Andy Kusnetzoff recibe a Teleshow en un bar de Palermo, a unas pocas cuadras del estudio en el que graba PH Podemos Hablar, el ciclo que el próximo sábado vuelve al aire por la pantalla de Telefe. El conductor saluda con el codo. “Estoy muy ortodoxo”, bromea y explica que estuvo de vacaciones en Europa y quiere evitar el contacto por la epidemia del coronavirus. Toma un sorbo de café y se dispone a hablar de todo: el rating, los invitados que quiere para el 2020, el gobierno de Alberto Fernández, la paternidad, su relación con Mario Pergolini y cómo llega a sus 50 años.
Ya lleva cuatro temporadas al frente de PH Podemos Hablar, entrevistó a 654 invitados que compartieron sus historias de vida, entre risas y algunas lágrimas. “Todos tienen una historia para contar, pero la gente quiere ver quiénes son los personajes. A mí en particular me gustan los que no necesariamente son conocidos, pero creo que el formato del programa es esto”, destaca quien no saca el chip de productor e interviene en la decisión de los famosos a los que lleva al programa. Incluso en más de una ocasión es él mismo el que les envía un mensaje para invitarlos. “A veces lo pido como un favor, a veces me da cosa porque es feo el rechazo pero entiendo que no hay que tomarlo como personal. Comunicarme yo es un paso más y se compromete más si lo invitás vos”.
Esa estrategia le ha dado resultado con varios famosos, pero no así con los futbolistas: “Son los que más me han dicho que no. Entiendo que es mucha exposición y que no es su terreno porque no son del medio”. Y este año espera tener más suerte con algunos artistas a los que aún no logró convencer. “Guillermo Francella, este 2020 es tuyo. Estoy seguro de que lo vamos a tener a él con su hijo. Sería un programón", desea y sostiene que desearía entrevistar a Alberto Fernández, Máximo Kirchner, Juan Román Riquelme, Emanuel Ginóbili.
“A Diego Maradona y Lionel Messi los entrevisté otras veces pero me encantaría tenerlos en PH”, continúa y se describe como un “luchador de las entrevistas”: “Muchas tardaron pero salieron, muchas todavía no, pero ojalá que salgan”. Según adelanta, la nueva temporada del ciclo que conduce tendrá nuevas secciones: “Lanzaremos algunas, arriesgaremos otras y conservaremos las que funcionan. Trabajamos en la escenografía. Queremos que sea parte del contenido, agregamos algunas cosas en el punto de encuentro que después puedan servir para la interacción de los invitados, cambiamos el semáforo por un detector de mentiras.
—Estás en todos los detalles. No dejás de lado al productor
—No puedo dejar de ser productor. Estuve en esto desde el minuto cero. Craneándolo, probando. En el punto de encuentro nos basamos en un video de la TV Pública de Finlandia. Suena raro, pero es así. Fuimos ahí, tiramos cosas al piso, probamos con la gente que trabajaba en la productora, había una chica de limpieza, la llamamos para que se sume, cada uno contó su historia. De ahí salió todo, desde el minuto cero. Incluso dijimos “si esto funciona con personajes que no son conocidos, pero que tienen una historia, quiere decir que algo hay”. Nos lanzamos, ahí salió y acá estamos.
—Más allá de que el minuto a minuto no te sirve, porque el programa se graba, ¿estás muy pendiente del rating?
—Estuve muy pendiente sobre todo al principio porque dependíamos de eso. Telefe me dio cuatro programas hace tres temporadas y dependíamos del rating, y obviamente nos fijamos. Después menos, pero el rating es tu material, una de las patas de la mesa para saber si tenés éxito o no. Para mí las tres patas son la calidad del programa, el rating y lo comercial. Si alguna no funciona tienen que estar las otras dos muy fuertes. Por otro lado, es difícil que pase que a mí no me guste y tenga rating, porque yo hay muchas cosas que no estoy dispuesto a hacer, aunque me garanticen que funcionan.
—Tenés tus límites.
—Siempre tuve un límite. Desde CQC tenía cosas que yo no quería y no iba. Tiene que ver con la integridad y la ética de cada uno, y con lo que uno no está dispuesto a hacer. En CQC dije que no iba a hacer chistes, ni entrevistar a dictadores, ni a Aldo Rico entrevisté. Después fui cambiando y aflojando, me flexibilicé con gente que no entrevistaba, me saqué prejuicios y con muchos me llevé una sorpresa muy buena y me di cuenta que está bueno sacarse prejuicios. Entendí que hay gente que quería entrevistar y conocerla. Siempre y cuando yo esté de acuerdo y no traicionarse a uno mismo. Si hay alguien a quien no quiero entrevistar, no viene a PH y listo.
—¿Se aprende entrevistando?
—Siempre es un aprendizaje entrevistar a seis personas al mismo tiempo. Además, la idea no es que sean amigos. Aprendí mucho escuchando historias. Eso es lo que le gusta a la gente: escuchar que todos tenemos problemas parecidos, que de afuera todos podemos parecer exitosos o algo, pero después, internamente, tenemos dudas, tragedias, historias. Eso es lo que gustó del programa: las historias.
—Te traigo un poco a la política. ¿Cuál es tu análisis sobre los primeros meses de Gobierno de Alberto Fernández?
—Se encontró con una situación muy difícil. Le tengo fe. Me gusta lo que voy viendo en sus discursos. Por supuesto que es muy temprano para evaluar los resultados, pero en la intención estoy de acuerdo. Me gusta lo que está haciendo. No soy militante, pero justo Alberto es uno de los políticos que yo mas respetaba. Vino a PH cuando estaba en el llano. Siempre lo respeté. Lo conocí primero como Jefe de Gobierno cuando entrevisté a Néstor Kirchner. Le tenía respeto y cariño. Y cuando me enteré de esto me puse contento. Creo que le va a ir bien. Aunque va a ser un año realmente complicado.
—¿Cómo te llevás con la paternidad? Tu hija Helena empezó salita de tres, ¿cómo viviste estos primeros días de clases?
—No pude ir al primer día porque ese día me reincorporé a la radio (Perros de la calle por FM Metro). Estoy al tanto de todo lo que pasa, voy a las reuniones de padres. También trato de estar presente buscándola cuando está en el jardín. A veces me voy de la radio en moto, la saco del aula, le doy un beso y vuelvo. Como trabajo en su mismo horario, trato de estar por ese lado. Me encanta ir, verla desde afuera en la salita, lo más lindo es la sorpresa que siente ella de ir a buscarla.
—¿Sos un padre permisivo o le ponés límites?
—Me parecen importantes los límites. Cuesta, y es mucho más fácil dar todo, en lugar de decir “esto sí, esto no”. Pero el rol de un papá es decir “esto sí, esto no”. No hay que caer en la tentación de buscar más el cariño que el límite. El límite me parece importante. Yo tuve límites puestos con amor, que uno después puede apreciar de más grande, y que no necesariamente los entendí en el momento.
—¿Te cuesta marcar más límites que a tu mujer (Flor Kourny)?
—Algunos me cuesta más, como con la tablet, la televisión o los caramelos. Flor los pone más, creo que soy más flexible que ella, pero me parece más importante estar presente que los límites.
—¿Qué aprendiste con la paternidad?
—Aprendés y reaprendés todo el tiempo. Sé que son lugares muy trillados, pero básicamente trato de aprender a ser feliz, a dar el ejemplo, a darle libertad. A entender que yo puedo querer algo, pero ella (Helena) tiene su propia personalidad. Son un montón de aprendizajes.
—En noviembre cumplís 50 años. ¿pensás en un balance? ¿cómo llegás?
—Como puedo (risas). Llego tratando de aprender día a día a ser feliz. Tratando de entender de qué va la vida, y creo que estamos en esta vida para ser felices. Es eso. yo tengo el privilegio de trabajar de lo que me gusta, que en Argentina es un montón. Lo más importante es tener salud, disfrutar, estar con los seres queridos. También me parece importante que te importe el otro. Hay que tener en cuenta cómo está el otro, no solo uno, porque a veces uno está bien pero el otro está como el orto, y creo que hay que ayudar, hay que ser consciente. Así me encuentran los 50: reflexivo y tratando de disfrutar.
—Como hincha y socio de Boca, ¿qué opinás de la nueva gestión que tiene a Jorge Amor Ameal como presidente, Mario Pergolini de vice y Juan Román Riquelme de vice presidente segundo?
—Es muy reciente, ojalá que les vaya bien. Tengo muchas ganas de que nos vaya bien, pero recién están empezando.
—¿Hablaste con Mario?
—Le mandé un mensaje cuando ganaron, porque terminé bien con él el año pasado. Y listo. Chau. Estamos bien. No hablamos nada más. Nunca fuimos amigos, tenemos buena onda, tuvimos distintas etapas. Pero estamos al día, eso es lo importante.
—¿Cuál es tu asignatura pendiente en tu vida personal?
—Tocar bien un instrumento. Toco un poco la guitarra, pero me gustaría tocar bien, con disciplina, porque siempre dejo. También toco la flauta. El año pasado empecé piano, duré tres clases, pero este año voy a ver si retomo. Me falta conductora.
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