Quizás fue una corazonada. Porque no solo había estado con Mirtha Legrand apenas un rato antes (todos saben que Chiquita trae suerte...), sino que en Mar del Plata siempre le fue bien: desde mediados de los 80 aquí, en el Teatro Tronador, se terminó consagrando como una figura popular con La mujer del año y Sugar. Y entonces, ya que estaba en la ciudad, Susana Giménez decidió jugarse un par de fichas en el casino Sasso.
En rigor, la conductora fue agasajada por el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo con una cena en el restaurante Il Sasso junto a Marcelo González. El empresario, responsable de las obras en el emblemático Tronador, la había invitado junto a Mirtha para la reapertura del teatro (con una función de Les Luthiers), que había cerrado sus puertas en 2015. Y luego de comer con sus amigos los platos que elaboró el chef Maximiliano Márquez, Susana se dirigió al casino para jugar una partida de punto y banca.
“¿Cuánto es la apuesta mínima?", consultó la diva, mientras no paraba de saludar a sus admiradores; “¡Diosa!", se escuchaba a menudo. Luego se rió cuando alguien en la mesa pidió, en broma, que cambiaran a la croupier: “Es que siempre pierdo cuando está ella...”, se justificó el hombre. “¡Noooo! Mirá qué linda es. No...”, dijo Giménez con una sonrisa, descartando de plano la posibilidad. Luego se retiró a descansar en una suite del Hotel Uthgra Sasso.
Unos días antes la abuela de Lucía Celasco (aquel desafortunado incidente de tránsito a la salida de una disco ya quedó atrás) también había ido al casino, pero aquella vez en Punta del Este. Lo hizo tras ver el musical Crazy House (un clásico del cabaret parisino), en el hotel Enjoy. Desde la ciudad uruguaya, donde pasa sus vacaciones desde antes de Navidad, viajó directamente a La Feliz en avión privado, para permanecer apenas unas horas.
En el aeropuerto, donde se confundió al realizar el trámite en Migraciones (por error, entregó una de sus tarjetas de crédito cuando le pidieron el DNI), mantuvo un breve diálogo con la prensa. Le alcanzó para definir como una “estupidez” haber arrojado un cordero desde un helicóptero a la pileta del empresario Federico Álvarez Castillo. “Si me lo tiran a mí, me muero...”, dijo, y contó que Ricardo Darín le hizo una broma al respecto: "Hoy es su cumpleaños, y me dijo que tenía un elefante preparado para tirarme a mí”.
La conductora, quien estudia el guión de una serie de Amazon que la tendrá como protagonista, ya regresó a su mansión La Mary. Allí se quedará hasta un nuevo viaje, pero esta vez con un destino que se encuentra bastante más lejos, a unos 8.600 kilómetros. Se trata de Nueva York, claro, donde Susana celebrará su cumpleaños, en una costumbre que viene repitiendo en el último tiempo.
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