Tras dos meses sin aire radial, Eduardo Feinmann retomará el próximo lunes una rutina que repite desde hace 31 años. De 9 a 12 conducirá las mañanas en Radio Rivadavia, tras dos temporadas en La Red, emisora de la cual se despidió el pasado 13 de diciembre. “Estuve un año y medio en Radio del Plata, seis en Radio Mitre, llegué a ser el columnista político de la mañana con Néstor Ibarra. Fue una etapa muy importante. La etapa fundamental fueron 19 años en Radio 10. Cerca de 14 años líderes absolutos de la mañana con el ‘Negro’ González Oro. Luego hice una breve temporada en la tarde de Radio El Mundo y los últimos dos años en La Red”, sostuvo el periodista en diálogo con Infobae.
El conductor encabezará “Alguien tiene que decirlo”, un proyecto que será parte de la nueva programación de una radio que contará entre sus filas con Fernando Carnota, Oscar González Oro, Fernando Niembro y Nelson Castro, entre otros. “Me acompañarán Guadalupe Vázquez, Mariana Clark, Manuel Adorni y el doctor Claudio Zin. Habrá alguien de deportes de ‘La Oral Deportiva’ y quizá tengamos una o dos incorporaciones más con el correr de los días”, reveló Feinmann, quien el 17 de febrero también retornará a la pantalla de A24, de lunes a viernes a las 19.
“Soy más de radio. Hice y hago televisión pero yo siento mucho más la radio. La tele puede estar o no estar, la radio tiene que estar siempre”, indicó Feinmann, quien le quitó trascendencia a su salida de La Red. “Sabía que podía pasar”, aclaró.
—¿Cambió la forma de hacer radio en relación a una década atrás?
—De los últimos años a esta parte hay mucha diferencia. Cuando empecé a hacer radio, con muchos de los conductores que hoy por hoy también son famosos, en ese momento era movilero, como muchos de ellos. No había WhatsApp, apenas teléfonos celulares. Todo lo que son las nuevas plataformas, las nuevas tecnologías, no existían. Las formas de hacer radio hoy no tiene nada que ver con las formas de hacer radio hace diez años. Ni que hablar de la televisión. Constantemente uno tiene que ir aggiornándose a las nuevas audiencias, las nuevas plataformas, las nuevas formas de hacer periodismo. La aplicación de la tecnología para tener y dar la información.
—¿Cómo sos a la hora de encabezar un grupo radial?
—Muy obsesivo.
—¿Tus compañeros de trabajo también?
—Soy como soy y quien trabaja conmigo sabe cómo soy. Y me acompañan muy bien. Elijo mis equipos porque saben cómo trabajo y yo me entiendo con ellos de memoria. Y ellos conmigo. Me gusta trabajar con ese equipo durante mucho tiempo. En la tele lo mismo, arrancamos hace tres años. Y este año vamos a tener incorporaciones en A24.
—¿Pensaste en la radio en estos meses, cuando sucedía algún tema y no podías hablarlo?
—Sí, claro, y muero por empezar de vuelta la tele también, y estar con la adrenalina del día a día. A veces creo que camino por las paredes por no poder expresarlo. Escucho mucha radio y veo mucha tele. Y creo que hay muchas cosas que no se están diciendo. O se esconden. No sé qué es lo que está pasando. Veo que se habla de un tema o dos temas, pero de los temas importantes no se está hablando.
—¿Por eso tenés tanta actividad en Twitter?
—El Twitter es como si fuera mi propio Infobae. Lo hago yo, pongo la información que me gusta que mis seguidores lean. Muchas veces le pongo mi impronta y mi comentario, como hago en la tele y en la radio.
—¿Qué opinión te merecen los dos primeros meses de la gestión de Alberto Fernández?
—El gobierno de Alberto me parece que, qué se yo, creo que es un gobierno que hay que darle tiempo. Un gobierno que recién comienza, pero veo que hasta ahora es un gobierno que hace agua en lo económico muy fuerte. Me parece que el plan económico que tiene el gobierno es el “vamos viendo". No hay un parte de la inflación de ninguna manera, es un gobierno que entró y devaluó un 30%. La pifia en varios puntos. Me parece que es un gobierno que arrancó con mucho impuesto, con medidas económicas complicadas para los jubilados. Jubilados que se han matado trabajando 30 años, que han aportado... Los jubilados, esos jubilados, no recibieron absolutamente nada. Qué sé yo. Lo veo flojo.
—¿Y qué sensación te generó la gira europea de Alberto Fernández?
—Bien, me gustó mucho el hecho de haber ido a Israel. Me pareció un hito importante, por lo menos para dejar bien en claro que la República Argentina, tal cual como lo había declarado el gobierno anterior, declara que Hezbollah es un grupo terrorista. Eso se lo dijo Alberto Fernández a (Benjamin) Netanyahu. Me pareció bueno, ese viaje a Israel me pareció muy bien. La visita con el Papa me pareció correcta. El Papa es uno de los líderes del mundo que admiro profundamente. Sé que otros no, a veces no entiendo por qué. Aunque sí leo y escucho que le achacan al Papa meterse mucho en política nacional, y ser peronista, pero uno no puede dejar de reconocer que es un Papa argentino. Creo que pasarán 2.000 años más para que haya un Papa argentino, y debería ser un orgullo para nosotros.
—Mencionabas el encuentro con Francisco, ¿entendés la crítica que se le hace al Papa por no haber visitado Argentina durante la gestión de Mauricio Macri?
—Es que yo no sé si va a venir con el gobierno de Fernández. No lo tengo muy claro. Yo tengo entendido, por información que tengo de gente cercana al Papa, que no era que no venía porque estaba Macri y era el presidente. El Papa siente que aquí se lo quiere menos que en otras partes del mundo. No sé. En 2020 no va a venir y 2021 creo que tampoco va a venir, porque hay elecciones. Por lo general no va a países en procesos electorales.
—Durante la gira, el Presidente anunció que enviará un proyecto para legalizar el aborto...
—No me asombra, sabía de antemano apenas asumió que va a ser uno de los principales anuncios cuando abra las sesiones extraordinarias del Congreso. No me asombra.
—El kirchnerismo anunció, tras ganar las elecciones, que “volvieron mejores”. ¿Creés que fue así?
—Para mí son exactamente lo mismo. Sí volvieron, lo hicieron. Cristina logró algo que ni siquiera Perón pudo lograr. Perón tardó 18 años en volver al poder, ella lo logró en cuatro. Eso es muy impresionante. Sinceramente muy impresionante. Responsabilidad de que haya vuelto en cuatro la tiene el presidente que se fue, Mauricio Macri. Pero no creo... Sí volvieron, es evidente. Creo que el centro del poder lo tiene Cristina. Si bien es cierto que el presidente Fernández es el que ejerce Fernández, el poder pasa por el Instituto Patria. En cualquier país serio del mundo, ver a un vicepresidente, firmar el acta en el que se hace cargo del Poder Ejecutivo, firmado en el Instituto Patria, sería un escándalo de proporciones. En este país pasó como una cosa menor. Ahí Cristina mostró por dónde pasar el poder: ella decide dónde lo firma, cómo lo firma y la verdad se pasa por el traste las instituciones. No creo que hayan vuelto para ser mejores, no lo creo. Porque tanto Cristina como la mayoría de La Cámpora son para mí como la fábula del escorpión y la rana. En algún momento te van a volver a picar y te van a matar. Es gente complicada.
—¿Y para qué volvieron? ¿O para qué querían volver?
—El objetivo de la principal de la vuelta de Cristina es la búsqueda de la impunidad total. Que sus causas se disuelvan, que las causas de corrupción caigan, que ella quede totalmente inocente en absolutamente. El lawfare es maravilloso. El lawfare es un lavador automático de corrupción, es muy impresionante. Automáticamente, mencionando la palabra lawfare, te convertís en un perseguido político y en un inocente. Te lava automáticamente la imagen. Yo creo que vienen por esto. Cristina logró poner en puestos clave, lo que tiene que ver con el manejo de la Justicia, para que caigan esas causas.
—¿Cómo percibís la relación entre el Presidente y Cristina Kirchner?
—Por ahora están todos como los recién casados: todo es maravilloso, lindo. En esta coalición política, el socio mayoritario se llama Cristina Kirchner. Y Alberto Fernández es un socio minoritario. Pero hay peleas subterráneas, que nos vemos, en los ministerios, peleas entre equipos que se están matando. Nadie lo cuenta, nadie lo dice, pero se están matando. Nadie lo cuenta. Va a ser complicado, yo creo que va a haber que cuidar al Presidente más que nunca.
—¿Mauricio Macri podría volver a ser presidente?
—No. Creo que no. Es más, él ha dicho a gente amiga que no le interesa. Sí le interesa ser líder de la oposición, pero no le interesa. El tiempo de Macri y de Cristina está terminado. O por lo menos debería terminarse. Ahora Cristina es vicepresidente por cuatro años, pero creo que el tiempo político... Tiene que haber un recambio generacional fuerte: es el momento de (Sergio) Massa, (Sergio) Uñac, (Juan Manuel) Urtubey, (Emilio) Monzó, (Rogelio) Frigerio, (María Eugenia) Vidal, (Horacio) Rodríguez Larreta. Infinidad de gente que si los ponés en una mesa, tan distinto no piensan. No hay tanta diferencia, no hay tanta grieta.
—¿Mauricio Macri es el socio mayoritario de la oposición? ¿Ese 40% que obtuvo en las elecciones lo obtendría María Eugenia Vidal si se presentase mañana o en 2021?
—No sé si ella sería la candidata a presidente. Hoy por hoy el candidato a presidente es Rodríguez Larreta y la candidata a vice es Vidal. Quizá Patricia Bullrich en Capital Federal y (Cristian) Ritondo o (Esteban) Bullrich en la provincia de Buenos Aires. Más o menos hoy se está pensando en eso. Creo que Horacio Rodríguez Larreta sería un gran presidente.
—¿Te ofrecieron hacer política?
—Me ofrecieron muchas veces y no es lo mío. No es algo que me interese, me gusta lo que hago, amo lo que hago y la verdad que no me interesa.
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