El comienzo del 2020 encuentra a Esmeralda Mitre ante un nuevo desafío: la temporada teatral de verano. La actriz, de extensa trayectoria en cine, teatro y televisión, y que en 2018 fue la participante que más dio qué hablar en el Bailando, protagoniza la obra No soy yo, soy vos en el Teatro Astor de Las Grutas, junto a Atilio Veronelli, Beto César y Caro Solari. La historia, el guión y la producción de esta puesta fueron un atractivo determinante a la hora de aceptar este proyecto, pero hubo una motivación aún más importante.
“Te juro, sin exagerar, que este me parece uno de los lugares más lindos del mundo. Y mirá que veraneo en Uruguay de toda la vida en un lugar recontra lindo, una casa sobre el mar, y viajé a Australia, para darte un ejemplo. Nunca vi una playa igual. Los políticos de acá lo que están haciendo es promocionar el turismo junto con la cultura, que van de la mano. Si armás una buena plaza teatral, obviamente promocionás el turismo y, por lo tanto, también el trabajo”, explicó Esmeralda a Teleshow desde la villa rionegrina.
Dirigida por Veronelli, y con producción de Lucas Richmond, No soy yo, soy vos cuenta la historia de un científico, Armando (Veronelli), que crea una máquina trasplantadora de mentes. Él termina convirtiéndose en su esposa, Catalina (Mitre), caracterizada como “una concheta loca”, según la actriz. Roberto (César), por su parte, se cree que es Sandro, y se desata una comedia existencial marcada por la música, el baile y el canto.
No se trata de un trabajo más para la actriz: “Lo que estoy aprendiendo con Veronelli lo aprendí con gente como (Juan Carlos) Gené, (Sergio) Renán, (Santiago) Palavecino y pará de contar. Trabajé con los mejores, y acá estoy aprendiendo. Es un hombre que tiene un oficio que te escribe una obra en cinco minutos y solamente él maneja la cadencia, la música y la locura de cada obra. Nos juntamos dos locos, en el buen sentido, y estamos haciendo algo que sería más que una comedia, es teatro del absurdo, que lo considero casi una vanguardia”.
A Las Grutas viajó con su novio, Juan Cruz Padilla. Pasaron Año Nuevo juntos y ahora él divide su tiempo entre Río Negro y La Pampa, donde trabaja en el campo. “Él es bird watcher (fotógrafo de aves), y estar acá le viene como anillo al dedo porque esta es la primera reserva mundial de loros y de otras especies de pájaros. Así que está feliz. Mientras yo hago mis cosas él saca fotos, y está por publicar su tercer libro”, contó.
Si bien al segundo día de comenzar los ensayos en Las Grutas sufrió un esguince en un tobillo y el debut debió retrasarse, la obra se convirtió en un suceso. Y, además, se da algunos gustos durante su estadía veraniega: “La gente pedía que cante cuando terminara la función. Entonces salimos a la calle, sacamos el parlante y fue un éxito, se llenó la peatonal. Eran como 300 personas, una locura, fue muy divertido. La gente es fanática de la canciones, es rarísimo porque algunas son en francés y en inglés… En la obra canto una canción que compuse, que se llama Niña Rica”.
El primer mes de gestión
Siempre frontal y sincera, Esmeralda ha manifestado públicamente su apoyo al macrismo durante sus cuatro años de gobierno. En diálogo con Teleshow, la actriz dice que votó a Juntos por el Cambio el 27 de octubre pasado, a pesar de sentirse “muy desilusionada” por algunas decisiones que se tomaron y, a un mes de la asunción de Alberto Fernández, realiza un balance sobre su gestión. “Está demostrando personalidad, carácter y poder”, asegura.
—¿Por qué los argentinos le dieron una nueva oportunidad al kirchnerismo?
—Yo apoyé a Mauricio Macri hasta el final, se sabe, lo hice público. Pero terminé realmente muy desilusionada con el gobierno. No soy una persona que se da vuelta, para nada, jamás voy a decir que Mauricio fue un fracasado, ni mucho menos. Es un hombre que fue jefe de Gobierno dos veces y presidente, de fracasado no tiene nada. Me parece que tuvo una gran carrera pero una debilidad muy grande, que fue querer ganar votos kirchneristas, cuando jamás los iba a ganar. La gente lo votó porque quiso un cambio, quiso ver presa a gente que robaba, quiso que cambiara cosas, y él no las cambió. Me parece que no fue lo suficiente duro como tenía que ser. Los ajustes para mí no fueron ajustes.
—¿Por qué no?
—Por ejemplo, mirá el caso de (Mariano) Rajoy. España estaba casi en default y el presidente… Como dijo (Winston) Churchill: sangre, sudor y lágrimas. No mentirle a la gente. Comunicacionalmente tuvieron una gran falla Macri y su equipo, ni hablar de Marcos Peña, (Rogelio) Frigerio y gente que tenía a su alrededor. Me parece que tenían muy poca calle… Mauricio me parece un tipo honesto que trató de hacer las cosas bien y ese es un gran valor. Lo que hizo Rajoy fue sacar a la gente. Los créditos que no se pagaban, afuera. La gente se moría de hambre y los dos primeros años lo odiaron. Pero los segundos dos años la gente vio que gracias a ese gran ajuste, que acá se hizo paulatinamente para no quedar mal con los que no los votan, allá lo hicieron a todo trapo. Y los últimos dos años la economía volvió a estar en su lugar. Entonces la gente vio que el país volvía a estar bien y Rajoy fue reelecto. A lo que voy es que cuando hacés política tenés que ser duro.
—¿Y qué opinás del primer mes de gestión de Alberto Fernández?
—Me está gustando porque es lo que tendría que haber hecho Mauricio Macri en los primeros años: el ajuste. Todo el mundo se queja del 30 por ciento en las tarjetas, y eso me parece perfecto porque afecta a los que más tienen. Vamos a tener que sufrir… Él está teniendo el coraje de hacerlo y está demostrando el poder que se necesita para poder manejarlo.
—¿Crees que Alberto Fernández está haciendo más ajuste que Mauricio Macri?
—¿Vos crees que no? Alberto paró todo y dijo: “Acá se hace lo que yo digo”. Demostró personalidad, carácter y, más que nada poder. Poder interno. Esa es una jugada suya y lo veo muy respetuoso, por ejemplo, con el ex presidente. Lo que también me gusta es que veo cómo trata a la vicepresidente, porque yo jamás hubiese votado a una persona que tiene tantos procesamientos.
—¿Pensás que hay, como suele decirse, un doble comando?
—Creo que él tiene la fuerza y el poder para sacársela de encima pronto. Es mucho más noble él que ella y es lo que quiere en el fondo. Es lo que siento. Y le deseo lo mejor.
—Alberto Fernández dijo que está haciendo lo posible para reactivar la economía, “fomentando el consumo de los sectores bajos”. ¿Estás de acuerdo con esta decisión?
—Siempre hay que poner medidas, más que nada, para ocuparse de la gente que menos tiene. No de lo macro sino de lo micro. La gente que más necesita, que fue lo que no hizo Mauricio. Pero siempre hay que apostar a la clase que más tiene, después a la que está en el medio, porque es la gente que le da trabajo a la que menos tiene… Y por supuesto cuidar a la que menos tiene en el mientras tanto.
—¿Puede desaparecer la grieta ahora?
—Creo que él (por Alberto Fernández) está haciendo lo posible. Lo demostró en el cambio de mando. Lo demuestra en varias cosas. En otras se le va a complicar porque, bueno, tiene una vicepresidente bastante complicada. Confío en que se la va a sacar de encima como sea, se lo veo en los ojos.
—Habrás escuchado la opinión de Susana Giménez, que dijo que “si hay pobres que se vayan a trabajar al campo”, ¿qué opinás al respecto?
—Ella en un punto tiene razón, porque lo que dice es un tema cultural. Si bien es cierto que en la Argentina no hay trabajo porque la economía no crece, sí hay gente que podría trabajar y no lo hace porque depende de un plan. Eso pasa porque en nuestro país se perdió la cultura de trabajo en el kirchnerismo, y también con Cambiemos hicieron lo mismo y dejaron los planes, y los duplicaron. Eso no es cultivar la cultura del trabajo. Susana quizás no se expresó de la mejor manera, pero lo que quiso decir es algo positivo: promovamos la cultura del trabajo porque hay mucha demanda en el campo, por ejemplo. Mucha gente que necesita trabajar y sin embargo tienen planes. Tenemos 20 millones de personas viviendo del Estado.
—Trabajaste con Marcelo Tinelli en el Bailando, ¿cómo lo ves en el Plan de Lucha contra el Hambre?
—Me parece bien que la gente genuinamente se disponga a combatir el flagelo que es el hambre. Es triste que un país con capacidad para alimentar a 400 millones de personas exista el hambre. Marcelo tiene una verdadera vocación de servicio; de todas maneras más que la foto sería bueno ver cómo se concreta la campaña y darle más difusión. No me basta la foto donde la mayoría de la gente no me gusta y muchos han tenido problemas y están con problemas judiciales serios. Me parece que a esa campaña se le debería dar más difusión, de lo contrario nos perdemos en fotos que hacen más al juego político que a la búsqueda de soluciones para el hambre. Marcelo es una persona inteligente y no dudo de que tiene un profundo amor por su país, sí me genera ruido que algunas personas que están subidas a esa campaña hacen la foto por oportunismo más que por verdadera iniciativa para combatir algo tan triste como la pobreza y el hambre.
—Te noto esperanzada con el primer mes de gobierno…
—Sí, lo respeto al Presidente. Y no es que me esté dando vuelta. Yo no me doy vuelta nada, quiero dejarlo clarísimo. Pero hay que aceptar que me quedé muy embroncada con la falta de fortaleza del gobierno anterior.
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