Creía que a su paso no crecía el pasto. Que las mujeres que habían sido “sus mujeres”, nunca más podrían ser las parejas de nadie más. Pero se equivocó. Y, por mucho que le pese, hoy Diego Maradona se enfrenta a la realidad de ver que tanto Claudia Villafañe, como Verónica Ojeda y Rocío Oliva han podido rehacer sus vidas. Cuando él, paradógicamente, se muestra después de mucho tiempo solo, sin una relación sentimental.
La última en blanquear romance fue Verónica, la mamá de Dieguito Fernando, quien a fines del año pasado empezó a mostrarse feliz junto al abogado Mario Braudy. Su relación con Maradona no había sido nada fácil. Tras nueve años de relación, él la abandonó estando embarazada para irse con Oliva. Y, desde entonces, mantuvo una lucha eterna por intentar lograr que el ex jugador lograra sostener un vínculo fluido con su hijo.
Sin embargo, cuando en 2014 intentó comenzar una relación con el empresario Pablo Pugliese, Diego puso el grito en el cielo. No se sabe a ciencia cierta si la relación se terminó por eso, pero la realidad es que el ex jugador se habría contactado con el hombre para manifestarle su malestar. Y que, obviamente, estos llamados poco amables de su parte terminaron afectando la relación.
Después, Verónica se abocó de lleno al cuidado de su hijo, quien según confesó hace un tiempo padece un TEL (Trastorno específico del lenguaje), una patología que requiere un tratamiento específico que incluye fonoaudiología, piscopedagogía y terapia ocupacional. Así que dejó en un segundo plano su rol de mujer, para dedicarse casi de manera exclusiva a su función de madre. A tal punto que, a principios del año pasado, se instaló en México junto a su ex y padre de su hijo, sólo para que el pequeño pudiera tener mayor contención.
Pero este último intento de Verónica por lograr que su hijo tuviera a un padre presente terminó de la peor manera, cuando en mayo de 2019 ella regresó al país de manera abrupta y en medio de rumores que hablaban de un supuesto episodio de violencia de género. Desde entonces, Ojeda dejó de cubrir a Maradona en los medios. Reconoció que estaba sola en la crianza de su hijo. Y se mostró dispuesta a empezar una nueva relación. Algo que, finalmente, ocurrió con la llegada de Braudy.
Durante este verano, además, Diego tuvo que resignarse aceptar que Rocío ya lo había soltado por completo. Es verdad que la jugadora mantiene un diálogo medianamente asiduo con él. Y que, incluso, lo acompaña como manager del equipo de fútbol femenino de Gimnasia y Esgrima de La Plata, club en el que el ex futbolista trabaja como DT. Sin embargo, después de seis años de idas y vueltas, la pareja se terminó. Así que ella aprovechó para irse de vacaciones a Brasil con un nuevo “amigo”: Bernardo Buratti.
“Cerré el año bien y lo comienzo mejor”, escribió Rocío junto a una foto con el supuesto candidato a principios de enero. La relación, evidentemente, no funcionó. Y ella regresó a la Argentina sola, pero contenta. “Fue un amor de verano”, reconoció luego al ser consultada sobre el supuesto romance, dejando en claro que no le interesa en lo más mínimo lo que Diego pueda pensar al respecto.
Es que, sin dudas, a la que más le costó poder blanquear su actual relación fue a Claudia. Ella se divorció de Maradona en el 2003, después de catorce años de matrimonio y cinco años después de que él hiciera abandono de hogar. Al tiempo, Diego conoció a Verónica y oficializó su relación con ella. Pero, evidentemente, el ex jugador pretendía que la madre de Dalma y Gianinna se retirara de la vida amorosa luego de estar con él.
Sin embargo, pese a que ella se encargó de mantenerla oculta por más de diez años, la relación de Claudia con el productor Jorge Taiana era un secreto a voces. Cuentan que Diego lo persiguió e hizo hasta lo imposible por tratar de descubrir el noviazgo. Pero recién pudo confirmarlo a través de una tapa de la revista Paparazzi, en la que se lo veía pescando junto a su nieto Benjamín. Algo que para Maradona fue una verdadera traición por parte de toda su familia.
A partir de ese momento, empezaron los problemas judiciales para Claudia. Diego la demandó por irregularidades en la división de bienes gananciales, por la compra de departamentos en Miami cuando todavía estaban casados, por defraudación a la AFIP, por la tenencia de los banderines y las camisetas que quedaron en el hogar que compartían… Pero, en realidad, lo que le molestaba era saber que su ex había podido rehacer su vida con el hombre al que él comenzó a referirse despectivamente con el apodo de Tontín.
Lo cierto es que, pese a sus intentos, Maradona no logró romper la sólida historia que unió a Claudia y Taiana durante tanto tiempo. El año pasado, ambos sellaron su amor con un anillo de compromiso. Y ella, que siempre fue muy discreta, sigue sin mostrarse en público con su novio pero ya no hace ningún intento por negar su relación.
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