Barby Franco estuvo en boca de todos hace algunos meses, cuando se conoció que su pareja, Fernando Burlando, le había hecho colocar un chip, con el objetivo de ubicarla fácilmente, por cuestiones de seguridad. El tema provocó fuertes debates, y, si bien muchos estuvieron a favor de la medida, otros tantos criticaron fuertemente la decisión del abogado.
La modelo volvió a referirse al elemento ubicado en su cuerpo, aunque bromeó con el tema: “Lo sigo teniendo por seguridad al cien por ciento. Ya que él me puso un chip a mí, yo le voy a poner un chip sexual, ya que tiene tanto trabajo”, dijo la joven entre risas en diálogo con “Agarrate Catalina”, el ciclo que conduce Catalina Dlugi por La Once Diez/Radio de la Ciudad.
Franco habló de su relación con el letrado, con quien está en pareja hace 8 años y de los tres fracasos intentos de casamiento. “Soy una mujer empoderada. Él me clavó el casamiento, así que ahora la que no se quiere casar soy yo. Es la tercera vez que me clava, no está bueno. Yo me quería casar por la fiesta. Cuando me lo propuso en 2015 iba a durar tres días. En 2018 iba a durar dos días. Ahora, le dije que invitemos a mil personas, y me dijo que no por el valor del dólar”, expresó entre resignada y decepcionada.
Baby respondió a las críticas de los que aseguran que ella quiere casarse por el factor económico, y señaló: “Le ofrecí un contrato prenupcial, pero tampoco quiso. Para mí tiene miedo al casamiento. Había señado un vestido que venía de Estados Unidos, y el segundo cambio me lo iban a hacer acá, ese vestido lo rifé por Instagram y lo ganó una chica que la semana pasada se casó. Hoy no aceptaría, ya estoy desilusionada”, comentó, para luego agregar que “Rosenfeld me asesoró un montón” en cuanto a sus derechos como concubina por los años que llevan juntos, más allá de formalizar su relación a través de la unión civil.
"Yo trabajo desde los 9 años, no tengo un lado frívolo. Si yo me separo de él no se me caen los anillos por trabajar. De hecho cuando nos peleamos o me separo yo vuelvo al barrio siempre o voy a Barracas a la casa de mi mamá”, reveló.
Barby recalcó que ella sigue teniendo relación con sus amistades de la Villa 21, donde vivía con sus padres cuando era chica, y contó sobre la complicada relación que tuvo con su papá: “Yo vuelvo siempre a mi barrio y me tomo una cerveza con mis amigos, la verdad que no me da vergüenza de dónde vengo, me siento bien en cada pasillo del barrio. Dios quiso que me toque esta vida. Yo me acuerdo de no tener para comer y de que mi mamá me lleve a la noche a un comedor, y yo comía con todos mis amigos, feliz. Mi mamá se la rebuscó trabajando dignamente. Mi papá también, dentro de lo que pudo. Él me puso una 45 en la cabeza y me pegaba. De grande entendí que él tenía una enfermedad que era el alcohol. Estuve años sin hablar con él, pero es mi papá, ya lo perdoné", recordó, y agregó: "Siempre estuve en momentos extremos y alguien de arriba me decía por donde tenía que ir”.
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