Cuando era chica, Alexia García Del Río estaba segura de lo que quería hacer: recorrer el mundo triunfando con su trabajo. Con ese propósito se anotó en la carrera de cine una vez que terminó la secundaria. Y aunque también llegó a hacer el curso de ingreso de Psicología, decidió apostar por lo que siempre había soñado. “Amo el mundo del cine y su creatividad. Me parece un medio de exposición muy fuerte, el más poderoso para llegar a más personas y tener mayor exposición”, cuenta la joven, en una entrevista exclusiva son Teleshow.
El primer año de la carrera lo hizo en la Universidad del Cine en Buenos Aires. En ese transcurso aplicó para seguir estudiando en New York Film Academy, en la sede de Los Ángeles, universidad que la aceptó y que le permitió ampliar sus horizontes. De esa forma, en agosto de 2015, cuando tenía 19 años, Alexia armó sus valijas y emprendió el viaje cargado de sueños y proyectos.
“Mucho de lo que gané hasta ahora es por la personalidad que tengo. ¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar para lograr tus proyectos? Yo sacrifiqué años de tristeza, de soledad -cuenta Alexia, de 24 años-. Los Ángeles es una ciudad muy fría, y la emoción de estar viviendo allá se va a los pocos meses, cuando ya estás instalado”.
En estos cinco años, Alexia creció de manera notable en su carrera profesional: se recibió de directora de cine, comenzó a trabajar como asistente en Daily Wire, una productora de televisión y cine, y a los siete meses la ascendieron como jefa de post producción. Ahora tiene a cargo a los creativos, ilustradores y animadores. “Fue una locura”, asegura quien participó en la producción de más de 30 cortos, además de escribir y dirigir 10 cortos, comerciales y videos musicales.
Por otro lado, con su película A Land Where Children Play -que trata de un abuelo judío que tiene que aprender a convivir con un niño musulmán, refugiado de Siria, que adopta su hija- ganó premios en distintos festivales de cine como Los Angeles Independent Film Festival, Queen Palm International Film Festival, Festigious International Film Festival, Oniros Film Awards (en Italia), Los Angeles Film Awards y Best Shorts Competition.
“Esos reconocimientos me generan mucha ambición, ganas de seguir trabajando. Porque amo lo que hago y me alegra en el alma darme cuenta que disfruto de mi trabajo. Amo ir a la oficina todos los días, de ahí no me saca nadie. Ni aunque esté enferma o cansada. Es una bendición poder disfrutar lo que hago”, celebra quien trabaja 12 horas diarias.
Más allá de los triunfos que logró a nivel profesional, Alexia sufrió problemas personales que debió afrontar sola, sin su familia ni sus amigas de Buenos Aires. “Me separé de mi primer novio, con el que conviví, y terminé mal. Esas son las veces en las que necesitás un abrazo, y la distancia no ayuda", se sincera quien tiene nueve hermanos: “Los adoro a todos por igual y los extraño muchísimo”.
“Hace un año que no voy a Argentina -lamenta García Del Río-. La verdad que es un sacrificio. Pero todo lo que viví hasta ahora vale la pena. No cambiaría ninguna de todas las decisiones que tomé". Casi como un giro del destino, antes de irse de la Argentina, en 2015, un comercial suyo se vio en las pantallas enormes de 9 de Julio. Se lo encargó una marca de maquillaje, y fue una producción integral: Alexia hizo todo, desde el guión.
¿Qué es lo que más le gusta de Los Ángeles? “Más allá de la ciudad, lo que me enamoró es la vida que se lleva acá. Es una cultura muy distinta. Hay mucha cultura del trabajo, no existen los días off (libres). Me sentí muy identificada desde ese lado", cuenta Alexia, que ya piensa en inglés y se le escapa alguna expresión incluso cuando habla con sus amigas: “Me cargan porque a veces, en lugar de ‘¡sí!’, se me escapa un ‘¡yeah!’".
Alexia todavía tiene asegurados tres años de trabajo en Los Ángeles; sin embargo, no descarta en un futuro seguir viajando. “Todavía tengo mucho que aprender acá. Lo que más me atrapó del cine es viajar por el mundo. Me gustaría trabajar en España o Alemania, quizás durante algunos meses, en los que puedo hacer documentales. Amo el cine y la influencia europea”.
Actualmente está soltera. Desde hace dos años vive junto a una compañera de departamento (roommate), una modelo y actriz ucraniana. “Somos muy amigas, y como las dos trabajamos en el mismo ambiente, nos aconsejamos”. García Del Río asegura que es muy difícil sostener un vínculo en una ciudad "de paso”. “Todos mis compañeros de la universidad, por ejemplo, ya se volvieron a sus países. Hoy por hoy mi única amiga argentina es la cantante Alexia Bosch. Me apoyo mucho en ella”. Curiosamente, el vínculo comenzó por la coincidencia de sus nombres.
Si bien la separan casi 10 mil kilómetros de su Buenos Aires querida, Alexia no perdió las costumbres argentinas como tomar mate, comer dulce de leche o pedirle a quienes viajan a visitarla que le lleven distintas golosinas que no consigue en los Estados Unidos. Sin embargo, reconoce que le cuesta seguir un poco el ritmo y la actualización de las nuevas expresiones criollas, propias de los jóvenes. “Me entero un poco por mis hermanas más chicas, pero me cuesta un poco adaptarme a ese léxico”, dice, divertida.
Todavía con muchos proyectos en mente, Alexia tiene un gran futuro por delante. Mientras tanto, continúa trabajando para cumplir aquellos sueños que comenzaron cuando era chica, y sabía que quería dedicarse al cine.
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