A los 27 años protagoniza una obra en Mar del Plata, tiene más de un millón de seguidores en Instagram y se convirtió en un referente de la lucha de las mujeres. Pero no siempre fue conocida. Antes que nada, Thelma Fardin fue una niña que soñaba con actuar hasta que un día, ese sueño se cumplió y una cosa fue llevando a la otra.
En una charla con Teleshow llena de recuerdos y anécdotas, la actriz contó cómo fue su debut en la pantalla grande y cómo fue su llegada a Buenos Aires para subir a las tablas. “Soy de Bariloche, a los seis decía que quería ser actriz, como dice mucha gente -reconoció- pero me lo tomé a pecho y no lo solté”. El primer obstáculo, que supo superar, fue que en su ciudad por aquellos años no había escuelas de teatro para niños, lo más cercano era in instituto de modelaje en el que hacían un taller de expresión corporal: “Mi mamá me anotó y ese era para mí él momento de la semana”.
Fue por esos meses que Soledad Pastorutti fue a filmar La edad de sol. Para una de las escenas necesitaban un grupo de chicos, por lo que fueron a buscar pequeños actores a un casting que hicieron en la plaza y como no había otro lugar, a la escuela de arte a la que asistía Thelma. “¡Quedé! Y tenía letra", contó con añoranza Fardin y sobre su papel agregó: “Se rompía el micro en el que la Sole viajaba de viaje de egresados, nosotros que éramos de una escuela rural, armábamos un plan con ella que nos tocaba”.
Fue así como tras su debut, hace dos décadas y aún siendo niña, la actual protagonista de la comedia Fuera de línea se fue a vivir con su mamá a Buenos Aires, donde todo cambió: “Hice una audición y me bancaron, luego otra y armé mi camino, siempre de la mano del trabajo. Después hice un programa de tele en Canal Siete, que se llamaba Chicos Argentinos”.
En el 2006, cuando tenía 13 quedó en Polka para interpretar a la hija de Facundo Arana en la tira con Natalia Oreiro, Sos mi vida, y al trabajo esta vez, lo acompañó el conocimiento del público: “Parece de la prehistoria, pero en esa época la tele tenía 30 puntos de rating. Fue la primera vez que salía a la calle y me reconocían y fue todo como un conflicto, recuerdo que hablaba con mi mamá y le decía que no sabía si quería salir y que la gente me pare”.
Es que si bien tenía años trabajando, nunca había sido “famosa” y tampoco era su plan serlo: “Cuando llegó ese momento de exposición me replantée si quería trabajar así, porque antes era todo más lúdico y empezó a tomar un lugar en el que había más contras que pros a los que antes encontraba”.
A la repentina exposición, se le sumó la edad: fama + adolescencia no siempre es buena combinación, “por suerte tenía mis amigos del colegio que me conocían desde antes", contó. Sin embargo, luego de hacer octavo y noveno en una escuela de Villa Adelina, tuvo que cambiarse para comenzar el Polimodal y ahí fue todo nuevo: “A los quince, en medio de Patito Feo, en la segunda temporada, me voy a una escuela con orientación en Arte. De repente en el recreo me decían por el nombre del personaje y yo me encerraba en el baño angustiada. Claro, me conocieron primero por la tele y después a mí, fue difícil hasta que me integré”.
“Al principio lo sufrí un poco, la adolescencia es difícil, mas este plus y conocer gente nueva...” dijo definió a aquellos tiempos como “rarísimos”: “Me miraban como si fuese no se sabe qué”. A pesar de tener que lidear con la fama y el trabajo, en la escuela le iba bien y hasta se confiesa como una alumna “nerd”, tal vez no porque le interesara estudiar, sino porque quería la recompensa: “Mi vieja siempre fue muy exigente en mi formación y la actuación era mi premio, era fundamental que me fuera bien porque si me iba bien llegaba eso, estudiar teatro, era el premio, fui muy buena alumna por la pasión que tenía por lo otro y quería sacármelo de encima”.
“Empecé a los seis y tengo 27, hace 21 años que hago lo mismo. Actuar es una pasión, claro que hoy no lo hago desde el mismo lugar, desde los 18 se transformó en una decisión de vida”, cerró la artista.
Con la experiencia de haber trabajado en un estudio de televisión desde niña, Thelma presentó en el 2019 junto con Daniel Filmus y SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes) un proyecto de ley para regular el trabajo artístico en la infancia, ya que es el único permitido. Si dejaría que un sobrino suyo actúe desde chico, dijo: “Es una línea delicada, yo tenía una pasión, que hubiera sido difícil contener eso y agradezco que se me haya permitido, somos los, las, les adultes los que tenemos que hacer que el acceso y el contacto de los mas chicos con el universo de los grandes sea lo mas sano posible, sea completamente sano, pero no privarlos de cumplir un sueño”.
“Hay fallas en las que hay que trabajar y hay que ver de qué manera se trabaja para no cercenar el sueño y el deseo, así como lo estamos logrando las mujeres, que pase también con los deseos en la infancia, en el deporte ocurre algo similar. A partir de nuestra experiencia hay que entender que hay que generar espacios saludables para los chicos”, agregó Thelma no solo desde su rol de actriz y de militante, sino como artista que trabaja desde niña.
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