Fede Bal habla con Teleshow segundos después de darle indicaciones a sus amigos sobre los quehaceres de la casa que alquiló en Mar del Plata. “Viene alguien a limpiar, pero igual nosotros nos organizamos y ordenamos entre todos. Es grande y hay que mantenerla”, explica el actor que está instalado haciendo temporada con Mentiras Inteligentes, la obra que protagoniza junto a Mica Vázquez, Nora Cárpena y Arnaldo André.
Actualmente comparte el hogar con dos amigos, pero hasta hace unos días eran más, y el resto del verano seguirá recibiendo la visita de otros. “Durante el año no tengo la posibilidad de verlos tanto porque estoy trabajando mucho, así que aprovechamos estos meses para juntarnos”, sostiene quien a diferencia de años anteriores, esta temporada alquiló una casa dentro de un barrio privado buscando bajar el perfil y alejarse de los escándalo mediáticos.
Son las dos de la tarde, de un día de sol y Fede infla una colchoneta con forma de sandía. “En un rato vienen unas amigas y seguro la van a querer usar”, cuenta y se describe como “un gran anfitrión”.
—¿Por qué tomaste la decisión de alquilar una casa en un barrio privado?
—Quería bajar un cambio y tener la tranquilidad de estar seguro. La idea tampoco era hacer tantas fiestas como años anteriores. Hice una muy linda fiesta para Año Nuevo (ndr: a la que asistió Mica Vázquez junto a sus amigas), y tal vez haga otra durante el verano, pero nada más. También necesitaba que mi cabeza y mi corazón estuvieran tranquilos, quería guardarme de tanta exposición y cuando uno hace fiestas viene gente y se presta a que aparezca alguna foto, y hoy no tengo ganas de que eso suceda.
—¿Y te viene resultando bien?
—Me está saliendo muy bien. Estoy tranquilo, reparando mi corazón, con todo lo que pasó con papá (ndr: Santiago Bal murió el 9 de diciembre de 2019), ocupándome del trabajo, creciendo en esta profesión con una obra que me da una alegría tremenda y en medio del estreno de Rumbo al mar, la película que hice con mi papá. Viviendo cosas lindas y fuertes.
—Si bien empezó hace algunas semanas, ¿cómo describís esta temporada?
—Es una temporada sanadora por todo lo que pasó este año y por mi sensación de estar soltero y estar bien. Otras veces que estaba solo buscaba la compañía femenina porque sentía que me potenciaba mi forma de ser, que me hacía bien, me hacía crecer. Ahora por primera vez me enamoré de mi estado de soltería, porque realmente no tengo que dar explicaciones. Estoy feliz y hago lo que quiero.
—¿A qué te referís con no tener que dar explicaciones?
—No tengo que dar explicaciones al día siguiente si sale alguna foto en la tele. Soy propenso a que me vinculen con alguien, y si hoy aparece alguna imagen no me molesta. Cuando estuve de novio y aparecía algo y mi novia estaba en Buenos Aires, era muy difícil explicar a 400 kilómetros que no había pasado nada. Mi pasado me condena. Por eso me cierra este verano sanador de encontrarme conmigo, despedir a mi viejo, de sanar mi corazón, amigarme con la soltería, ocuparme de mis 30 años. No paro de pensar en proyectos de cine, tele y teatro para este 2020. Además, quiero crecer como actor, y es lo que estoy haciendo todas las noches sobre el escenario.
—Por lo que contás, hoy no tenés ganas de formar una pareja.
—La última vez que me separé fue por no tener el tiempo que realmente necesitaba para dedicarle. Estaba filmando una película nueve horas por día, ensayaba para el Bailando, y también hacía el vivo. Quería llegar a mi casa, comerme un sándwich de salame, dormir y que nadie más me hable. De a poco, cuando el trabajo ocupa tanto en la vida, uno se olvida de nutrir la pareja. Me fue pasando eso y me siento responsable, pero prefiero pensar que no era el momento de estar en pareja. Entiendo que es algo que llegará solo y de una manera más natural. No es algo que estoy buscando.
—¿Cómo es tu rutina?
—Me levanto muy temprano. A las 9:30 ya estoy en el jardín de mi casa tomando sol y escribiendo el guión de mi primera película. Quiero dirigirla y filmarla este año. Me gusta mucho la pileta y aprovechamos la posibilidad de quedarnos en casa, y a la tarde nos vamos a la playa a hacer surf. Lo practico hace años, tampoco estoy tan canchero, soy medio perro, pero me gusta mucho y no le tengo miedo al agua. Me encanta meterme al mar y nadar las olas, si puedo pararme una o dos veces, genial. Mar del plata es tan linda y reúne tanta alegría. Me pasan cosas con esta ciudad, es mi lugar en el mundo.
—¿Y las noches?
—Después de la función, vamos a comer y a veces a bailar con mis amigos. Me ocupo de armar los planes, soy como un coordinador de Bariloche, tengo las entradas a los boliches, la punta de a dónde hay que ir... Soy muy anfitrión, y en mi casa también: me gusta hacer los tragos, los asados, ocuparme del parque, de la pileta. Lo uso como un cable a tierra. Son cosas chiquitas y básicas de la casa que hacen que me saque la presión de que venga la gente al teatro o al cine. Hay cosas que uno tiene que dejar en las manos de Dios.
—Decís que vas a bailar y te levantás a las 9:30, ¿cuándo dormís?
—Me la banco. Soy joven y tengo muchas ganas. A lo sumo duermo una siesta a la tarde, me tomo un café, me baño y me voy al teatro a interpretar a Willy en Mentiras Inteligentes, en donde el público se divierte, se ríe y aplaude la buena onda que tenemos con Mica y que se nota sobre el escenario.
—¿Creés que eso alimentó los rumores de romance?
—Nos conocemos desde hace muchos años y la gente piensa que estamos juntos porque nos adoramos y nos amamos. Es la verdad. Pero la realidad es que tenemos una relación muy linda desde otro lado, más allá de los encuentros románticos que tuvimos hace un tiempo (ndr: hace ocho años los actores tuvieron un amor de verano). Ella está recién separada de un matrimonio, yo estoy soltero y en un momento excelente. No queremos arruinar esto. Nos respetamos mucho y somos muy felices a la hora de trabajar.
—¿Cómo llevás esta faceta de actor en una obra de texto?
—Es muy importante para mí encarar esto porque hace mucho que trabajaba como actor. Venía haciendo revista o dirigiendo. Con este proyecto necesitaba despegarme de la revista porque yo quería probar mi lado más de actor. La gente se sorprende, pero espero que se acostumbren a verme así. Yo vengo del Bailando, de cosas más populares, comedias de verano, y de golpe que una obra como esta haga emocionar está bueno. Me gusta jugar con esta faceta mía. Es una comedia dramática que a la gente le encanta. No puedo parar de hacer cosas nuevas y está bueno porque no me aburro nunca.
—Con todas las actividades que escribís y que no te dejan dormir, ¿cuándo parás?
—No paro. Es la verdad. Me hace tan feliz todo lo que tengo y lo que hago que no lo siento como un estrés. Por algo no duermo a la noche. No puedo descansar. En este momento de mi vida mi cabeza está ocupándose de los proyectos. No estoy pudiendo apagar la cabeza. Tengo meses de mucha actividad de laburo y no paro para tranquilizarme. Todo el tiempo estoy haciendo cosas. Es tiempo de crecimiento y de no dormir. Es momento de trabajo y diversión. Después de la función me voy a comer, tal vez a bailar. Me gusta y la paso bien. Por eso siento que para descansar ya voy a tener algún momento más adelante. De hecho en marzo, cuando termine la temporada, viajaré durante poco más de un mes a Australia con unos amigos. Alquilamos un motorhome y vamos a surfear por la costa.
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