Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia son dos actores consagrados tanto aquí como en España. Han hecho una carrera internacional formidable y actualmente muy activa, porque continuamente viajan a filmar películas, hacer giras teatrales o protagonizar series de televisión. Tienen aquí y allá proyectos en paralelo y carreras en simultáneo, por lo que no podría decirse que estén “probando suerte”, porque llevan dos décadas en constante crecimiento y gozan de una estabilidad enorme en cuanto a repercusión, ofertas laborales y cariño del público.
Sin embargo eran hasta ahora -y descontando las carreras que antes ya hicieron en España tres grandes actores nuestros como Héctor Alterio, radicado definitivamente allí hace décadas, Miguel Angel Solá, Darío Grandinetti o Cecilia Roth, los pocos nombres propios de gran desarrollo en el país europeo. Pero la proliferación de series y realización e películas para las plataformas digitales, sobre todo Netflix, abre puertas para más actores que, a través del trabajo de sus representantes, están ampliando horizontes para trabajar en aquel país.
Oscar Martínez no pertenece a las nuevas camadas; por el contrario es un actor consagrado. Pero vive un momento especial por sus últimos trabajos en España, en tiempos de muchísimo trabajo como actor de cine, aquí y allá. Hizo la versión de la obra de teatro Toc Toc para streaming, y hace poco la plataforma líder estrenó una película que es furor en el on demand, Vivir dos veces, una de la más vistas, que le abre puertas para nuevos proyectos allí.
Para los jóvenes, lo más importante es conseguir un representante con contactos en los dos países, y que a su vez les abra las puertas a audiciones y castings. Para las series españolas, la participación de actores argentinos se ha vuelto casi una cábala, y a su vez traer actores españoles a nuestras tiras, funciona en menor medida, pero cabe. En Argentina, tierra de amor y venganza, importaron al catalán Albert Baró (de “Merlí”) que se quedó con el protagónico de la serie.
En Separadas, un ex Velvet también es protagonista. Delfina Chaves, justamente una de las actrices que encabezó la novela de época de Pol-ka, hizo pareja con Baró en la ficción y se hicieron muy amigos. De su mano llegó a una representante en España donde espera ampliar su horizonte laboral. Este verano, en el invierno madrileño, tomó un seminario de actuación con el director argentino Claudio Tolcachir, quien también está triunfando con sus obras en España, y realizó varios castings.
Tolcachir es el director argentino con el que todos los actores españoles de moda quieren trabajar, y por eso a sus clases en enero fueron muchos famosos de las series, como varios de los protagonistas de Elite. Junto con Delfina Cháves, otro actor de ATAV que se hizo muy cercano al catalán Baró, está probando suerte y haciendo castings en Madrid: Matías Mayer.
Nicolás Francella acaba de terminar de grabar su participación en la tercera temporada de Altamar, otra serie de la platafotma de streamming de producción propia. El hijo de Guillermo Francella llegó a España tras su protagónico en la película de Juan José Campanella El cuento de las comadrejas y tiene un personaje importante en la continuación de la saga.
Luz Cipriota fue de las primeras en llegar a las series españolas al tener un personaje en Las chicas del cable, y ahora estará en la segunda temporada de la serie de Luis Miguel. Por último, dos grandes actores disfrutan un gran momento profesional grabando en España el spin-off de la exitosa Vis a Vis: Ana María Picchio y Ramiro Blas. Este último es el terrible villano de la ficción que reaparece en la nueva temporada, mientras que la segunda se instaló cuatro meses en Madrid para filmar su personaje al que llegó sin hacer casting, a sus 73 años, cuando menos se lo esperaba. También allí oro actor argentino, Lucas Ferraro, interpreta a su hijo, sumando más oportunidades para nuestros talentos en la península ibérica.
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