“Un día sos joven y llenando estadios en Israel, y al otro estás averiguando por todos lados si Netflix paga regalías por repeticiones y si existe la posibilidad de que las paguen antes de fin de mes...”.
Con un tuit que no pareció tener ninguna mala intención, Felipe Colombo abrió el debate sobre las ficciones que se emitieron en la televisión argentina y que, después de un tiempo, las plataformas las suben para que se puedan ver en streaming.
Tal fue el caso de Rebelde Way, ficción que el actor mexicano protagonizó junto a Luisana Lopilato, Camila Bordonaba y Benjamín Rojas, bajo la producción de Cris Morena. La tira para adolescentes en 2002 se emitió por la pantalla de Azul TV (hoy El Nueve), y en 2003 por América. Después de 16 años, Netflix anunció en diciembre que ya está disponible en su programación. Lo que derivó en que Colombo consultara sobre los derechos de imagen.
Algo similar, pero en la pantalla abierta, había sucedido años antes con las repeticiones de Casados con hijos (2005) por Telefe, serie que hasta el día de hoy se sigue viendo en televisión, a 14 años de la emisión del último capítulo. En su momento, fueron los propios protagonistas (Guillermo Francella, Florencia Peña, la propia Lopilato) quienes manifestaron su descontento por las reiteradas veces en que aparecían en la pantalla. Así fue como, tras una larga lucha impulsada por SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), en abril de 2008 se sancionó la Ley del Intérprete.
Un reclamo que duró más de 10 años
Firmada por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la normativa que establecía que los actores argentinos percibirían un pago por la emisión y repetición de cada programa o película en la que hayan participado, ya sea por televisión abierta, cable, satelital, en empresas de transporte aéreo, terrestre y en hoteles. Un beneficio del cual ya gozaban países como Estados Unidos, España, Brasil, México, Francia, Italia y Gran Bretaña, entre otros países. Por supuesto: por entonces no existía el streaming.
Con la llegada de las plataformas las repeticiones son más constantes ya que si bien las empresas realizan contenido propio, muchas veces adquieren un producto que ya se emitió en televisión para se pueda volver a ver por Internet. Tal fue el caso de Rebelde Way y Los Simuladores, entre otras ficciones argentinas.
“Nosotros cobramos por el derecho de comunicación pública de las interpretaciones audiovisuales. No importa que sea la primera, la segunda emisión, o más”, explica María Florencia Prada Errecart, asesora legal de SAGAI, ante la consulta de Teleshow. Según Prada Errecart, la institución está en juicio con otras plataformas que reprodujeron material, pero que se niegan a pagar. “Cada vez que se emiten las obras que contienen interpretaciones audiovisuales, nos deben pagar los derechos. Sea una plataforma, un canal, o mismo en un cine. En cualquier medio audiovisual”, advierte.
Frente esta situación, la preocupación de los actores crece: “Cada vez nos preguntan y quieren saber cómo es la gestión con las plataformas -confía la abogada-. Nosotros la estamos haciendo, pero es muy difícil el reconocimiento del derecho. Es una pelea... así como en su momento la tuvimos con los canales”. Teleshow intentó comunicarse con los representantes de Netflix, pero hasta el momento no dieron ninguna respuesta.
"Yo nunca cobré nada”, es lo primero que aclara Federico D’Elía, uno de los protagonistas de Los Simuladores, y quien también estuvo en la segunda temporada de Rebelde Way. Además, dice estar al tanto de que “las plataformas no pagan”. "Cuando surgió todo esto averigüé en SAGAI y me dijeron que están peleando -asegura quien fuera Santos en la recordada serie de Damián Szifrón-. Es justo y es lo que corresponde. Hasta ahora pagan la repetición en la Asociación Argentina de Actores, pero no por el derecho de imagen audiovisual”.
Si D’Elía pudiera elegir, preferiría que las plataformas no emitieran ninguna de las ficciones en las cuales participó. “Cuando me entero que entre sus contenidos aparece algún programa en el que trabajé, no me genera nada. Incluso, si tengo que elegir, que no estén. Es un negocio para las plataformas o para los dueños del producto; los que perdemos somos los actores. Corresponde que todos cobremos -insiste el actor-. No necesito que la gente siga viendo Los Simuladores o Rebelde Way. Entiendo que hay otras personas a las que les gusta que los sigan viendo; a mí no, a mí me da lo mismo”.
Prada Errecart, por su parte, profundiza: “Entendemos que la comunicación audiovisual y el camino es con este tipo de negocios, a través de las plataformas web, por eso estamos en negociaciones con Netflix, pero aún no están pagando. Lo mismo pasa con otras plataformas y con los nuevos servicios que se están ofreciendo, pero está complicado porque nadie quiere pagar: creen que la web es de nadie".
“Cada medio audiovisual que lo emita, debe pagar y reconocer los derechos de propiedad intelectual del actor, según lo que establece el artículo 56 de la ley 11.723”, enfatiza la asesora legal de SAGAI. Lo mismo sucedería con los sitios de Internet que ofrecen temporadas completas de las ficciones que se emiten en televisión. “Si lo exhiben en la plataforma -enfatiza-, tienen que pagar. Es así... es la independencia de los derechos de propiedad intelectual en todos los ámbitos que se haga una comunicación al público".
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