“Tuve muchas relaciones. Siento que fue un recorrido para conocer a Nella (Ghorghor) y que ella saque mi mejor versión. Con ella, es 100 por ciento”, confiesa Guillermo López, a horas de casarse, después de un año y medio de convivencia. “Yo ya la siento mi mujer, ya somos familia”, advierte el conductor en esta charla con Teleshow, y se sincera: “Nunca fantaseé mucho con el casamiento. Me pasó ahora, que me dieron ganas de hacerlo y de formalizar algo que para mí ya está”.
Todo empezó a fines del 2018, cuando lo tuvieron que operar: “Ella fue incondicional. Estaba ahí en los primeros días, donde hay que hacer limpieza y cosas. La veía casi cual enfermera, y pensaba: ‘Esto es mucho amor’, para una imagen patética que tenía de mí en ese momento. Y dije: ‘Con esta mujer me quiero casar’”. Fue entonces cuando El Pelado -como lo conocen todos- empezó a fantasear con el tema, pero no dijo nada.
El 27 de junio de 2019 llegó su cumpleaños de 50. “Armé una linda fiesta, invité a todos mis amigos y a la gente querida de todos los años, de las cinco décadas”, recuerda Guillermo, que en un momento les pidió a todos que grabaran lo que iba a decir pero que no lo mandaran a ningún lado. “Pensaban que iba a decir: ‘Gracias por venir. Son mis 50. Son mis amigos, los quiero mucho’. Bueno, ahí empecé a hablar de Nella. Y me emocioné. Y agarré y le dije si se quería casar conmigo. Delante de todos y grabado a 50 celulares. Tuve la suerte que dijo que sí, porque sería el papelón más grande grabado a más cámaras...”.
—¿Qué hizo Nella en ese momento?
—Primero se emocionó y se sorprendió. Me abraza, y como yo permanentemente le hago chistes, al oído me dice: “¿Es en serio?”. Me dio una ternura que les dije a todos: “La poca credibilidad que tengo que me está preguntando si esto es verdad...”.
—Más adelante se fueron de viaje y mostraron los anillos.
—Hicimos una especie de luna de miel adelantada, y dijimos: “Aprovechemos este viaje, busquemos un lindo lugar, compremos los anillos”. Me parecía que París era un lugar súper romántico.
—¿Cómo surge esto de hacer dos fiestas de casamiento?
—Al hacerse público, al aparecer gente: “¿Querés hacerlo acá?”. “Huy, muchas gracias, bueno, no sé qué...”. “¿El catering?”. Fuimos a buscarlo. “¿Querés hacerlo acá?”. Así, en un momento estaban los dos lugares, que son hermosos, y la verdad que yo tengo clarísimo que no me voy a casar nunca más. Y como mi plan es estar con ella el resto de mi vida, entonces le dije: “¿Por qué no hacemos un doble festejo? Que lo amerita. Por el amor, por la salud, por todos los amigos que van a venir. Porque esto me parece no pasa muchas veces en la vida”. Y así fue.
—Entonces tienen dos fechas: primero la del Civil.
—El 13 de marzo.
—Pero es con festejo-festejo después.
—Sí. Y yo realmente soy de los cuatro que no bailan en los casamientos y las fiestas. No soy el rey de la noche.
—Pero te van a estar revoleando por el aire...
—Bueno, pido desde acá, que lo va a ver muchísima gente: no me gusta la revoleada. Porque tengo la teoría de que nunca falta el boludo que no pone bien los brazos porque está medio copeteado, afloja, cae el novio, y es una desgracia innecesaria...
—Hay que llegar al segundo festejo, que es el 4 de abril.
—Sí, lo mejor sería que no suceda, realmente. Inclusive en el Civil, con alguien muy importante que prefiero no decir, para que sea una sorpresa, vamos a pedir algunas cosas que preferiríamos que no sucedan. La cantidad de amor y la generosidad que recibimos... Los Totora, por ejemplo, me dijeron: “Nosotros queremos cantar en tu casamiento”. En el Civil va a estar Renata Repetto, la hija de Nico, que canta muy lindo, y como Juana (Repetto) es amiga de Nella, le quiso regalar cantar en la recepción del civil. Me genera ansiedad que todo salga bien porque hace muchos años que conduzco eventos, que estoy en eventos, y soy como productor de eso.
—Qué difícil ponerte en el lugar de protagonista, ¿no?
—¡Claro! Y quiero armar todo. Tengo ganas de armar todo como para ese día decir: “¡Listo!, a partir de ahora yo soy invitado de mi propia fiesta”.
—¿Te va a salir?
—Voy a hacer todo lo posible. Si puedo, no alcoholizar patético, pero sí tomarme unas cuantas copitas de champagne. Nunca estuve borracho. Es una declaración también poco creíble, pero es la realidad. Mi idea es que cada 15 minutos tenga mi copita de champagne para ir generando…
—¿Cómo está Nella? ¿Contenta?
—Ella está muy contenta, sí. Es una persona, te diría, de las más buenas que conocí en mi vida.
—¿Está nerviosa?
—No, no está nerviosa. Siento que directamente ya no me entiende el español... Está re nerviosa.
—Te veo muy enamorado y muy contento.
—La verdad que sí. Así estoy. Espero transmitir lo que realmente me pasa porque a lo mejor me pasa más de lo que transmito. Si vos me ves muy contento, quizás estoy más contento aún. Pero viste que yo soy medio tímido, aunque nadie me lo crea.
—¿Cómo es Nella?
—Tiene un nivel de compañerismo y de humildad, y de falta de ego mal acomodado. ¿Viste cuando la gente necesita permanentemente llamar la atención? Tiene el ego bien acomodado, las cosas claras, no le interesa perder el tiempo en pavadas, en discusiones tontas. Saca mi mejor versión. Y tiene algo como mujer muy interesante… Me parece hermosa, me parece sexy, pero eso solo no alcanza si uno apunta a lo largo del camino, viste. Tiene una cosa de compañerismo que la siento familia, y siento que si me tiro para atrás, me va a agarrar.
—¿Luna de miel?
—Bueno, como vinimos al revés, podríamos decir que ya la hicimos en París. Pero te podés imaginar que como pasaron todas estas cuestiones, ya nos han dicho: “¿No les gustaría tal lugar?”. Pero en realidad, la luna de miel no va a ser pegada.
—Organizar dos fiestas es un montón.
—Me caso el viernes. Y aunque no lo creas, quiero ir a la radio el sábado, a las 9 de la mañana, aunque no duerma nada.
—Ah, total normalidad lo tuyo.
—No. Tengo ganas de ir a contar porque hace seis meses que estamos haciendo un cuento, todos los sábados, jodemos con el casamiento y con las historias de casamiento de todo el mundo. Después de todo ese cuentito, al día siguiente tengo que estar ahí.
—¿Cómo hiciste la lista de invitados? Te llevás bien con media farándula.
—Yo no tengo íntimos amigos (en la farándula). Me llevo muy bien con mucha gente, pero no tengo íntimos amigos. Tengo algunos pocos: (Julieta) Prandi, Fede Bal, Gonzalito (Rodríguez), Clemente Cancela. Juana Repetto es muy amiga de Nella. Y Reina (Reech), porque es como una mamá de Nella.
—¿Te resultó fácil hacerla?
—Sí, porque la verdad que podría invitar a muchos. No sé, Nico Vázquez, por darte un ejemplo. Tengo cariño con mucha gente. Ni hablar (Ricardo) Darín, que lo he nombrado siempre acá. Hemos charlado con Mario Pergolini, pero como él odia ir a los casamientos me dijo: “Ni me invites”. Pero yo ya lo invité, con lo cual, quedé bien.
—Y ahora, ¿va o no va?
—No, no va a ir nunca. No va nunca a ningún casamiento. Ni cumpleaños ni nada.
—¿Regalo?
—No pedimos nada. Me está pasando que mucha gente me dice: “Che, por qué no abrís una cuenta, porque te quiero hacer un regalo. Y como no sé qué regalarte…”. Entonces en un momento hasta pensamos: “¿Y si hacemos una cuenta y esa guita la donamos?”. Porque la verdad que mi casa está armada, no necesito regalos.
—¿Despedida de soltero?
—Mi despedida de soltero fue juntándonos a comer una pizza y viendo la final de River. Sueno un poco aburrido con algunas declaraciones. Me parece demodé la despedida de soltero. Por otro lado, me pasé 48 años de despedida de soltero. Para qué agregar dos o tres horas más, es al… No tiene sentido.
—¿El año sigue con la radio?
—El año sigue con La 100. Vengo de hacer todo el verano en Pinamar, temporada 18, los últimos tres a cargo de Estudio Playa, la radio de Badía; para mí siempre será así. Cada vez me dan más ganas de quedarme a vivir ahí.
—¿Tenés ganas de hacer televisión?
—Ahora me ofrecieron tele. El año pasado me habían ofrecido conducir Intratables, cuando se fue (Santiago) Del Moro, y después me ofrecieron dos o tres cosas más de tele. Pero prefiero esperar. Estoy con un proyecto que armamos con Diego Guebel, un piloto de un programa de entretenimientos; él tenía un formato y yo le agregué una idea de transformarlo en callejero. Me gusta mucho también la entrevista, esto que estamos haciendo con vos ahora; un espacio así a mí me gusta. No tengo una desesperación. Además he logrado en el último tiempo disfrutar sin culpa de mi tiempo libre.
—Está buenísimo que estés disfrutando este momento, porque como dijiste al principio, no se va a repetir.
—Estoy seguro de que mi parte no se va a repetir porque no, ya está. Me parece que es con ella, ahora, y Dios quiera que sea para toda la vida. Y si se aviva y me pega un boleo... no me caso más.
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