Si bien no soy crítica de teatro ni de cine, el sábado pasado decidí ir a ver a Si la cosa funciona, la comedia que llevó al cine Woody Allen en 2009, bajo el nombre Whatever works. La clásica película fue llevada al teatro en España, donde rompió la taquilla, y llegó en este 2020 a la Argentina. Reúne todos los condimentos para quedarse por mucho tiempo en cartel: una propuesta interesante, con un libreto ágil y entretenido, y actuaciones de alto vuelo.
Llegué al teatro Astros (Corrientes 750) poco antes de las 21, la hora del comienzo de la función. Apagué mi celular y me dispuse a disfrutar de esta comedia que definitivamente me sorprendió para bien.
El primero en salir a escena es Luis Luque, quien interpreta a la perfección a Boris, un hombre mayor maniático, insociable, misántropo, malhumorado y fóbico que se cree un genio de la física porque fue postulado alguna vez al premio Nobel, que nunca ganó. En primera persona le cuenta al público sus manías, sus gustos por la música clásica y películas de época y, obvio, sus diferencias con Jesica (Laura Novoa), su esposa, de quien se divorcia después de intentar suicidarse.
Su vida cambia cuando casi por casualidad conoce a Melisa (Luisa Drozdek), una hermosa chica del Interior, treinta años menor que él, que llega a la gran ciudad y es cobijada por él. Debo confesar que es la primera vez que veo a Luli y me llevé una grata sorpresa. Toda una revelación en el escenario.
La convivencia entre Boris y Melisa, sin premeditarlo, termina en casamiento… Pero un año más tarde empiezan los problemas: la madre de ella (Carolina Papaleo), sin noticias de su hija y engañada por su marido con su mejor amiga, decide dejar el pueblo e ir en busca de ella en la gran ciudad. Allí descubre que Boris, su yerno, no era justamente lo que ella había soñado para su hija.
Se destacan la versatilidad de Papaleo y Luque para plasmar sobre el escenario los cambios que viven sus respectivos personajes. Él, porque debe aceptar su nueva realidad, algo muy difícil porque tiene que dejar a un lado su ego y su opinión negativa sobre los demás. Ella, porque es una mujer del Interior muy religiosa que se adapta rápidamente a los desórdenes de la ciudad. Al igual que el resto del elenco, interpretan con suma calidad el libreto y logran divertir al público.
Roly Serrano, en el papel del padre de Melisa, quien engaña a su mujer y llega a la gran ciudad buscando recuperar a su familia, tarda en entrar en escena, pero brilla cuando lo hace. Un Boris abandonado por Melisa intenta nuevamente suicidarse, pero no lo logra y cae sobre el personaje de Laura Novoa (Helena, una vidente, el segundo personaje que interpreta la actriz), que terminará siendo su pareja.
Un estreno en la cartelera porteña con el desafío de estar a la altura de un clásico del cine. Definitivamente, la obra cumplió con el objetivo. Si tuviera que otorgarle un puntaje, le daría ocho puntos y medio. Me pareció entretenida, hace reír y las transformaciones de los personajes dejan pensando al público. Muy bien dirigida por Manuel González Gil y con la producción de Daniel Comba. Una propuesta muy recomendable.
Si la cosa funciona
Teatro: Astros (Corrientes 750).
Funciones: jueves a sábado a las 21, domingo a las 20.30.
Dirección: Manuel González Gil.
Producción: Daniel Comba.
Elenco: Luis Luque, Luisa Drozdek, Carolina Papaleo, Laura Novoa, Luis Luque.
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