo la hora de tener a mi bebé en brazos. Creo que estar con la persona que amo, con la que quiero estar, hace que esto no sea un trauma o casa por el estilo, al contrario”.
¿Cómo supo que estaba embarazada? "Como soy muy regular, que se me atrase un día ya enciende las alarmas. A ese punto soy regular. Esperé un par de días igual, hasta que no aguanté más y fui a la farmacia; me hice dos test. El primero me lo hice cuando volvía de mi casa de lo de una tía, súper tarde…Mientras manejaba venía pensando así que cuando vi una farmacia, paré. No podía contener mi ansiedad. Llegué a casa, me lo hice y me salió una rayita… Así que me fui a dormir. En el medio de la noche me desperté y, no sé porqué, lo fui a ver: tenía dos rayitas. El otro me lo hice acompañada de mi pareja y lo confirmamos. No paramos de llorar de emoción”.
A diferencia de lo que pueden experimentan otras mujeres, Villafañe no sufre los síntomas clásicos del emabarazo: “¿Sabés que no tuve nauseas, vómitos y esas cosas? Mis amigas que fueron madres me contaron que me podía pasar, pero no, lo estoy transitando de maravillas, sin síntomas. ¡Ni la panza me aparece! Tengo una ganas de tener y mostrar esa panzota de embarazada, pero no me sale, apenas se nota”.
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Renovada, Johanna cuenta qué fue de su vida en este último tiempo. “Me alejé del espectáculo porque prioricé otras cosas. Necesitaba recibir una propuesta que me llenara, que me dejara mostrar todo lo que sé, todo lo que me preparé. Aparte de tener mi marca de indumentaria femenina, Divina soñada, a la que le dedicó mucho tiempo porque no es hobby, es un trabajo y lo tomo como tal. De todas maneras no colgué las plumas, para nada, una vez que sea madre, que recupere mi figura, me gustaría volver. ¡Es mi gran pasión!”.
En su momento, en sus primeras entrevistas, Villafañe hablaba de una vida espiritual que le llenaba el alma. Era reikista y hacía yoga. “Pero esa etapa espiritual ya pasó. Estoy más guerrera. Eso fue algo que necesite pero que ahora no. Son momentos. Creo en Dios, por supuesto. Pero mi costado espiritual cambio, me siento más identificada con la mujer guerrera que va por todo empoderada”.
Aquella llegada a la fama -lo narrado- se dio acompañada de Pamela Pombo. Pero tuvieron una fuerte pelea luego de que se descubriera que no eran parientes, y que solo se trato de un plan para hacerse conocidas. “Sinceramente: nunca más hablamos, tampoco me la cruce en ningún lado -asegura Johanna-. Pero tengo la mejor con ella: ya pasaron varios años y no soy rencorosa. Estamos transitando vidas muy distintas, no frecuentamos los mismos lugares como por ahí si lo hacíamos antes. Estoy en una etapa en la que prefiero quedarme con los buenos recuerdos y dejar esas cosas que nos hicieron distanciar a un costado. Es más: ya ni me acuerdo el motivo por el cual nos peleamos. Ojo, tampoco vamos a forzar un encuentro. A mí no me cambia en absoluto tener o no relación con ella y creo que desde el otro lado debe pasar lo mismo”.
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