Ivana Nadal subió a sus historias de Instagram una serie de capturas para exhibir tan solo una parte de las críticas que recibe por haber contado -en sus propias redes- que había bajado un kilo de peso, pero que los cambios iban mucho más allá de lo que marcara la balanza. Lo consiguió, de acuerdo a su explicación, al modificar su manera de alimentarse y su entrenamiento, apuntando a una vida más sana.
“Están hablando en el vestuario, mientras se bañan, de vos. De tu foto del cambio y solo un kilo menos. Dicen que la piba (por Nadal) vive de eso, se mata. Y puede pagar los mejores nutricionistas y especialistas”, se lee en la primera captura que subió la panelista de Bendita. Se trata de un chat que ella misma mantuvo con un conocido (un tal Pipo), quien la pone al tanto de esta situación casi coloquial: la conversación entre varias personas que escuchó al compartir un vestuario.
La modelo primero le responde con emoticones, buscando tomarse con gracia esos comentarios. Pero luego, en uno de los mensajes de texto que intercambia con su amigo, la modelo se anima a hacer una crítica a quienes estuvieron hablando mal de ella: “Cómo aman las excusas para justificar lo que no pueden entender". Su interlocutor le responde diciendo que esas mismas personas especulaban con que Ivana "tomaba mucho alcohol y lo dejó”.
Fue entonces cuando la también conductora decidió realizar un nuevo posteo para despejar cualquier duda al respecto, intentando también acabar con las habladurías. “No me miento ni intento engañarme -dice Ivana-. No le pago a nadie para lograr ser mi mejor versión; solo depende de mí. No uso las excusas, uso mis ganas. No dejé el alcohol ni algún alimento”. Además, cuenta que está tratando de “bajar el consumo de carne”, pero por una cuestión de “conciencia”.
Además, la conductora agrega: “Entreno hace muchos, muchos años. Busco motivación en mi propio progreso. Aprendo de mí, todos los días. Soy constante y consciente”, agrega, a modo de autopercepción, sobre aquellos esfuerzos que realiza para mejorar su estado físico y emocional.
Todo surgió cuando días atrás Ivana subió un posteo en Instagram comparando dos fotos tomadas con cuatro meses de diferencia: lo hizo para anunciar que su cuerpo se había modificado mucho más que el kilo perdido. Y es que junto a las imágenes Nadal especificaba que el último 10 de septiembre pesaba 66 kilos, pero tenía un porcentaje graso alto y una masa muscular normal, mientras que el 5 de enero la balanza había registrado 65 kilos, aunque su cuerpo contaba entonces con poco porcentaje graso y una alta masa muscular.
“No sé si es más linda o mejor la primera o la segunda imagen, pero en las dos me siento de formas muy distintas”, confesó en el texto que escribió al pie de las fotos. “En la primera imagen hay una Ivana descuidada, entregada a comer mal el 70% del tiempo, cuidándose muy poco y entrenando 3 o 4 veces por semana, sin darlo al 100%. En la segunda imagen, hay una Ivana confiada, feliz, fuerte, segura, con ganas de disfrutar, de comer sin enloquecer, dándole absoluta prioridad a lo sano”.
“Asesórense con especialistas en alimentación y busquen comer variado, dándole prioridad a lo sano. ¡Entrena! ¡Movete! Cuanto más, mejor. Más calidad de vida, más tiempo invertido en vos y en el amor con vos mismo”, les aconsejaba a sus seguidores. Pero pocos le dijeron que seguirían sus premisas. La mayoría optó por criticarla.
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