Hubo una sola condición -y no menor- para que este viaje a Europa pudiera realizarse, y para que la estadía -tanto en Londres como en París- resultara exitosa: “Que yo esté cómoda”. Eso le advirtió Yanina Latorre a su marido. Si eso no sucediera, si ella no se encontrara a gusto, Diego Latorre debería abandonar el barco de manera inmediata; o más bien, tomar un vuelo de regreso a la Argentina. Pero por lo visto en las redes sociales, a una semana de que tomaran el avión en el Aeropuerto de Ezeiza, todo marcha en absoluta armonía.
Son las vacaciones más especiales en los 25 años que llevan de relación. Y por dos motivos. Se trata de las primeras que emprenden sin Lola Latorre, su hija mayor. Pero además, las afrontan como una ex pareja: a principios de diciembre la integrante de Los ángeles de la mañana anunció públicamente que le había pedido al ex futbolista que se separaran, lo que en realidad se habría concretado en agosto después de varios meses de reflexión suya.
“En principio, la decisión fue mía, más que nada por un tiempo, porque con todo lo que me pasó hace dos años yo necesitaba... Viste que uno tapa, tapa, tapa, tapa, y un día me relajé, ya estaba todo tranquilo, y dije: ‘Ahora quiero pensar por qué perdoné, si por amor, si por cariño, si por rutina’”, reveló en una charla con su amiga Amalia Granata en el ciclo Polino Auténtico, de Radio Mitre.
Fue entonces cuando reveló que antes de la ruptura ya tenían proyectados dos viajes: las Fiestas en el Viejo Continente y enero en Punta del Este. Y que los cumplirían, salvo -lo dicho- que Yanina no se sintiera a gusto en la convivencia durante el descanso, aquella que en Buenos Aires solo cumplen los fines de semana, cuando la panelista vuelve del departamento que poseen en Belgrano a la casa en un country del norte del Gran Buenos Aires.
A los Latorre -al fin, todavía lo son- los acompañan su hijo Dieguito y la mamá de Yanina, Dora Caamaño, quien se hizo conocida en sus visitas a ShowMatch para alentar a su hija el año pasado, y a su nieta en esta edición. Los cuatro primero hicieron escala en París, y pese al intenso frío registraron postales en los clásicos paisajes, como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame (en plena refacción) y el Museo del Louvre. En la Ciudad Luz brindaron en Nochebuena, y después sí volaron a Londres, donde se encuentran actualmente.
Apenas horas después de que Yanina comunicara la separación, pasó dos días con Diego en un hotel cinco estrellas: lo hicieron como invitados al casamiento de una pareja amiga. "Dormimos en la misma cama (después de mucho tiempo)”, contó ella. Pero en esa ocasión en las fotos que les tomaron se los vio sonrientes, sí, pero a cierta distancia prudencial. Ahora, en Europa, es distinto: conservan la sonrisa pero se los ve abrazados. ¿Así también estarán en Punta del Este?
En febrero, para cuando los dos retomen sus actividades en Buenos Aires, está previsto que el ex delantero de Boca y la Selección Argentina se mude en soledad. Pero a esa altura, descartar una reconciliación entre ellos sería cuanto menos imprudente... Porque al respecto, vale un dato final de este periplo londinense. Y es que al postear en su Instagram esta foto abrazados como cuando eran novios, y tomada con la palabra “What” (“Qué”) bien grande detrás, Diego colocó un corazón al lado del nombre de Yanina.
Todo dicho.
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