Carlitos Balá forma parte de la historia de la televisión argentina. El cantante infantil, de 94 años, pasó por varias generaciones, y volvió a tener actualidad cuando comenzó a trabajar con Laura “Panam” Franco en el teatro. Este domingo, ambos participaron de ¿Quién quiere ser millonario?, junto a Santiago del Moro.
El artista contó que siempre fue fanático de las películas, y que desde joven se subía al colectivo 39 para hacer reír a los pasajeros: “Hacía de todo”, confesó, mientras que su mujer, Martita, señaló que le “daba vergüenza” que se comportara así socialmente, aunque era “su manera de vencer la timidez”.
Aplaudido por el público presente en el programa en varias oportunidades, Carlitos se mostró feliz por la recepción de la gente: “El aplauso es emocionante, es un amor recíproco. Siempre sufrí que me aplaudan, no me acostumbré nunca, me hace revivir, me hace vivir como un hombre nuevo. Todos tendríamos que ser actores para gozar eso, es hermoso".
Por su parte, Panam -quien estuvo acompañando a Carlitos en el programa- contó que lo convocó hace 10 años, cuando estaba viendo “un homenaje que le estaban haciendo en los Martín Fierro, yo lloraba en mi casa, y mi marido me dijo que lo llame”. Y agregó: “Tenía una canción que hablaba de la amistad incondicional, que se llama ‘Cuento con vos’ y quería cantarla con él. Cantamos desde ese día, empezamos a hacer funciones. Él fue mi mejor premio en la carrera. Tuve la bendición de subir al escenario a jugar con él. Los nenes creen que es mi abuelo, eso me encanta, Carlitos saca lo mejor de nosotros, nos emociona a todos los argentinos".
En la tribuna se encontraba Martita, su esposa, quien luego pasó a sumarse al juego. “Estuve toda mi vida con él, desde los 18 años, siete de novio, 56 de casados. Me presenta como su mamá", dijo la mujer entre risas. Y agregó: “Para mí es un chico caprichoso”. “En una pareja uno se tiene que adaptar, yo me adapté a la modalidad de él por su trabajo, yo dejaba que ensayara tranquilo. Me gusta cuando sonríe, que esté feliz”, sostuvo la mujer. Y contó cómo le propuso casamiento: “Para un cumpleaños mío me regaló el anillo de compromiso. Gracias a Hilda Bernard y su esposo nos casamos, porque él tenía un contrato de un año seguido, entonces me dijo ahí ‘nos casamos’. Estuvimos siete años de novios porque fue escalonando todo de a poco, no queríamos arriesgarnos. Entonces cuando tuvo su contrato de un año, ahí me lo dijo”.
Carlitos se mostró siempre sonriente, de buen humor y divertido. “Siempre es así”, señaló Panam. “Me gusta hacer reír, recorro los hospitales, de chico hacía reír a toda mi familia. Vine para dar alegría”, sostuvo. “Siempre está con una sonrisa, cuando alguien está triste se acerca y hace olvidar del problema que tiene. En el escenario tiene 5 años”, agregó Panam.
Con el público los acompañó también su nieta mayor, Laura: “Es un orgullo, afuera es Carlitos, adentro es un abuelo más, me cuida, me quiere, me da todos los gustos, es así como lo ves, siempre alegre, me encanta como es él, es único, lo amo, mis dos abuelos son lo mas lindo que tengo”.
Panam sostuvo que es un orgullo trabajar con Carlitos: “Siempre me pide ensayar, es un ejemplo a la puntualidad, cuando salimos al teatro nos damos un beso, nos damos las manos y decimos ‘amistad incondicional’. Nos vienen a ver de cualquier parte del país, para mí es una bendición compartir estos 10 años con él. Sale a escena y se cae el teatro”.
Sorprendió cuando Martita contó que el papa Francisco lo llamó para su cumpleaños: “Habló con él. Cuando llamó a casa imaginate la emoción... A partir de ahí un grupo de Salta que viajaba (al Vaticano) nos invitó y fuimos cuatro o cinco días y lo vimos. Estuvimos con él porque el Papa me dijo a mí por teléfono que lo quería saludar porque cuando era joven se reía a carcajadas con Carlitos. Otro año, tengo una carta del Papa, escrita por él, con la letrita chica, saludándolo con mucho amor”, dijo la mujer. Y Carlitos, entre risas, agregó: “El papa Francisco me llamó para mi cumpleaños. Me dijo ‘lo veo muy bien’, y le dije ‘¿va a cambiar los lentes?’”.
Martita señaló que a la mañana ella lo despierta todos los días: “A las 8.30 le llevo el desayuno a la cama. Cuando llegaba del teatro, le preguntaba si quería comer en la cama”. “No existe una vida sin él. Lo ayudo en todo, para que salga a la calle le hago brushing. Él ensayaba, yo le tomaba examen, todo lo hacinamos juntos”. Además, habló de su vida al lado de Carlitos: “Fue una vida muy feliz. Ahora estamos los dos solos y yo estoy pendiente de él, pero fue muy feliz. Tengo que dar las gracias a Dios todos los días por lo bien que está él, a los 94 años. Ahora estoy pendiente, muy pendiente de él. Vamos a la plaza... A él le gusta mucho ir a caminar, va con su amigo Maxi a tomar café y después salen a caminar. Y vamos a comer. Eso le encanta. Es lo primero que me dice. Llego de la calle y me dice ‘qué comemos hoy’”, contó su esposa.
Panam, por su lado, contó su historia familiar: “Mi mamá es italiana, ella pasó la segunda Guerra Mundial, tenía 4 años, 8 hermanos. De a poco toda la familia vino a la Argentina, ella se enamoró y nos tuvo a mi hermano y a mí”. Carlitos contó que su mamá era “muy histriónica”, y que él tiene mucho de ella.
Aunque se mostró feliz con todo lo logrado en la vida, Carlitos señaló que le faltó realizar “un papel dramático” y se mostró esperanzado de poder realizarlo: “Me gustaría hacerlo”.
A pesar de ser uno de los conductores más exitosos de la Argentina, Carlitos Balá no logró procurarse un gran pasar económico. “Él se ocupaba de trabajar, no tenía mucha plata. Entraba plata pero no fue una persona de tener o de invertir en algo. Porque él vivía para nosotros, para tener un buen departamento. No invirtió en nada, invertía en su trabajo. Hace mucho tenía dos camiones en los que trasladaba a todo el circo y al persona lo mandaba en avión”, contó Martita.
En cuanto a la plata ganada, Panam aseguró que una parte la iban a donar a la fundación “Dale vida” que moviliza la donación voluntaria de sangre, “para que ningún niño tenga que salir a pedir cuando la necesita”. Y el resto del dinero será para que Carlitos y Martita “se hagan un viaje y se tomen unas vacaciones”, dijo la conductora. Finalmente, el equipo se plantó y se llevaron 500 mil pesos de premio.
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