Tras varios pedidos de sus abogados defensores, el juez Juan Cristian Sebastián Gasquet dictó la prisión domiciliaria para Rubén Castiñeiras, conocido popularmente como El Pepo. El cantante se recupera en su casa de Santos Lugares después de haber sido operado en el Sanatorio La Trinidad de Ramos Mejía por una lesión que sufrió en el penal de Melchor Romero.
La recuperación demandará 21 días y todavía falta resolver si el artista seguirá cumpliendo su condena en su casa después de ese plazo, ya que la fiscal Verónica Raggio apeló la prisión domiciliaria que le dictó el juez.
Camila Caballero y Romina Sánchez, parejas de Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal respectivamente, los jóvenes fallecidos en el accidente ocurrido en julio pasado por el que El Pepo está imputado por doble homicidio culposo agravado, se refirieron a la salida del cantante de la cárcel. “Estamos indignadas”, aseguraron las mujeres en diálogo con Infama, y dijeron que lo sucedido “no fue accidente”, ya que se comprobó que el artista había consumido alcohol y drogas y superaba el límite de velocidad máxima en la ruta.
“No vemos la manera de pedir justicia, él está en su casa disfrutando de su familia. No podemos creer lo que salen a decir, estamos cansados de que hablen de nosotros”, señaló Camila, en referencia a la nota que brindó Josefina Cúneo, pareja de El Pepo, en el mismo programa la semana pasada. “El choque no fue un accidente, si ellos fueran sus amigos, (Pepo) no lo hubiera culpado a Nacho de que manejaba, se hubiera comunicado con nosotros, nos hubiera dado sus disculpas o el pésame”, sostuvo.
Por su parte, la mujer de Carabajal señaló que el hecho de que Pepo y su mujer hablen en los medios y las redes significa “un doble duelo” para ellas . Y añadió: “Es poner todo el tiempo el dedo en la llaga”. En ese sentido, se refirió a la supuesta ayuda económica que le quiso brindar Cúneo: “Mataron a mi marido, ella me mandó un mensaje y me dijo si me podía ayudar; yo estaba destrozada, no entendía dónde estaba, fue un momento tremendo. Ellos no se ponen en nuestro lugar”.
“Yo tengo que ver a mi marido a un cementerio, mi hija ve a su papá en una foto, ¿yo me tengo que poner en el lugar de ella?”, se preguntó Romina, quien estaba embarazada de su segundo hijo al momento del accidente. “Esto es un día a día, no sé qué haría si El Pepo me llamara. Por ahí mañana no me levanto porque no quiero hacer nada. Tengo insomnio, tengo pensamientos de por qué fue él y no fui yo. Es difícil explicarle a mis hijos el por qué no van a volver su papá. Estuve una semana sin verle los ojos a mi hijo porque es igual al padre”.
En el caso de Camila, su hijo es más grande: “Es mucho más difícil, entiende todo. El 24 de diciembre fue su cumpleaños y fue muy difícil. Algunas veces no tengo respuestas a sus pregunta porque ni yo las se. Es un día a día”. Además, dijo que ellas no conocían al cantante y que no tenían relación alguna con El Pepo: “Los chicos trabajaban para él; está claro que no le pagaban lo que correspondía, estaban en negro. Nacho quería dejar de trabajar, pero la situación estaba difícil. Además recibían malos tratos, en la diaria él se despertaba de mal humor y tenían que aguantarlo todo el día. Nacho trabajaba de día y de noche. Cuando él lo llamaba tenía que salir corriendo. A veces ni descansaba”.
En el caso de Carabajal, el trompetista también quería cambiar de trabajo pero la llegada de un segundo hijo le generaba la obligación de mantenerlo hasta conseguir algo más. “Él no conseguía otro trabajo, y eso nos servía. Necesitábamos la plata para armar el bolso del nene. Por boliche eran 500 pesos, y si no iba lo castigaba y después no lo llamaban para los otros del fin de semana”. Romina señaló que sienten “indignación, no hay justicia. Nos hablan de que tenemos odio, quieren instalar eso. Estamos pidiendo lo que corresponde”.
Camila, por su parte, agregó que cuando ve a El Pepo no escucha a "una persona dolida por lo que pasó, no tiene ni empatía por la familia. Está festejando, con sus amigos que lo reciben en su casa. Si tiene un mínimo de respeto les pedimos que no hagan las canciones con los chicos. Quieren currar con el dolor de las familias, una persona dolida no hace esto, pide disculpas”.
“El juez de la causa estuvo apartado porque estuvo sospechado de liberar a una persona borracha que mató a un chico: siempre es muy raro todo, siempre hay algo mal hecho, que no está bien. Quieren instalar que nosotros mentimos, la prueba de sangre se hizo cinco horas después porque él se negó, él tomó droga seis horas antes”, señaló Romina.
Las mujeres sostuvieron que reciben ayuda económica de sus familias para sobrellevar este difícil momento, aunque Romina contó que “el mes que viene voy a volver a trabajar 12 horas porque no me queda otra para poder pagar el alquiler y los gastos de los chicos, tengo a los dos con pañales".
Por último, Romina señaló que el fin de semana del accidente iba a ser el último de trabajo para Carabajal junto a El Pepo, porque había conseguido otro empleo: “Antes de irse me dijo que no quería viajar, le dije que era el último. Al principio sentía mucha culpa porque lo presioné para que vaya. Me dijo que no quería ir porque manejaba Pepo, yo eso no lo entendía, no conocía la interna. Le dije que vaya, que era un esfuerzo más... Solo quiero justicia”.
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