Un altar en un estudio de televisión, las alianzas donadas por Luis Mario Vitette Sellanes -la cara del llamado robo del siglo-, y la presencia de un falso papa Francisco le dieron vida a uno de los eventos televisivos más desopilantes del año que recién empieza. Silvia Süller y Jacobo Winograd sellaron su amor en una divertida “boda” que tuvo lugar en El Precio Justo, el programa conducido por Lizy Tagliani por Telefe.
Previo a la ceremonia, los reconocidos personajes mediáticos contaron que acordaron ciertas “cláusulas” para su matrimonio: no dormirán juntos, no compartirán baño y no tendrán relaciones sexuales. “Vamos a compartir un chocolatín blanco, leer borges y Neruda. Pero sexo no: somos muy pecadores los dos y Dios nos está esperando. Que sea algo espiritual. No me va a tocar nunca y yo no la voy a tocar en la vida. Ella tiene permitidos, y yo tengo permitidos”.
“Son 34 años de amistad… Nos peleamos, volvimos y nunca nos vamos a tocar un pelo. ¿Quedó claro? Como regalo quiero que ella diga por primera vez la verdad: yo sufrí mucho, no tengo un chizito”, aseguró Jacobo, de cierto modo anticipando el tono que tendría la boda.
Luego, ambos se retiraron del estudio. Regresaron sobre el final, vestidos para la ocasión: ella de blanco con una corona de flores, y él de impecable traje. La producción del programa montó un altar y Lizy Tagliani recibió a los novios. Los siguientes minutos estuvieron marcados por la alternancia entre risas y emoción.
—Silvia Süller: Me gustaría que mis padres estuviesen acá. Yo ya me casé, vestida casi como estoy ahora, con una coronita de flores. Tenía 20 años, hace 41 años. Fue en el Mundial de 1978. Cuando me separé de Soldán, Jacobo fue el segundo… Y de ahí viene la canción del chizito.
—Lizy Tagliani: No empecemos con lo del chizito porque se van a pelear ahora.
—Jacobo Winograd: Me da bronca porque no es verdad. Esta cristiana gritaba y rompió una cama. Vamos a decir la verdad: nos estamos casando, no nos vamos a pelear. Me cansé, estoy podrido de lo del chizito.
—Silvia: Yo gritaba y gritaba porque no la encontraba. Decía: “¿Dónde está?”
—Jacobo: Con todo respeto, yo la quiero, pero no es que la tengo chiquita: ella tiene algo muy grande.
—Silvia: Mis hijos nacieron por cesárea, así que soy casi virgen. Nunca salió nada de ahí… Entró medio mundo.
—Jacobo: Si ella es virgen yo soy Bin Laden. Pero yo me comí cada verso, he sufrido… Me cargaban por la calle. Todos me cargaban.
Terminada esta discusión de pareja, Jacobo se puso un poco más serio y habló de su hija, Nazarena, y de los hijos de Süller: “Me llevo excelente con ella, vivo por y para ella. Cuando brindamos con Silvia le dije: “‘Este es tu año. Christian y Marilyn (los hijos de Süller) van a volver a estar bien con vos, que vas a ver a tu nietito. A Christian lo amo, lo adoro, me venía a ver cuando estaba con Fort, cuando estaba en Mar del Plata. Es educado, culto, hermoso por dentro y por fuera. Y Marilyn es divina”.
“Christian siempre me decía: ‘Si estás vos en un canal y Jacobo en otro, lo miro a Jacobo'”, recordó Silvia, emocionada. Y él agregó: “Ella es una madraza y ama a sus hijos. Dejá el pasado de lado y miremos el presente: la grieta se puede terminar. La mamá de Christian es Silvia, el papá es Silvio (Soldán): lo único que pido es paz y amor porque Christian tiene mamá y papá y ama a los dos, nada más que eso”.
Luego llegó el momento de los anillos: “Espero que no lo interpreten para mal: me los regaló Mario Vitette Sellanes. Ahora Francella va a hacer la película El Robo del Siglo y (Vitette Sellanes) me los mandó a Telefe. Quiero aclarar algo: no justifico nada porque hubo muchos damnificados y estoy con ellos”.
Uno de los momentos más desopilantes ocurrió con la llegada al altar del falso papa Francisco, interpretado por Campi. Mirando a los ojos a los novios, les dijo: “Si no puedes con tu enemigo, únete a ellos. Más que nunca, recen por mí después de esto. Trajeron algo nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul que lo tomó él (por Jacobo) esta noche. Ya los confesé, estuve dos meses confesando a cada uno. El agua bendita se las tiré con una hidrolavadora”.
“Hoy celebramos el matrimonio. Querida Silvia ‘estás más loca que una cabra’ Süller, ¿jura acompañar en la riqueza, en la pobreza, en la pobreza, en la abundancia, en la salud y en la enfermedad a Jacobo ‘chizito’ Winograd?”, le preguntó el Papa a la novia. “Sí, acepto”, respondió ella, en medio de las quejas de Jacobo por el apodo.
“Hasta las bolas -dijo, por lo bajo, el personaje de Campi-. Señor Jacobo ‘chizito’ Winograd, ¿acepta acompañar a la señora ‘qué quilombo en la cabeza’ Süller en la riqueza, en la pobreza, en la salud, en la enfermedad y en los quilombos mediáticos que tengan de aquí en adelante?” Él no dudó: “Hasta que la muerte nos separe, después de tantas peleas, después de tanto lío, se puede terminar con la grieta. Sí, acepto, Papa”.
Jacobo y Silvia se besaron y se dedicaron unas tiernas palabras. “En esta nueva vida que emprendemos hoy, te pido que no te pelees con nadie. Hay que reír que la vida es corta y estamos de paso. Que recuperes a tus hijos, que seas feliz, que tu mamá y tu papá te están protegiendo desde el cielo. Amor, amor y paz, que Dios te bendiga”, dijo él.
Silvia lo miró emocionada y le respondió: ”Quiero decirle que lo amo. No hay otra persona que me pueda hacer feliz. Nos conocemos hace tanto tiempo y esta unión la tenemos que hacer de esta manera”. El vals y la torta fueron el cierre perfecto para una noche de risas y amor.
SEGUÍ LEYENDO