El jueves pasado fue el turno de Catherine Fulop de demostrar sus conocimientos en ¿Quién quiere ser millonario? La conductora se llevó 300 mil pesos y desplegó todo su carisma en diálogo con Santiago del Moro, con quien trabaja en el programa El Club del Moro, en La 100 FM.
Fulop recordó su llegada a la Argentina, el 30 de septiembre de 1993, y aseguró: “Estoy acá hace 26 años ya, más de la mitad de mi vida. Siento que este es mi país, mi hogar; acá está mi familia, mi casa. Cuando voy a otros países o me voy de vacaciones digo ‘quiero llegar a mi casa’... Es una cosa rara porque en Venezuela tengo afectos, pero siento que este es mi lugar. Soy argentina, ya lo sé”.
Mientras respondía correctamente las preguntas, Del Moro ventiló algunos detalles de su convivencia diaria con Fulop por las mañanas. Y contó que la venezolana siempre tiene la misma “vitalidad”, a toda hora. “¿De dónde sacas toda esa energía?”, le preguntó.
Entre risas, ella contestó: “Es innato. Toda la vida fui así alegre. Llego a la radio y nadie quiere que lo bese. Mi mamá me decía ‘dejá de darle tantos besos a todo el mundo’. Soy la besuqueira. Me encanta besar y abrazar a la gente”.
En ese sentido, contó un reclamo que le hacen su marido, Ova Sabatini, y sus hijas, Oriana y Tiziana: “Yo me levanto y estoy ‘pum’ para arriba. A mis niñas las levantaba y decía: ‘¡Buenos días Tizianita! ¿Cómo está la reina de la casa?’ Las chicas me miraban… Oriana era como la de más fuerte personalidad, bajaba divina. La otra era más delincuente. Oriana bajaba con cara de traste. Y yo le decía: ‘Si no me quitas esa cara de culei te voy a llevar al psicólogo’. Era mi amenaza. Y me decía: ‘Vos hablás desde muy temprano’. Y yo le respondía: ‘Es que no me habla ninguno de los tres a la mañana’”.
“Gaby (Sabatini) también es así, y su papá también (N. de la R.: murió en marzo de 2016). Es genético. Son así, como parcos, tranquilos, meditabundos. Betty, mi suegra, y yo no somos así. Es como si ella fuera mi mamá… Bueno, ella me adoptó también así que me tienen que soportar a mí y a ella. Hablamos nosotras solas”, dijo, entre risas.
La actriz venezolana también recordó los comienzos de su romance con Ova Sabatini, con quien está casada desde 1998. Se conocieron en el rodaje de la novela Déjate querer, en los mismos estudios de Telefe en los que estuvo el jueves pasado. Ella aún estaba en pareja con su primer marido, Fernando Carrillo, y el hermano de Gaby Sabatini también se encontraba en una relación.
“Estábamos flojitos de papeles pero lo que yo siempre digo es: viste que cuando algo se murió, uno lo vela, le hace el velatorio dos días, tres días, cuatro meses, un año… Pero eso estaba muerto. Lo que había que hacer era enterrarlo, ¿me entiendes? Estaba velando un muerto pero no lo había terminado de enterrar. Entonces me dices que estaba flojita de papeles, yo te digo okey, pero en realidad no”, aseguró.
Respecto a cómo se enamoró del padre de sus hijas, recordó: “Había un estudio vacío en el que se hacía la presentación del elenco. Nos iban a presentar a los protagonistas con todos los argentinos, y yo la venezolanita perdida. Estábamos todos y ellos llegaron tarde, Ova con Alejandra Gavilanes. Yo digo ‘wow’. Era un morocho alto y una rubia con rulos. Digo ‘wow, qué bellos, los quiero a los dos, estos deben ser pareja, no pueden ser tan bellos’”.
“Ella iba a ser mi mejor amiga en la novela. Nos hicimos muy amigas. Y yo lo veía al Ova y me encantaba. Así que desde el primero momento que lo vi era como una cosa de fascinación”.
Fulop llegó a competir por 500 mil pesos. Pero no supo responder “cuál de los siguientes países fue el mayor consumidor europeo de cerveza per cápita en 2017 según el diario El País de España”. Ella se plantó, así que se quedó con 300 mil. Dijo que si no se hubiese ido del juego, hubiese elegido “Alemania”, pero la opción correcta era “República Checa”.
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