Cazzu, Khea y las “nuevas olas” que son parte del mar brillaron en un festival gratuito

El sábado pasado el cielo de Pinamar le regaló a sus visitantes un sol intenso, un viento calmo y poco más de 30°C, temperatura óptima para tirarse de cabeza al mar sin sentir el rigor del frío. Pero entrada la tarde y después de la playa, hubo más disfrute: con entrada libre y gratuita se dio el Movistar FRI Music, protagonizado por Cazzu, Khea y Ca7riel & Paco Amoroso, más el arengador dj set de Uopa Nachi entre los shows.

Como el fernet y la coca, como la pizza y la cerveza, como Maradona y Caniggia, el trap y el verano forman una dupla infalible, se dan las manos y van juntos a la playa. Hace dos temporadas atrás, “Loca” fue el soundtrack absoluto que puso al género en un lugar de popularidad, trascendiendo todo tipo de públicos, gustos y edades. Por eso, no fue raro ver cómo miles de personas fueron colmando de a poco el predio donde se montó el escenario, en Quintana y Del Tridente, mientras el sol se iba apagando en cámara lenta y el viento costero obligaba a desempacar abrigos.

Dos de los tres protagonistas de la mencionada canción en su versión original dieron el presente. Hablamos de Cazzu y Khea (el tercio restante es Duki), pero el primer turno fue para Ca7riel & Paco Amoroso. La dupla, junto a su ATR Vanda, reafirmó una vez más por qué son una de las sensaciones del momento y por qué para cualquier fan de la música es obligatorio verlos en vivo, al menos una vez. Y aunque fue en un festival, su presencia estuvo a la altura de su consagratorio recital en Obras, hace tres semanas: sin concesiones, quemaron las naves desde el minuto cero con “Ola Mina XD”, “McFly” y “Todo el día”.

Aunque Ca7riel y Paco toman todo el protagonismo, la ductilidad, la sobriedad y la potencia de la ATR Vanda queda de relieve en cada pieza. Especialmente en “A mí no” y “Mi sombra”, dos de las canciones en los que la musicalidad del dúo queda mejor representada. Lo mismo ocurrió en “Ouke”, visto desde un costado del escenario por el actor Esteban Lamothe, protagonista de ese latiguillo indeleble: “OUKE, fumando flores con Lamothe”. Poco antes del final, “Cono hielo” dejó a la multitud con un sabor dulce en la boca como para esperar mejor lo siguiente.

Con su rap contundente y prendido fuego, Khea entró a los saltos y contagió al público, que siguió casi a la misma velocidad las barras de “Mi cubana” y “Empresario”. Además de soltar varios de sus hits (como “Tengo 30” y “Ánimo”) también se animó a presentar el inédito “Casi que me desmayo” e incluso a hacer temas que no son propios pero de los que participa. Ahí se anotaron una versión breve del remix de “Tumbando el club” (para azuzar el primer gran pogo de la tarde noche), “B.U.H.O.” y dos de Duki: “She Don’t Give a FO” y “Hitboy”, con la que cerró su set.

Antes del final, tuvo su instante rockstar con una versión de “Loca”, que incluyó un épico solo de guitarra, a cargo del Chino, su dj. “En los últimos ensayos se nos ocurrió empezar a meter una guitarra para darle un poco más de rock al show. ¡Y quedó genial! El rock me encanta, mi familia es rockera, mi papá es rockero... así que lo tenemos. Argentina es un país rockstar”, le dijo a Infobae minutos antes de subirse al escenario, respecto a esta inclusión rockera que había estrenado en el último Buenos Aires Trap.

El momento más esperado de la noche era el de Cazzu. “La jefa” del trap argentino y alrededores cumplió con cada una de las expectativas que tenían sus fans, a juzgar por los gritos y las ovaciones que levantó. Aunque vale decir que su show no estuvo articulado con lo que se espera de un festival, sino más bien a lo que ocurre en sus presentaciones individuales: comenzó muy arriba, del trap al reggaetón ida y vuelta, con temas como “Mucha data”, “Rally” y “Ay, papi”, acompañada por seis bailarinas y su avatar inflable de “Niña emo” en el centro del escenario.

Después de un intermedio, pasó a estar secundada por la Emo Band y su voz se amplificó desde su característico micrófono tuneado con peluches. Así, todo se tornó más lento y dramático: los lamentos & dolores contenidos en “Fuegx”, “R.I.P” y “C14tORCE II” mostraron el costado más vulnerable de Cazzu y su capacidad para pasar del perreo al soul; acelerar y frenar, según lo pida la ruta.

Los últimos cartuchos volvieron a mostrar su faceta más festiva, incluyendo una versión de “Mi cubana” (con Ecko como invitado), otro fragmento de “Tumbando el club” y el final absoluto con “Chapiadora”, su mayor hit.

En uno de los tramos de su presentación, Cazzu paró todo para reflexionar en voz alta sobre el comportamiento de los varones ante una canción cantada por una mujer: “¿Se dieron cuenta de que cuando nos gusta un tema que lo canta un varón, lo cantamos todos? Las chicas, los varones, todos. Pero por alguna extraña razón, cuando te gusta un tema que lo canta una chica, los varones no quieren cantar. No quieren cantar, dicen ‘me lo sé el tema, pero mmmm’. No les pinta, ¿viste?”.

Al respecto y consultada por Infobae al término del show, dijo: “Yo creo que son los viejos prejuicios con los que estamos formados, ¿no?: las chicas estamos formadas para competir entre nosotras, los chicos están formados para que los representen solamente los hombres. Me preocupa lo lejos que estamos de eso. Yo me emociono y me entusiasmo mucho cuando veo a los chicos sacando afuera su voz en una canción mía. Es importante poder romper con eso”.