“La vida está llena de sorpresas”, es una frase que muchas veces puede sonar a cliché. No así para Moria Casán, quien a lo largo de su vida siempre ha pisado firme, a pesar de que nunca se sabe dónde dará el siguiente paso. Qué mejor ejemplo que el de su corazón: hace dos meses empezó a salir con el artista plástico y empresario Humberto Poidomani, a quien conocía de hace mucho tiempo atrás, cuando era dueño de reconocidas discotecas porteñas. Y a pesar de lo incipiente de su relación, anoche sellaron su amor con un casamiento “a la italiana”.
La pareja aprovechó su viaje por Europa -Poidomani está viendo galerías en diferentes ciudades en Italia porque realizará una exposición- para casarse en la terraza de de la casa de unos amigos de la pareja en Florencia. Fue una “unión neologística”, tal como le gusta llamarla a ella, rodeados de personas desconocidas para la conductora, pero gente “divina”, entre los que se encontraban intelectuales, pintores, escritores y directores de orquesta.
Los testigos fueron el asistente personal de la One, Galo Sotto, y la especialista en psicología del arte, Cristina Canzio. El vestido que lució la conductora está inspirado en el cuadro “Apocalipsis Nice” de su pareja. “Es una unión espiritual. Fue una hermosa ceremonia con gente divina en una casa de Florencia. Todo perfecto”, aseguró Moria a Teleshow.
Tal como se puede observar en los videos, fue una ceremonia distendida pero tradicional. La mujer que ofició la ceremonia leyó unas palabras antes de que la pareja diera el sí: “El casamiento de Humberto y Moria, en esta lindísima ciudad de Florencia, cuna del Renacimiento, donde ahora está por nacer una nueva unión entre dos personas que se encuentran después de muchos años de conocerse, a compartir el camino propio de vida futura... Estamos aquí con este grupo de amigos para festejar en armonía y gloriosamente esta unión de dos argentinos que han elegido celebrar este matrimonio ‘a la italiana’, visto que los dos poseen raíces italianas: Humberto de Sicilia, y Moria de Piemonte. Esta es la tierra de su pasado y hoy queremos acompañarlos en este momento tan importante para ellos”.
La conductora se manifestó feliz tras la ceremonia y contó: “Es una unione perpetua a distancia. Me uní a un artista forever con separación momentánea porque vivimos en diferentes países. Me uní neologísticamente a un maravilloso hombre al cual admiro y con un vestido y medias que representan a un cuadro hecho por él que se llama Apocalipsis Nice. En Florencia, la cuna del Renacimiento, con gente desconocida, en una casa brutal y una síndica que nos unió en matrimonio a la argentana”.
Además, relató a Teleshow cómo comenzó su relación con Humberto: "Apenas nos conocimos en Buenos Aires vino, salimos y fue como si siempre hubiéramos estado juntos, porque es un empresario y un artista muy importante que lo conozco de hace años... Y aprovechando que vinimos acá y tenemos amigos en Roma, en Florencia, toda gente de arte y bohemios, hicimos una ceremonia”.
El artista también brindó algunas palabras al respecto: "Fue todo medio insólito, porque yo estaba con un bajonazo y justo apareció ella en El Tropezón. Yo estaba con una amiga y le dije ‘cada vez me gusta más Moria, porque piensa, dice y hace lo mismo’, y es muy difícil encontrar una persona así”.
La conductora de Incorrectas continuó con el relato, y contó cómo fue la propuesta: "Después de ese día nos vimos cuatro días más y él regresó a Miami. Nos hablamos por teléfono y un día me llama y me dice: ‘¿Te querés casar?’ En realidad lo dijo como el segundo día... El primer día, que fuimos a almorzar, les dije a mis hijastros ‘van a conocer a su nueva mamá’, una cosa así, simpática”.
La primera persona en enterarse del casamiento, como no podía ser de otra manera, fue su hija, Sofía Gala. Aunque se llevó una gran sorpresa: “Me dijo: 'Ay, mamá, ¿te casaste? No lo pudo creer”.
Respecto a la elección de la fecha para la boda “a la italiana”, Moria contó: "Celebramos lo que se conoce como el Día de los Inocentes, pero en la Edad Media esto se llamaba Fiesta de los Locos, que se celebraba el 28, entre Navidad y Año Nuevo. Y yo estoy en este lugar de Florencia donde conozco solamente a cuatro personas, y vamos a hacer esta fiesta de locos porque somos en algún punto todos locos. No hay gente manada, no hay gente standard. Hay gente ni mejor ni peor, pero diferente, con otra vibra, con otra sensibilidad, con un poco más de lectura, con un poco más de cine y de pintura”.
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