“Yo quería ser jugador de fútbol o veterinario. No pensaba en ser actor. Fue una historia muy común que se escucha mucho, pero es verdad. Fui a acompañar a un amigo al casting y a los tres días ya estaba grabando”, contó Guido Massri a Teleshow sobre cómo llegó a interpretar a Andy, en la tira Amigovios, en 1995.
Es que aunque él no lo sabía, estaba todo escrito: su futuro sería en un set de actuación. Aquella tarde de diciembre su mamá tenía que ir a buscarlo a la casa de su amigo, pero se le hizo tarde y no llegó a horario, entonces fue con su compañero a la audición que se realizó en El Trece a cargo de Pablo Culell, que debutaba como productor ejecutivo: “Había 600 chicos, después de hacer la fila, llegó mi turno y me dicen que pase, yo había ido a acompañar, me insistieron y entré. Al día siguiente recibí el llamado, me querían ver, me dijeron que era el nuevo protagonista de Amigovios”.
Para reforzar la teoría de que el destino estaba marcado, el resto de los integrantes del elenco habían tenido que pasar una docena de etapas en el casting, pero él no, ya que el actor que iba a hacer su personaje ya estaba elegido pero la producción decidió cambiarlo a último momento: “Ya había empezado a grabar y cuando se fue, tuvieron que buscar a otro rápido”.
La tira, escrita por Jorge Maestro y Sergio Vainman fue un antes y un después en la vida de Guido. “A la semana de un programa al aire me cambió la vida. En todo sentido, estar en la calle y que me reconocieran. Fue toda mi adolescencia muy distinta y a partir de eso descubrí mi vocación”, dijo el actor que desde hace casi siete años vive en Estados Unidos, donde hace series y películas.
Para él en ese entonces “todo era muy divertido” ya que su personaje “era ajeno” a lo que él era en la vida real: “Al principio Andy era medio asqueroso, reacio, maleducado y soberbio y para mí era un juego, tenia doce años y jugaba a ser el chico malo, pero tenía miedo que me dijeran cosas en la calle y fue todo lo contrario”. Aun sí, se ganó rápidamente el corazón del público.
El programa estaba pensado para durar los tres meses de verano, pero dadas las altas marcas de rating, desde el canal decidieron extenderlo, por lo que el nuevo escenario fue el aula de séptimo grado de los chicos. Para poder seguir, Guido tuvo que cambiar de colegio: “No me daban los horarios, ya era famoso y era raro, los chicos (del colegio nuevo) gritando 'Andy’ o sacando fotos, era buena onda pero extraño, yo era introvertido y todo el mundo me miraba, era el bicho raro, pero fue todo bueno".
A Amigovios le siguieron Como pan caliente, Verano del 98, Campeones de la vida y otra veintena de ficciones. “Fui creciendo como actor, como persona, en el 2005 hice una producción para Telemundo, Frijolito, con gran parte de elenco argentino, fue importante porque tuve que aprender a hablar en neutro y unos años después aparece la propuesta para ir a Miami a hacer Reina de corazones”.
Fue así como Guido hizo su valija y se fue a probar suerte del otro lado del hemisferio, en el 2013. La idea inicial era ir a grabar la novela, no ir a vivir. Pero, como él mismo contó, el destino nuevamente lo “fue marcando”: “Me fue bien, apareció otro proyecto, y otro, me quedé cinco años y desde el año pasado estoy en Los Ángeles”.
En la cuna de Hollywood, admitió que no es famoso, pero agradece que, como desde hace más de dos décadas, puede vivir de la actuación. La semana pasada estrenó su primera película allí, Ernesto’s manifestó: “Fue un sueño, es algo que hace diez años no estaba en mi cabeza. Es un paso súper importante, es un proyecto íntegramente en inglés, un gran primer paso que será el primero de muchos".
Por estas épocas, está armando el 2020. “De enero a marzo acá es la época fuerte de audiciones, así que estamos metidos, preparándonos para castings y con muchas reuniones", dijo Guido, que además aprovecha cada rato libre para prepararse y hacer cursos, ya que es consciente de que la competencia en el mercado es muy fuerte. Ya filmó tres spots para una importante marca de autos y aún quedan por rodar tres más.
Estando en California, le tocó compartir espacios con figuras que nunca hubiera imaginado cruzar: “No soy cholulo, pero a veces digo, ‘¡qué admiración!’ Por ejemplo, por mi viejo soy fanático de los Beatles y me tocó hace poco ir a una fiesta de un productor musical y era una fiesta íntima con 150 invitados, eso es íntimo para ellos, el que conducía era Tom Hanks, el regalo del productor al agasajado era un show de Elton John y uno de los invitados que se quedó hasta lo último era Paul McCartney, él estaba ahí hablando con su novia y yo estaba helado. Todo fue muy loco. Ahí caigo de que estoy en Hollywood”.
Aunque hace tiempo que se fue del país, admitió que en un punto fue más fuerte el cambio de Miami a Los Ángeles que el de Buenos Aires a Miami: “Es porque acá hay menos comunidad latina. Irme me costó, pero por una cuestión de que amo mi país, crecí con mis amigos y familia y me fui con muchas ganas de crecer".
Desde el 2017 que no vuelve a la Argentina, pero su familia viaja a Estados Unidos cada vez que puede al igual que sus amigos. Además, uno de sus hermanos (las otras dos están en Buenos Aires) vive en Miami con sus hijos. No solo los afectos, también extraña ¡la comida!: “La fainá, los sánguches de miga y las facturas. Todo se consigue acá, pero no es lo mismo. Además, extraño eso de estar en medio de la semana con amigos, el americano es diferente en cuanto a lo social y acá esta todo el mundo ocupado buscando cumplir su sueño, es difícil".
Para no extrañar tanto, Guido tiene un perro al que llamó Tango: “Quería un nombre relacionado a la Argentina, este era representativo y además es negro con el pecho blanco”.
Lejos de su país, Massri sigue abriéndose camino en el mercado internacional y preparándose en un mercado inmenso como es el de Los Ángeles. Todo gracias a que aquel día de verano su mamá no llegó a buscarlo y tuvo que acompañar a su amigo a un casting...
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