“Mi papá tiene 83 años. No puede esperar a que un médico venga cuando puede...".
Federico Díaz Ocampo lamenta el presente de su padre, el humorista Tristán, quien en diciembre pasado se fracturó la cadera y debió ser operado. La intervención quirúrgica fue en el Sanatorio de la Providencia y luego de ser dado de alta recibió una internación domiciliaria. “Pero la obra social de actores tercerizó todo y cuando uno llama a un médico, vienen cuando pueden. El kinesiólogo fue dos veces y no volvió más, y el psiquiatra recién le dio fecha para el 12 de febrero. Mi papá no puede esperar tanto”, reclama quien también es actor.
Entonces, los hijos de Tristán (Victoria, Federico, Mariano y Hernán) decidieron hacer una consulta en el Hospital Tránsito Cáceres de Allende de la provincia de Córdoba. Se trata de un centro público y especializado en traumatología. Allí fue derivado a una clínica privada de rehabilitación, en donde está internado desde hace dos semanas y en donde deberá permanecer los próximos tres meses bajo tratamiento, según le indicaron los médicos del humorista a su familia.
“Necesita rehabilitar la cadera. Nosotros lo hacíamos caminar, pero no somos especialistas. Él necesitaba ayuda que no recibió”, indicó Federico, y aclaró que se hace cargo él junto sus hermanos de la internación de su padre en el centro privado de Córdoba. “Lo que más nos molestó es que la junta médica, que está integrada por todos actores, tardó tres días en darle una respuesta a mi hermana cuando fue a plantearle lo que necesitábamos. Papá aportó durante 60 años y nadie respondió".
Con respecto a la salud de su padre, Díaz Ocampo aclaró que Tristán “está muy bien de la cabeza, lúcido” y que recibe a diario la visita de su hija y sus nietos. “Estamos todos unidos cuidándolo y tratamos de que no se entere de lo que pasa con la obra social. Lo importante es que se recupere, que pueda volver a caminar y que pueda volver a hacer teatro”, continúa Federico, y lamenta que esta temporada su padre no pudo trabajar.
“Ahora está caminando de a poco. Es raro para él porque está viviendo en la clínica, pero por suerte lo cuidan y lo tratan bien. Hasta le preguntan qué quiere comer", concluyó el hijo de Tristán manifestando su preocupación por la salud de su padre.
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