El debut de Separadas -la nueva ficción de El Trece- trajo una bocanada de aire fresco para arrancar un año que tendría, por ahora, una sola tira nacional al aire en televisión abierta. La apuesta de Adrián Suar subió en su segunda emisión de 10 a 11 puntos de rating (según Kantar Ibope Media), quedando como lo más visto del día detrás de El muro infernal, de Telefe. El ciclo es una comedia liviana, lejos del dramón de época que lo antecedió (Argentina, tierra de amor y venganza), y huele a productos más costumbristas de la factoría Polka, aunque con un tratamiento moderno.
La tira tiene varias particularidades en la conformación de su elenco y en su realización. No hizo falta estar muy atento para descubrir, apenas empezado el primer capítulo, que la calle principal donde suceden los hechos registrados en exteriores -en rigor dentro de los estudios de la productora en Don Torcuato- es la misma en la que sucedían las desventuras de ATAV, la tira con Benjamín Vicuña, la China Suárez y Gonzalo Heredia.
Las fachadas de locales y viviendas de los años 40 fueron reemplazadas por las del 2020, pero la calle sigue siendo de empedrado -aunque aún las hay en Buenos Aires, quedan pocas- y el detalle parece un tanto caprichoso. ¿Resultaría tan costoso asfaltar la escenografía, más acorde a estos tiempos urbanos? De todos modos lo más curioso se encuentra al final del callejón, en el gran frente de otra vivienda mucho más importante que tampoco fue reemplazada en el paso de una novela a otra.
En ATAV, todo pasaba en esa calle, la misma donde todo transcurre en Separadas. En aquella novela, era una arteria sin salida que daba al frente del caserón de Torcuato Ferreyra, el villano de la historia. Y en la nueva tira ¡también! Claro, no están Ferreyra ni su malvada hermana Alicia, y en rigor cronológico, ¡han transcurrido 80 años! Pero la calle sigue siendo empedrada y da a una enorme vivienda en los fondos. Los mismos, en ambas novelas.
Pero si de hacer historia se trata, el reciclado escenográfico de la calle más famosa de la televisión va más atrás y llega incluso al cine, porque inicialmente ese montaje de viviendas, locales, veredas y acera se utilizó inicialmente para la película 4x4, que protagonizaron Peter Lanzani y Dady Brieva, con la dirección de Mariano Cohn. En los propios ex Estudios Baires (hoy Polka) se construyó la calle que sirvió de escenario para ese filme, luego para ATAV, y ahora para Separadas.
"El set de rodaje se construyó en un espacio a cielo abierto a modo de gran plató exterior de 250 metros lineales de escenografía en los Estudios Baires que Polka posee en Don Torcuato, y recrea un barrio de la Capital de casas bajas cercano a una autopista. La calle adoquinada es de lo poco original del paisaje. Todo se hizo desde cero: se ambientó una cuadra con alumbrado, casitas de piedra y azulejos, rejas, cercos eléctricos, árboles artificiales y hasta algún curioso afiche en la pared. Así se garantizó un total control del rodaje y evitar el riesgo de supeditar la película a la locación”, contaron las crónicas de esa época sobre la realización del filme cuya escenografía resultó ser la más reciclada de la historia del espectáculo argentino.
La otra gran curiosidad de la nueva ficción de El Trece tiene a Mariano Martínez como protagonista. El actor prefirió no aparecer en los títulos, al haberse sumado después como uno de los protagonistas masculinos, y de común acuerdo con la producción, hacer su personaje sin figurar en los créditos. No es la primera vez que en un programa de televisión una figura prefiere que su nombre no aparezca antes de hacerlo en un orden que siente que no le corresponde.
El pionero en Polka fue el propio Juan Carlos Calabró, que nunca apareció en los títulos de Campeones de la vida, en 1998. También, en 2009, con Arnaldo André en Valientes. Todos sabían quién era, y todos saben quién es Mariano Martínez aunque no aquí aparezca.
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